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Síntomas de Ansiedad generalizada

La ansiedad y sus síntomas:

Existen más de 100 síntomas de ansiedad, los cuales  varían de persona a persona debido a que cada persona tiene una química única, su intensidad difiere.

Por ejemplo: una persona puede tener sólo un síntoma de ansiedad leve, mientras que otro puede tener todos los síntomas de ansiedad y con gran intensidad.

A continuación detallamos una lista de los síntomas de ansiedad más comunes, tenga en cuenta que cada persona es diferente y antes de auto diagnosticarse es aconsejable que consulte con el médico cualquier problema que pueda estar presentando.

Es muy importante que entienda que los signos de ansiedad se confunden con posibles enfermedades.

Síntomas ansiedad generalizada:

* Problemas de alergia, aumento de las alergias (el número, la sensibilidad, las reacciones, reacciones muy largas)

* Dolor de espalda, rigidez, tensión, presión, dolor, espasmos, inmovilidad en la espalda o músculos de la espalda

* Escaldado (palidez, pérdida de color en la cara o la piel)Sofoco, enrojecimiento de la piel, rubor, cara roja o de la piel

* Dolor en el cuerpo, o parte de su cuerpo  se siente  adolorido,  siente  su cuerpo y los músculos magullados

* Sacudidas del cuerpo, sensación de sacudida eléctrica en el cuerpo, temblor corporal intenso o “movimiento de cuerpo”Aumento o disminución en la temperatura del cuerpo, cambio en la temperatura del cuerpo

* Quemaduras en la piel, picor,“espeluznantes”, sensaciones en la piel espinosa o de otro tipo, sensibilidad de la piel, entumecimiento en la piel, Sensación de quemazón, piel de la cara, cuello, orejas, cuero cabelludo, o en los hombros

* Sensación de zumbido en los pies, dedos de los pies, manos, dedos, brazos, piernas

* Dolor en el pecho, opresión en el pecho

* Fatiga crónica, agotamiento, cansancio súper, desgastado

* Torpeza, se siente torpe,  problemas de coordinación con las extremidades o el cuerpo.

* Escalofríos, sensación de frío

* Deseo de azúcar, dulces, chocolate

* Dificultad para hablar, mover la boca,  problemas de coordinación con la boca o la lengua

* Mareos, sensación de mareo. El exceso de energía, usted siente que no puede relajarse. Te sientes como si se va a desmayar.

* Se Siente mal, diferente, extraño. Síntomas de gripe, malestar general, se siente enfermo.

* Necesidad frecuente de orinar, Pérdida de cabello, Palpitaciones del corazón, latidos acelerados del corazón.

* La hiperactividad, exceso de energía, nerviosismo. Aumento o disminución de en el Sexo

* Infección :aumento de las infecciones, la infección persistente.

* Espasmos musculares. Dolor en el cuello, espalda,  hombro, opresión, rigidez

* Sudores nocturnos, despertar en la noche completamente sudado. Falta de energía, sensación de letargo, cansancio

* Tensión muscular persistente, rigidez.

* Latidos cardíacos rápidos, el corazón se siente como que está latiendo demasiado

* Duro dolor o el cuero cabelludo apretado o parte posterior del cuello.

* Se asustan con facilidad.El piso se siente como que está en movimiento ya sea hacia abajo o hacia arriba sin ninguna razón, Temblores, agitación, temblores, Debilidad en las piernas, los brazos o los músculos

* Pérdida o Aumento de peso

Como controlar la ansiedad y combatirla de manera natural:

  1. Acepta la ansiedad, conviértete en un observador imparcial

La ansiedad es dañina, lo sabemos y por eso queremos eliminarla. Por tanto, es normal que nuestro primer impulso sea negarla y rechazarla. Sin embargo, la paradoja radica en que mientras más intentemos combatir la ansiedad, más agobiados nos sentiremos.

Cuando negamos una emoción o sensación, esta crece. De hecho, la mente de una persona ansiosa no está llena de preocupaciones por hechos de su vida cotidiana sino por las meta preocupaciones. Es decir, se preocupan porque se preocupan. Esta persona activa su crítico interior, una voz que le dice constantemente que la ansiedad es intolerable, que es incapaz de mantener el control o que su existencia es miserable.

De esta forma desencadenan un círculo vicioso que solo sirve para aumentar la ansiedad. Por tanto, no intentes negar la ansiedad que experimentas, simplemente sé consciente de su existencia. Cuando no huyes de una emoción ni la etiquetas como “negativa” puedes adoptar una distancia emocional del problema y recuperar el control de ti mismo.

  1. Tómate tu tiempo, no corras

La mayoría de las personas ansiosas se mueven continuamente de un lugar a otro, comen de pie, sin sentarse a la mesa y realizan diferentes tareas a la vez. Su ordenador, por ejemplo, suele ser un caos compuesto por diferentes ventanas y programas abiertos. Y es que lo que expresamos hacia el exterior, no es más que el reflejo de nuestra mente.

Sin embargo, cuando asumimos las tareas cotidianas desde esta perspectiva caótica y apresurada, le estamos dando una retroalimentación muy negativa al cerebro porque es como si le estuviéramos diciendo que debe funcionar aún más deprisa porque las cosas están fuera de control. Como resultado, el cerebro responde aumentando aún más los niveles de cortisol y adrenalina, que generan más ansiedad.

La solución radica en cortar ese círculo vicioso. Disminuye el ritmo y, sobre todo, dale un orden a las tareas que debes realizar a lo largo del día y prioriza las más importantes. Oblígate a bajar la marcha, verás que logras hacer mucho más, con menos estrés.

  1. No dejes tareas pendientes, aplica la regla de los 2 minutos

Una de las cosas que más aumenta nuestro estado de ansiedad es saber que tenemos tareas pendientes. De hecho, no son las tareas en sí las que nos desgastan y agotan, sino el recordatorio mental constante de que debemos hacerlas.

Los expertos en productividad personal afirman que para resolver este problema, lo mejor es aplicar la regla de los 2 minutos. En práctica, cuando surja una tarea, si esta no requiere más de 2 minutos, hazla inmediatamente ya que posponerla y recordarla consumirá más energía que llevarla a cabo. Si la tarea demanda más tiempo y no lo tienes, pregúntate si es realmente importante. Si es así, búscale un hueco en tu agenda.

Recuerda que la forma en que organices tu día repercutirá en tu estado mental. Por tanto, no dejes que las tareas se acumulen porque si las dejas para el último momento, solo estarás contribuyendo a que aumente tu nivel de ansiedad. Aprender a organizar tu vida te permitirá eliminar una gran fuente ansiógena: las tareas pendientes y las que te roban energía sin brindar ninguna recompensa a cambio.

  1. Reserva una hora del día solo para ti, y haz lo que te venga en gana

En la sociedad en que vivimos, se premia el hacer sobre el ser. Por eso, nos sentimos obligados a correr, a no tener ni un minuto de descanso, porque es sinónimo de pereza, es la antítesis de los valores que promueve la cultura occidental.

De hecho, no es extraño que las personas ansiosas siempre estén llenas de trabajo y proyectos pendientes, no tienen ni siquiera unos minutos al día para dedicarlos a sí mismos. Inmersos en ese estado de tensión constante, no le permiten a su cerebro “desconectar”, como resultado, los niveles de ansiedad se disparan.

Sin embargo, desconectar y estar a solas consigo mismo es tan importante como ser proactivos. Aunque como las personas ansiosas suelen encontrar difícil estar de brazos cruzados, una excelente alternativa consiste en dedicarle al menos una hora cada día a una actividad que realmente disfruten. De esta forma, el cerebro comienza a liberar una serie de neurotransmisores como las endorfinas, que generan un estado de bienestar y relajación.

  1. No le prestes demasiada atención a tus pensamientos, cuestiónalos

La mente de una persona ansiosa es su peor enemigo. De hecho, la ansiedad crece a raíz de los pensamientos poco realistas que la persona va desarrollando. Por eso, es fundamental que aprendas a detectarlos y que detengas su curso.

Lo más usual es que la persona ansiosa responda de manera exagerada ante las situaciones de su vida cotidiana. Hace una tormenta en un vaso de agua, piensa que un simple error tendrá consecuencias nefastas. De esta manera, añade una tensión innecesaria.

Por eso, es importante que comiences a cuestionarte esos pensamientos catastrofistas que no se ajustan a la realidad. Pregúntate: ¿Esa preocupación es realista? ¿Cuántas probabilidades existen de que se cumpla? ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Cómo podría manejarlo?

  1. Enfoca las situaciones desde otra perspectiva

La ansiedad está provocada, en gran medida, por el significado que le conferimos a determinadas situaciones. Por eso, una de las estrategias más eficaces para combatir la ansiedad es cambiar la manera en que pensamos en los agentes estresores.

Un estudio realizado en la Universidad de Yale les presentó a algunos dirigentes un vídeo en el que se transmitía la idea que el estrés era potenciador ya que algunas personas dan lo mejor de sí cuando están bajo presión. Durante las dos semanas siguientes estas personas no solo mejoraron su desempeño laboral sino que reportaron menos problemas psicológicos y sus niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuyeron. En el grupo que seguía creyendo que el estrés es negativo no se apreciaron estos cambios.

Por ejemplo, realizar una presentación en público es estresante y genera ansiedad pero, por otra parte, también es una oportunidad para poner a prueba nuestras habilidades y ampliar nuestra red de contactos profesionales.

En este sentido, te será de gran ayuda utilizar más a menudo el “sin embargo”. Cuando descubras esos pensamientos irracionales, intenta darles una vuelta utilizando este término. Por ejemplo, si mientras estás estudiando piensas: “no voy a aprobar ese examen”. Reestructura ese pensamiento de forma positiva: “quizás no apruebe ese examen; sin embargo, me voy a esforzar para dar lo mejor de mí”.

  1. Aprende a vivir en el “aquí y ahora”

La persona ansiosa suele vivir a caballo entre el pasado y el futuro. Se culpa por lo sucedido y se preocupa o se asusta por lo que podría suceder. De esta forma llena su presente de ansiedad. De hecho, a menudo la ansiedad surge precisamente de esas preocupaciones sobre el futuro.

La persona ansiosa sufre una especie de obsesión por el futuro que le hace focalizarse en todos los desastres que podrían ocurrir.

Sin embargo, para combatir la ansiedad, es importante aprender a centrarse en el presente. Respira, mira a tu alrededor y nota que no está sucediendo nada malo ahora mismo. Disfruta de ello. Ni siquiera es necesario que medites, tan solo debes aprender a centrarte en el aquí y ahora, en la experiencia que estás viviendo, sin criticarla y sin dejar que tu mente divague hacia el futuro.

Como probablemente te resultará difícil abandonar de una vez las preocupaciones, puedes establecer lo que se denomina en la Psicología: “Periodo de las Preocupaciones”. Se trata de posponer esos pensamientos hasta que lleguen esos 30 minutos al día en los que te darás permiso para preocuparte todo lo que desees. Pero una vez que hayan pasado, si acuden a tu mente otros pensamientos ansiógenos, deberás posponerlos hasta la próxima sesión.

  1. Ten cuidado al ventilar las emociones o te dominarán

Durante muchas décadas, se animó a las personas a reprimir sus sentimientos y emociones. Más tarde, se les dijo que era mejor que las expresaran ya que de esta manera, podían aliviar estados como la ira y la ansiedad. Sin embargo, ahora se ha demostrado que ventilar las emociones no ayuda, necesariamente, a manejarlas, ni disminuye su intensidad.

Psicólogos de la Universidad Estatal de Iowa les pidieron a las personas que escribieran un ensayo y después hicieron valoraciones muy negativas sobre este, con el objetivo de generar ira. A algunas personas se les brindó la posibilidad de descargar su agresividad con un par de guantes, pegándole a una pera de boxeo con la fotografía del evaluador. Otras debían esperar sentadas tranquilas en una habitación. Al final, se evaluó su nivel de frustración e ira. Curiosamente, quienes habían “ventilado” sus emociones se mostraron más agresivos.

Esto no significa que debas reprimir las emociones, sino que debes encontrar la manera adecuada de expresarlas. Golpear una almohada, gritar o descargar tu ira verbal contra alguien puede aumentar los sentimientos negativos. Esto se debe a que hay algunas actividades que activan tu sistema nervioso, en vez de calmarlo, que es lo que necesitas. Por tanto, para combatir la ansiedad, es mejor que optes por actividades que te permitan relajarte verdaderamente.

  1. Practica un poco de ejercicio físico

Una de las mejores estrategias para combatir la ansiedad y el estrés es realizar ejercicio físico. No es necesario que le dediques mucho tiempo, apenas media hora todos los días será suficiente. Aunque es recomendable que sean ejercicios intensos, que son los que permiten que se libere una gran cantidad de endorfinas.

De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Princeton descubrió que la práctica regular de actividad física hace que el cerebro resista mejor los embates del estrés porque se produce una reestructuración a nivel funcional. En práctica, el deporte detiene la actividad de las neuronas del hipocampo ventral, que son las principales encargadas de activar las áreas del cerebro vinculadas con la respuesta de estrés y ansiedad.

Por tanto, es conveniente que al menos cinco veces a la semana dediques tiempo a la práctica de ejercicio. No solo notarás una mejoría a nivel psicológico sino que tu salud física también te lo agradecerá.

  1. Aprende a relajarte y a respirar

Las técnicas de relajación son muy eficaces para combatir la ansiedad. Existen diferentes técnicas, una de las más comunes consiste en tensar cada uno de los grupos musculares, para después relajarlos suavemente. De hecho, si sufres ansiedad, es probable que tengas una gran tensión en el cuerpo, sobre todo en la zona de la espalda y el entrecejo.

También existen técnicas de visualización, que brindan excelentes resultados para quienes tienen una imaginación fértil. Una de las más sencillas consiste en cerrar los ojos e imaginar que estás en un lugar tranquilo que te gusta y en el que te sientes a gusto. Imagina todo con la mayor cantidad de detalles y después, simplemente déjate embargar por las sensaciones positivas que estás experimentando.

Estas técnicas se deben acompañar con una buena respiración. De hecho, aunque no somos conscientes de ello, la respiración es un proceso muy importante a través del cual la mente obtiene una retroalimentación de nuestro estado. Cuando respiramos rápido y de manera superficial, nuestro cerebro entiende que algo no va bien y que podemos estar en peligro, por lo que aumenta el nivel de ansiedad. Cuando respiramos lenta y profundamente, todas las funciones corporales, incluyendo el latido cardíaco, se acompasan y es más fácil relajarse.

Si logró identificar más de una señal de ansiedad, es necesario que tome acción rápida y prevenga que éstos síntomas aumenten o incluso aparezcan otros.

La vida diaria, situaciones inesperados como la muerte de un familiar, una enfermedad, etc. contribuyen a que la ansiedad se salga de control, si usted sabe que hacer y como controlar la ansiedad tendrá la posibilidad de controlar su vida y no la ansiedad controlarlo a usted.

Comparta si quiere esta información en las redes sociales, quizás usted tiene familiares o conocidos que están viviendo un infierno con la ansiedad y no se atreven a expresar lo que sienten. Ayúdales a mejorar su vida, ellos se lo agradecerán.