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Las defensas bajas

Por qué tenemos las defensas bajas

La debilidad del sistema inmunológico de una persona puede llevarla a sufrir diferentes amenazas al tener defensas bajas. Un caso de defensas bajas modifica la respuesta del organismo para enfrentar todo tipo de virus e infecciones en potencia.
El cuerpo, de esta manera, queda a la mercede de diferentes agentes nocivos que pueden alterar el equilibrio del organismo de distintas maneras.
Los primeros indicios de que podemos llegar a tener las defensas bajas no los da el hecho de sufrir repetidas infecciones en cortos períodos de tiempo (varias semanas).

Uno de los pilares más importantes para que el organismo pueda dar respuestas satisfactorias en caso de infecciones es un sistema linfático funcional. Los nódulos linfáticos, en este sentido, tienen un papel protagónico (dado que filtran todo tipo de desperdicios en los tejidos orgánicos).

El centro más importante para defender al organismo es el timo, sitio en el que se forman los glóbulos blancos que actuarán como defensas para impedir que enfermemos. En los casos en los que este órgano no funciona como corresponde pueden sucederse todo tipo de problemas.

Según la evidencia científica recopilada en los últimos años una alimentación balanceada es una de las claves para evitar el problema de las defensas bajas.

En una alimentación completa debe haber un adecuado consumo de frutas y verduras (son los que nos aseguran un correcto aprovisionamiento de vitaminas, impidiendo cualquier tipo de problemas con las defensas).

Las personas que tienen las defensas bajas, además, son mucho más proclives a contraer alguno de los virus que circulan de forma estacional. Aquellos que consumen un variado espectro alimenticio (con nutrientes de todos los colores) no tienen estos inconvenientes, y en caso de contraer un virus se pueden deshacer del mismo en muy poco tiempo.

Como subir las defensas del cuerpo

Las personas poseen una serie de barreras de defensa que impiden la entrada de los agentes dañinos y producen sustancias que se encargan de combatir a los virus y a las infecciones.

Estas barreras pueden ser  externas, como la piel o las mucosas, que están en contacto con el exterior e internas, están localizadas dentro del organismo, como los macrófagos o los linfocitos.

La función principal del sistema inmunológico es el de proteger al organismo de las enfermedades causadas por losvirus, hongos, parásitos y bacterias, identificando y destruyendo a los agresores a los que intentan introducirse al cuerpo.

En algunas ocasiones el sistema inmunológico se debilita por los estados emocionales, cáncer, HIV/AIDS, enfermedad inflamatoria intestinal, deficiencia de nutrientes, procedimientos médicos, una alimentación inadecuada y por el tabaco.

Para poder subir las defensas de manera natural se puede hacerlo a través de la alimentación. Existen varios alimentos y hierbas que contienen vitaminas A, B, C y E y también minerales que ayudan a reforzar el sistema inmune.

Entre los alimentos más importantes se destacan el arroz, salvado, avena, que son ricos en minerales, aportanmagnesio, zinc y hierro.

Los frutos secos tal como las almendras, avellanas, nueces, castañas contienen grandes cantidades de vitamina B y E al igual que la levadura de cerveza.

También pueden consumirse el aceite de oliva, girasol o soja, los mariscos y pescados, huevos, mantequilla y las frutas y verduras que son ricas en vitamina C.

Se pueden utilizar algunas plantas medicinales que incrementan la inmunidad del organismo ayudándolo a subir las defensas y a no caer fácilmente ante las enfermedades.

La uña de gato es muy buena ya que estimula la capacidad de los glóbulos blancos para destruir los microorganismos o elementos extraños de la corriente sanguínea. El Shiitake, posee propiedades antivirales y antitumorales. El Maitake, ayuda en el tratamiento del cáncer.

En lo que respecta a la Equinacea cuenta con propiedades antimicrobianas en contra de bacterias, hongos y virus, el Regaliz inhibe el crecimiento de los microorganismos y la Genciana que estimula la producción de glóbulos blancos.

¿Cuándo debemos alertarnos porque las defensas están bajas?

1.- Dolor garganta, sobre todo si se es fumador

2.- Cansancio en mayor grado de lo que correspondería a lo habitual

3.- Tristeza emocional… Sensación de “desbordamiento mental”

4.- Heridas que tardan en cicatrizar

5.- Dolores musculares frecuentes sin hacer ejercicio

6.- “Pupas en los labios”

7.- Debilidad general

8.- Estar frecuentemente enferm@

9.- Caída abundante de cabello

10.- Uñas quebradizas, amarillas o con manchas blancas.

Con los cambios de estación y en esta época especialmente, son típicos los procesos víricos (una gripe), y los bacterianos, que son los que precisan antibioterapia. Estos cuadros han de ser valorados por un médico y tratados según proceda.

El abuso de antibióticos sin ser necesario, también puede alterar las defensas naturales del organismo. Insisto, la prescripción de antibióticos, ha de correr a cargo de un facultativo médico.

La correcta hidratación de una piel sana, evita lesiones y heridas. Y un cuidado específico del cabello, también te ayudará a mantenerlo más firme y sano, si además cuidas tu sistema defensivo.

¿Qué complementos alimenticios podemos tomar y dónde se encuentran de forma natural para mantener a tope nuestras defensas?

La forma natural de fortalecerte, por dentro y por fuera, siempre resulta la más eficaz. Si no fuese así, y necesitases un complemento alimenticio; quiero insistir también, en que te dejes aconsejar siempre por expertos.

A continuación te enumero ejemplos y alimentos que te podrán ayudar:

Vitamina C: guayaba, grosella negra, pimiento rojo, perejil, kiwi, col de Bruselas, fresas espinacas y todas las consabidas frutas ácidas como naranja, mandarina, lima o mango

Vitamina E: Aceite de girasol, nueces, aceite de sésamo, avellanas, soja, almendras, nuestro querido aceite de oliva o la margarina.

Ácido fólico: hígado de pollo, ternera o pavo; legumbres, especialmente los cacahuetes, los guisantes, soja; verduras verdes y hortalizas como las endivias, espinacas, coles o acelgas y sin duda los cereales como la avena el trigo, maíz o arroz.  Algunas frutas también contienen ácido fólico como el melón, aguacate, la naranja o el plátano.

Flavonoides: cítricos, ginkgo, te, vino especialmente el tinto, chocolate negro

Hierro: almejas, vísceras, legumbres, vegetales verdes como las espinacas o las acelgas, cereales integrales y las carnes rojas o blancas y el pescado.

Zinc: chocolate negro, las ostras, los cacahuetes, calabaza naranja, mantequilla y sésamo, germen de trigo, hígado de ternera o el cordero.

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