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La energía vital y la energía universal

El Universo y todo lo que nos rodea está compuesto de energía, de partículas elementales que componen los átomos y que están en constante movimiento.


A este movimiento u oscilación lo llamaremos vibración. Aunque nos cueste creer, una mesa, el aire o nosotros mismos somos energía vibrando. Cuanto más densa es la materia, más lenta es la vibración de la energía y cuanto más sutil es la materia más rápida es la vibración de la energía.

Cuando decimos que todo es energía, es así literalmente; es decir, incluso los pensamientos y las emociones son energía y dependiendo de la capacidad de éstos tendrán un tipo de vibración u otro. Los pensamientos y emociones negativas como la envidia, el odio o el miedo son energías de baja vibración y por el contrario, los pensamientos y emociones positivas como la alegría y el amor son energías de alta vibración; de hecho, el Amor es la energía que tiene la frecuencia de vibración más elevada que existe.


El Universo y todo cuanto existe está formado por energía. En el fondo sólo existe una única energía a la que llamamos AMOR. Todas las demás son variaciones de dicha energía, incluso variaciones a su opuesto al que llamamos MIEDO, pero aun así, variaciones.

Básicamente podemos definir dos tipos de energía: Energía Vital y Energía Universal.


1. Energía Universal

Es la energía del Universo, presente en todos los lugares y accesible a todos los seres de la creación. Esta energía forma un manto infinito del que todos los seres se nutren y alimentan. En su forma más pura es luz, energía cristalina, pero puede modificar su vibración y convertirse en energía densa o negativa. Recordemos que las dos caras de la moneda forman la moneda. Los dos opuestos forman un todo. Aunque en general, cuando hablamos de Energía Universal nos referimos a la energía de alta vibración presente en el Universo y de la que todos nos nutrimos al respirar.

 
2.  Energía Vital

Es nuestra propia energía interna. Al absorber la Energía Universal con la respiración o la comida, se produce un proceso de transformación energética por la cual adaptamos la energía que captamos a nuestra propia energía interna. Cada uno de nosotros vibra a un nivel energético distinto y nuestra energía interna tiene que estar en consonancia con dicho nivel. Nuestros chakras al captar la energía ejercen esa función de transformación. Nuestra energía interna fluye a través de nuestro sistema energético por unos canales llamados Meridianos por la medicina china. Esta energía se conoce desde la antigüedad en diferentes culturas. Por ejemplo, en la China la llaman Chi, en Japón Ki, en la India Prana, etc.

              


Existen dos fuerzas o polaridades universales de cuya interacción surge todo lo creado y las cuales deben estar en equilibrio: el yin y el yang. El Chi o Ki contiene ambas energías, el yan(energía masculina) y el yin (energía femenina). Del equilibrio entre ambas surge la armonía universal, física y mental.

 

El cuerpo humano está formado por numerosos campos de energía que rodean el cuerpo físico, emanan de él y pueden interaccionar con él y con sus múltiples funciones.

El conjunto de estos campos de energía es llamado Campo Áurico o Aura. A su vez, estos campos de energía también son llamados Cuerpos Sutiles.


Los Cuerpos Sutiles son bandas de energía de diferente intensidad que rodean lo físico y lo interpenetran. Su función principal estriba en contribuir a la coordinación y la regulación de las actividades del alma durante la vida física.

La filosofía oriental distingue seis cuerpos sutiles alrededor del organismo físico, pero para lo que aquí nos concierne, consideraremos el sistema energético humano con los cuatro primeros aspectos o cuerpos: El físico, el etéreo, el astral y el mental.

La salud óptima requiere que todos ellos se hallen correctamente ajustados y armonizados. Si los cuerpos sutiles funcionan inadecuadamente, aparecen los problemas psicológicos y físicos. Tales desajustes pueden ser debido a traumas, tensiones, emociones fuertes, actitudes mentales incorrectas, etc. Por consiguiente, los esfuerzos deben dirigirse a procurar nuestra salud física, mental y emocional.

Cualquiera que sea el plano en donde se sitúe el desequilibrio, en última instancia, la manifestación tendrá lugar en lo físico, ya que éste es el recipiente de todas las influencias sutiles. Nuestras emociones y nuestras energías mentales se traducen y se expresan necesariamente a través del cuerpo físico en el que vivimos y mediante el cual experimentamos la vida.

La terapia de Reiki consiste en la canalización de Energía Universal para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu, creando una persona sana y equilibrada. Su uso puede ser específico, para dolencias puntuales, o general para crearnos armonía. Esta energía se conoce también como ‘chi’.

Cuando visitas un acupunturista, usan agujas para facilitar el flujo de esta energía a través de meridianos o canales en el cuerpo. En resumen, todas estas técnicas sirven para armonizar tu sistema energético y liberar los bloqueos energéticos del cuerpo. De este modo, tu mismo estas en la mejor situación posible para sanarte en todos los niveles, tanto físico, mental, emocional y espiritual.


Reiki usa esta misma energía. Es una forma de enfocar esta energía sobre ti u sobre otros cuando se aprende en los cursos. Cuando recibes Reiki estas recibiendo Energía Universal, que algunos llaman la energía del amor puro y otros lo llaman Energía Divina, según sus creencias. (lo bueno de Reiki es que carece de dogmas o creencias)

El practicante de Reiki actúa como un canal, canalizando esta energía hacia la persona que la recibe. Esto lo diferencia de cierta forma de las técnicas descritas arriba, ya que las personas que la reciben realmente sienten esa sensación de amor y paz que ocurre cuando liberamos nuestros bloqueos.

Cuerpo Etérico

También conocido como cuerpo sutil, doble etéreo y cuerpo vital, entre otros términos.

El nombre de doble etéreo expresa exactamente la naturaleza y constitución de la parte más sutil del cuerpo físico (el cuerpo etérico está íntimamente relacionado con el cuerpo físico denso, siendo el cuerpo etérico su parte más sutil, pero dentro del plano físico). Es etéreo porque se compone de materia etérea, y doble por ser el duplicado exacto del cuerpo físico, su sombra energética, por decirlo así.

 

 

Por medio del cuerpo etérico circula la vitalidad a lo largo de nervios del cuerpo. Estos nervios físicos densos tienen su contraparte etérica llamada conductos nadis, y por ellos circula lo que los orientales llaman Prana, que vendría a ser como una energía positiva activa y vitalizante (también conocida como energía vital).

Por esta razón, generalmente en nuestra literatura se le menciona como el «vehículo de Prana» al cuerpo etérico. Por medio de este vehículo el cuerpo físico asimila el alimento y crece, nos capacita para propagar la especie, produce el calor interno del cuerpo, obra sobre los nervios y los músculos y nos abre las puertas de comunicación con el mundo externo a través de los sentidos.

 

Cuerpo Astral

El plano astral es una región determinada del Universo que rodea y penetra al mundo físico. Es imperceptible a la observación ordinaria por estar constituido por una clase más sutil de materia. Este doble etéreo es perfectamente visible a la vista ejercitada, siendo su color de un violáceo gris, grosero o delicado en su textura, según sea la estructura del cuerpo denso desde el punto de vista energético.

El cuerpo astral del hombre es un vehículo que, a la visión clarividente, no aparece muy diferente del físico; está rodeado de un aura de colores centelleantes y compuesto de materia mucho más fina y sutil que la física; es el vehículo por medio del cual el hombre expresa sus sentimientos, pasiones, deseos y emociones; además sirve como puente y medio de transmisión entre el cerebro físico y la mente, la cual actúa en un vehículo de orden superior, llamado cuerpo mental.

Así como en el cuerpo etérico circula el Prana (energía vital), en el cuerpo astral actúa el principio Kama (deseo). Este principio comprende el conjunto de apetitos, pasiones, emociones y deseos que puede expresar o sentir el ser humano durante el transcurso de su existencia. La capacidad de poder sentir emociones la tenemos gracias a poseer un cuerpo astral.

El cuerpo astral es, por lo tanto, un verdadero puente entre nuestra vida física y la mental; actúa como transmisor de vibraciones, tanto del físico al mental como de éste a aquél, de hecho, se desarrolla gracias al constante pasaje de vibraciones en ambas direcciones.

Se extiende este cuerpo a nuestro alrededor variando de color según nuestras emociones.


Cuerpo Mental

El cuerpo mental es el vehículo a través del cual el Yo Superior se manifiesta como intelecto concreto.

En él se desarrollan los poderes de la mente, la memoria, la imaginación y las funciones analíticas. Los pensamientos, la capacidad de imaginar, la memoria y la posibilidad de visualizar en nuestras mentes figuras como si realmente tuviéramos un ojo y una pantalla interna capaz de ver en la oscuridad dentro de nuestro cerebro.

El razonamiento, incluso el poder de hablar y coordinar las palabras y muchas cosas más que todavía no hemos alcanzado a comprender ni hemos desarrollado, son el resultado y la posibilidad que nos confiere el tener un cuerpo mental a nuestra disposición.

El cuerpo mental está constituido por un tipo de materia mucho más sutil que el cuerpo astral, compenetrándose con éste y con el físico, rodeándolos con una atmósfera radiante a medida que se desarrolla, haciéndose más y más grande conforme aumenta el desarrollo intelectual.

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