Blog de Terapias Vigo

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Lugares Mágicos de Galicia

GALICIA: TIERRA DE MEIGAS, TIERRA  DE MOURAS, SERES MITOLÓGICOS, LEYENDAS, HAY MUCHÍSIMOS SITIOS CON ENCANTO Y BONITOS EN GALICIA PERO EVIDENTEMENTE TAMPOCO VOY NOMBRAR TODOS EN ESTA ENTRADA  PUES IGUAL NO COJERIAN, EXPONDRÉ SOLO LOS QUE YO CONSIDERO MAS IMPORTANTES POR SER ESPECIALES PARA MI Y REALMENTE MÁGICOS!!!!

ESPERO QUE OS GUSTEN Y SI ALGUIEN NO HA VISTO ALGUNO LE RECOMIENDO IR.

 

SAN ANDRÉS DE TEIXIDO: 

Esta blanca iglesia de la sierra de A Capelada es un lugar de peregrinación famoso en toda Galicia porque la gente, bien previsora, sabe que si no se va en vida habrá que ir tres veces de muerto. En los alrededores de la iglesia estaba vetado matar a cualquier animal porque podían ser la reencarnación de algún incauto que no había peregrinado a San Andrés en vida. Sí, reencarnación y catolicismo unidos en una curiosa alianza en este lugar mágico. Además sus figuritas de pan son un souvenir a reivindicar y los acantilados vertiginosos en los que está situada la iglesia pueden mirar de tú a tú a sus compañeros irlandeses y noruegos.

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CASTRO DE SANTA TECLA EN LA GUARDIA:

De las numerosas muestras de la cultura castreña en Galicia (cultura anterior y luego contemporánea a la romanización cuyos habitantes vivían en castros, construcciones de piedra) Santa Tecla es uno de los ejemplos mejor conservados. Destaca su espectacular situación, con vistas a Portugal, a la desembocadura del Miño y al océano. Paseando por entre sus casas redondas es fácil sentirse mitad arqueólogo mitad personaje de Astérix al ir identificando grabados rupestres en las paredes de las construcciones.

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MONTE PINDO EN CARNOTA:

La presencia de los celtas en Galicia es más que discutible, pero a esta montaña en las cercanías de Carnota le ha quedado el sobrenombre de “Olimpo celta” que lo identifica como máximo lugar sagrado, si no para los celtas, sí para los intelectuales gallegos del XVIII en adelante. Leyendas de castillos desaparecidos, megalitos y cuevas a los que se atribuyen significados ocultos y una más tangible explotación de wolframio de la Segunda Guerra Mundial coronan sus impresionantes vistas de una de las mejores playas gallegas.

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POZA DA MOURA EN DOMAIO (MOAÑA):

Cuenta la leyenda que en las noches de verano se oyen en Domaio los lamentos de una «moura». Este ser mitológico gallego, siempre de excepcional belleza, llora la pérdida de su amado a manos de su padre, que no aprobaba su relación con un campesino. Ella, rota de dolor se sumergió en la poza que hoy lleva su nombre. Desde entonces, la bella muchacha tan solo se aparece en las noches de San Juan, cuando se la puede ver desenredando sus cabellos con un peine de oro.

Este hermoso relato, hermano de otras miles de historias sobre «mouros» y «mouras» en Galicia, ha dado nombre a uno de los puntos más bonitos y mágicos de O Morrazo. «A Poza da Moura» es una charca natural conformada por el río Muíños en su rápido discurrir por el Monte Domaio. Sus aguas, tan cristalinas como frías, ofrecen un «jacuzzi» con una excepcional panorámica de la ría de Vigo y el puente de Rande.

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SANTUARIO VIRXEN DA BARCA: MUXÍA:

En  plena Costa da Morte se encuentra Muxía, villa marinera por excelencia con multitud de historias a sus espaldas ligadas al mar. Cerca del cabo Finisterre y en la provincia de A Coruña, Muxía es conocida por su gastronomía, paisajes y un conjunto de piedras que han generado interés tanto para los de dentro como para los de fuera.

La historia más antigua de Muxía está relacionada con ese conjunto de piedras situadas en la Punta da Barca, un lugar privilegiado al lado del mar, del santuario de Nosa Señora da Virxe da Barca  y del faro de Punta da Barca.

La leyenda cuenta que la Virgen vino a esta zona en una barca de piedra para animar al Apóstol Santiago después de ganarse la aversión de los habitantes de la ciudad de Duio. La comarca quedó sumergida bajo las aguas, desapareciendo todos los habitantes al desobedecer las predicaciones del Apóstol y rendir culto al Sol. Santiago se retiró a la Costa de Muxía a rezar y a suplicar a Dios que las gentes cesasen la aversión que sentían a sus predicaciones.

A partir de este momento empezó a desarrollarse una leyenda alrededor de estas famosas piedras, situadas muy cerca del mar y protagonistas de numerosos ritos e historias mágicas. Según la leyenda, estas piedras forman parte de la barca de piedra en la que llegó la Virgen.

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Piedras y mitos en el Santuario da Barca:

Además de estas, con la cristianización aparecieron también otras leyendas de tipo religioso relacionadas con la “Pedra de Abalar”. Un lugareño cuenta que durante la Guerra Civil entre Castilla y Portugal la piedra no se balanceó en los siete años que duró la contienda. Se cuenta también que en una ocasión unos ladrones quisieron robar en el Santuario de la Barca y la piedra se balanceó tan fuerte que su fuerte sonido despertó a todos los vecinos asustando así a los ladrones.

Pedra dos Cadrís

A la “Pedra dos Cadrís” o “Piedra de los riñones” por su forma, se la atribuyen propiedades curativas. Se cree que si se pasan nueve veces debajo de ella se curan las enfermedades de riñones, dolores de espalda y de cabeza y que simboliza la vela de la barca donde la Virgen hizo su aparición.

Pedra do Timón

La “Pedra do Timón” se denomina así por su similitud con el timón de un barco y también está relacionada con la leyenda al creer que esta piedra es en realidad el timón de la barca en la que apareció la Virgen.

Pedra dos Namorados

Cerca de estas se encuentra también la “Piedra o Furna dos Namorados”, en un lugar más escondido donde las parejas de enamorados se juran amor eterno.

Si queréis conocer más sobre estas interesantes piedras y las historias que las rodean, asomaros a Muxía y empaparos de la cultura gallega desde dentro.

 

 

PLAYA DE AS CATEDRAIS : EN RIBADEO (LUGO)

Esta playa es muy especial para mi, es mágica, en ella se ocultan los cuerpos de aquellas personas que el mar hechizó y llevó consigo. A diferentes horas del día el juego de luces y sombras, así como el mundo de puertas que se abren y cierran en función de cómo se encuentran las mareas, hacen de esta una de las playas más especiales del país.

Hay un punto en el que las aristas de los arcos se iluminan y en ese mismo instante cuenta la leyenda que se puede predecir el futuro o recuperar el pasado. Algunos viejos marineros narraron que en aquellas noches en las que la luna no se ve en el cielo, donde todo es oscuro, unos puntos iluminan la entrada del arco, divisándose en el centro del mismo los ojos verdes de las sirenas que guían en el camino de vuelta a casa.

Cuenta la leyenda que entre los enormes pasadizos de roca de la Playa De Las Catedrales en Ribadeo (Lugo) duermen las almas de muchos marineros que fueron seducidos y hechizados por el canto de las sirenas.
Dicen que el enorme arco que se adentra en el mar, es la puerta que divide los dos mundos y que si logras presenciar una puesta de sol en el momento en el que la marea llega a su límite más bajo, los dioses estarán a tu lado para complacer el deseo que formules en ese momento…

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LOS CAÑONES DEL SIL EN LA RIBEIRA SACRA (ORENSE):

Como ocurre con  gran parte de los paisajes de nuestro país, una histórica narra el origen de este lugar. Todo comenzó cuando el dios Júpiter quedó totalmente enamorado de la tierra gallega. Para hacerla totalmente suya decidió atravesarla por el río Miño. Pero su esposa no estaba dispuesta a compartir el amor de su marido con este lugar, por lo que decidió con sus poderes abrir una gran herida en la zona (el Cañón del Sil), lo que acabaría con el enamoramiento de Júpiter. Sin embargo, nada ocurrió como la diosa Juno había planificado, todo lo contrario: Júpiter entró en cólera y la condenó a vivir sola y eternamente en las laderas de aquella herida que ella misma había provocado. La desolación y la condena a la que se vio sometida la diosa duraron poco tiempo, pues su marido decidió perdonarla y reencontrarse de nuevo en Os Peares, lugar en el que el Miño y el Sil se unen.

Una visita a estos cañones, implica un recorrido en catamarán por sus aguas. Son varias las empresas que ofrecen este servicio así que podéis elegir la que más se ajuste a vuestro presupuesto. Los recorridos son diferentes, las hay que circulan por el río Miño, mientras que otras se centran en los Cañones del Sil. Normalmente tienen una duración de dos horas y junto a los turistas viaja un agente especializado que da las indicaciones pertinentes sobre lo que va mostrando el paisaje. Además suelen tener dos zonas, una cubierta y otra descubierta para que podáis ir cambiando a lo largo de todo el viaje. Es sin duda una experiencia que todo el mundo debería vivir si vais a viajar al Cañón.

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LOS ANCARES EN O CEBREIRO (LUGO):

Sierra Dos Ancares, tierra de leyendas

Cuenta una leyenda que una maga convertida en ciervo recorría los montes de la sierra de los Ancares y que, al ser herida por un cazador le lanzó una maldición. La de padecer eternamente por estar enamorado y no ser correspondido. Esa leyenda fue recogida posteriormente por Gustavo Adolfo Bécquer en La corza blanca aunque, por aquellas cosas de la vida, el autor la situó en otra región de España. De esta historia se desprende una tradición oral ancestral que tiene mucho de superstición y que se transmite de generación en generación, porque aunque como dicen por la zona, no creen en las meigas, pero haberlas haylas. Por esa razón, cada vez que una tormenta asoma en el cielo las campanas de todas las iglesias de las aldeas  tañen en duelo para que los rayos y los truenos vayan a descargar su enfado y el granizo sobre otro lugar.

Pero los Ancares, esos montes que se sitúan en Galicia y la provincia de León, cerca del límite de ambas provincias con Asturias, son mucho más que una eterna historia de amor despechado y el miedo a los elementos. Son un espacio natural en el que la mente se evade y las especies protegidas campan a sus anchas. No en vano, la zona ha sido declarada Reserva Natural de la Biosfera por la UNESCO, título que ha ayudado a mantener un ecosistema ideal para especies en peligro de extinción y perfecto para quienes gusten de disfrutar de la naturaleza en estado puro. Entre esas especies que con tanto mimo intentan preservar.

Madroños , alcornoques y abedules esconden entre sus hojas urogallos, corzos y algunos ejemplares de zorro rojo que pugnan por convertirse en los depredadores por encima del temido lobo que tan  bien retratara el ya fallecido Félix Rodríguez de la Fuente en su serie ‘El hombre y la tierra’.

En la sierra de los Ancares no sólo se dejan ver plantas y animales, también el hombre y el paso del tiempo han ido dejando su huella. Para los buscadores de historias y de vestigios del pasado, la zona posee una buena muestra de castros prerrománicos que harán sentirse a los profanos como un personaje de los comics de Asterix y Obelix. Y es que estas montañas guardan como muy pocos lugares el legado de los celtas con construcciones como las Pallozas, que, aunque posteriores conservan la estructura de las antiguas construcciones célticas. Las pallozas no son otra cosa que construcciones diáfanas que hasta no hace demasiado tiempo, servían de establo y de vivienda, un lugar en el que hombres y animales convivían para hacer frente a las bajas temperaturas del invierno por estos lares.

Siglos después de la instalación del pueblo celta, en la época medieval se construyeron los castillos de Doirás y Donís, dos edificaciones que se conservan aún en pie y que conservan el espíritu de la zona y alimentan la leyenda. Esa mitología que acompaña al viajero en su visita a las canteiras de Lampazas y Piornedo. Y es que la localidad de Piornedo es una buena muestra de la forma de vida de los habitantes de la zona y de su forma de entender la vida.

Una vida tranquila y sosegada como sólo la naturaleza sabe dar, pero que conserva la superchería de los antiguos con el culto al fuego y las leyendas, como la de la Fuente de Campa Barreiro, un lugar en el que, quienes aún crean en la historia de la cierva deberán acudir, tocar tres veces y lograr así el favor de la persona amada. Si no lo logra al menos habrá cumplido con un lugar inigualable, casi se diría de ensueño y regresar con una imagen de cuento en la retina.

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AS FRAGAS DO EUME EN AS PONTES DE GARCÍA RODRIGUEZ (CORUÑA):

Nada más entramos en las Fragas del Eume, nos daremos cuenta del porqué de la denominación de Parque Natural. Quizás pensemos por qué no Parque Nacional. Nos encontramos ante uno de los bosques costeros atlánticos mejor conservados de Europa. El río Eume nace en la Sierra do Xistral, a 880 m de altura. En su viaje diferentes arroyos van vertiendo sus aguas para ir engradeciendo este gran río gallego. Su carrera se ve cortada por un gran embalse construido entre 1955 y 1960. Pero después de aquí es donde sus aguas y la de sus afluentes se encajonan en un valle granítico, convirtiendo el paisaje, las aguas y la vegetación en arte.

Cuenta la leyenda que con el Eume nacieron dos ríos más en la misma sierra, el Sor y el Landro. Dios prometió que al primero que llegase al mar le daría a un hombre todos los años como ofrenda. Los tres pactaron que recorrerían juntos el camino y llegarían al mismo tiempo. En un lugar, cansados de su viaje, decidieron descansar. Uno de ellos despertó primero y traicionándolos emprendió el viaje hacia el Océano. El otro, al abrir sus ojos y comprobar que faltaba uno, abandonó el lugar también dejando sólo al Eume. Así el Eume, al despertar, enfurecido y embravecido, emprendió el viaje saltando todo lo que se le interpuso en el camino, formando valles y saltos hasta llegar antes que los dos traidores. Así, estos, quedaron relegados a simples afluentes. Hasta la construcción de los embalses, el Eume, todos los años se llevaba la vida de algún hombre debido a la bravura de sus aguas.

El Parque Natural de “As Fragas do Eume” fue declarado en 1997. Su superficie ocupa 9.125 Ha. y cada año alcanza una cifra de visitantes cercana a los 70.000. Ocupa parte de los concellos de Cabanas, A Capela, Monfero y Pontedeume. La opción más cómoda para ir es llegar hasta la población costera de Pontedeume, que como su nombre indica el Eume pasa y desemboca en esta villa. Después tan sólo seguir el curso, aguas arriba, del famoso río. Una indicación nos indicará la pequeña carretera a seguir para adentrarnos en el verde valle. Pronto la vegetación se hace más densa y pronto veremos las aguas cristalinas de los afluentes agrandar la viveza del río que cada vez se encajona más.

Una gran variedad de especies vegetales caducifolias como pueden ser carballos (robles), abedules, castaños…y así hasta 23 especies más, pueblan las riberas del río.También muchos helechos, como la emblemática y prehistórica , adornan el parque natural. Sin duda lo mejor es hacer a pie las rutas, aunque podemos llegar en coche hasta el corazón de la fraga, pues así disfrutaremos y nos meteremos más en la magia que emana de este bosque. Zonas de descanso, puentes de madera, puentes colgantes y arroyos formando cascadas al pie de la carretera nos dejaran con la boca abierta del maravilloso espectáculo que la naturaleza nos brinda en este lugar, tal como era hace cientos de años.

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SIERRA DO COUREL:

La loba blanca (O Courel)

Cerca de una aldea do Courel, vivía una manada de lobos que tenían por jefa una enorme loba blanca.

Un día los lobos mataron a varios terneros de una corte, así que los habitantes de la aldea decidieron dar una batida para cazar a los lobos. Cuando los perros encontraron a la manada de lobos, la loba blanca los atacó mientras el resto de la manada huía, y aún consiguieron matar a algunos con las escopetas. Los hombres le arrancaron la piel pensando que podrían venderla por su raro color.

 Esa noche la gente despertó asustada por el aullido de los lobos. Cada vez se oían más cerca hasta que hubo un momento en el que los lobos aullaban en las puertas de las casas.

    Los hombres salieron a las ventanas con escopetas para matarlos pero solo veían sombras que desaparecían en la oscuridad de la noche, aunque no podían verlos disparaban donde momentos antes se moviera una sombra, pero no consiguieron que cesaran los aullidos.

    Al salir el sol no hubo más aullidos, los hombres buscaron los cuerpos de los lobos pero no encontraron ni un solo rastro de ellos. Dieron una batida pero ni siquiera vieron a los lobos.

    Esa misma noche los lobos volvieron pero no se conformaron con aullar al pie de la puerta sino que subieron a los tejados de las casas haciendo temblar a todos.

  Al amanecer volvieron a cesar los aullidos y con ellos también pararon los tiros. La gente temerosa se reunía en la plaza del pueblo para decidir qué hacer.

   Unos decían de dar otra batida pero la mayoría pensaban que no eran lobos sino demonios y con estos no valen las batidas porque no se les puede matar. Estaban discutiendo sin saber que hacer cuando una mujer con fama de «meiga», gritó:

-¡Vienen a por la loba! -Callaron las voces y se dirigieron hacia ella.
-Llevadle la piel al claro que hay en el medio del bosque -dijo. Acto seguido se acercó al que había matado a la loba y le ordenó:
-Lleva el cuerpo y échalo sobre ramas de tejo de manera que le de la luz de la luna.

    El hombre hizo lo que le mandó la mujer, mientras el resto de la aldea se apresuraba para llegar a sus casas.

    A la noche volvieron a oír los aullidos pero ya no sonaban en la aldea sino, en el bosque en el lugar dónde habían dejado la piel de la loba. Los lobos le estaban rindiendo el último homenaje a quién fuera su reina.

  Con los primeros rayos de sol cesaron los aullidos y los vecinos no volvieron a ver desde aquella noche a la manada de lobos. Aunque en las noches de luna llena se pueden oír los aullidos y algunos aseguran que en esas noches se puede ver a la luz de la luna a la manada con la loba blanca a la cabeza.

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LA CASCADA DE ÉZARO:

En las faldas del Monte Pindo, el Olimpo Celta, y a escasos 20 kilómetros de Fisterra se encuentra la CASCADA DE ÉZARO (Fervenza do Ézaro ). Se trata de la desembocadura del río Xallas, que se precipita en cascada al mar.

Aunque tanto en Escocia como en los fiordos noruegos hay pequeños riachuelos que desembocan sobre el mar en forma de cascada, podemos afirmar que el Xallas es el río más caudaloso que desemboca de esta manera tan espectacular.

Desde el embalse de Santa Uxía, aguas arriba, el agua se desplaza entre enormes bloques graníticos entre las faldas del Pico Peñafiel y de Alto Furado para hacer un salto final de 40 metros de altura hacia la ensenada de Ézaro.  La fuerza del agua ha provocado que el pozo formado debajo de la cascada tenga una profundidad de 16 metros.

Cuando el caudal del río es abundante, el espectáculo es majestuoso y se puede apreciar la fuerza y belleza de la naturaleza en todo su esplendor. La zona está preparada con unas pasarelas de madera que permiten estar prácticamente debajo de la cascada.

Incluso hay una instalación de focos para que en días puntuales se pueda contemplar la cascada de noche, lo que hace que este espectáculo natural sea una vivencia inolvidable. Es conveniente consultar en la página del ayuntamiento de Dumbría, localidad a la que pertenece Ézaro, el horario y las fechas en las que se ilumina la cascada de noche. Dispone además de una cámara web en la que se puede contemplar la cascada.

Muy cerca de la cascada se encuentra el MIRADOR DE ÉZARO, donde se pueden disfrutar de unas vistas espectaculares de la ensenada, de la bahía de Corcubión con la península de Fisterra al fondo. Este mirador fue final de etapa de la Vuelta a España 2012, reconocido por la organización como uno de los finales más espectaculares y bonitos en la historia de la Vuelta.

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FERVENZA DO RIÓ BAROSA: BARROS , PONTEVEDRA

Es el Parque Natural de Barosa un lugar único en Galicia por la belleza y espectacularidad de su Fervenza y del paisaje que la rodea, y en el que se integran sus siete muiños que uno tras otro aprovechaban el caudal del río para transformar el grano de cereal en harina. Ahí siguen en pié, para admiración de los visitantes. Dos de estos molinos se han rehabilitado y transformado en negocios de hostelería, en lo que es el Restaurante Muiñada de Barosa, un local que habilita distintas estancias para bar, cocina y salas de comedor, estancias de un estilo rústico, pero cómodas para el disfrute de una buena comida.

Nos ofrece su en su carta una cocina de lo mas tradicional en nuestra Tierra, elaborada con alimentos producidos en la cercanía: verduras, pescados y carnes de aquí, cocinados según la tradición de la cocina local.

Un buen ejemplo  es su singular cocido. Los cocidos en Galicia se elaboran todos prácticamente igual, pero sin embargo en algunas zonas aportan algún ingrediente que lo singularizan. En la Comarca de Valdeorras se suele añadir un botillo a la cocción que no se ve en los cocidos de otras zonas.

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CASCADAS DEL TOXA: SILLEDA

Adentrándonos en el territorio gallego, hoy les invito visitar un lugar lleno de encanto, inmerso en bosques antiguos y cargados de leyendas.

Las Cataratas del Toxa están consideradas como las mayores de Galicia, pero no se imaginen unas caídas de agua al mismo nivel de las Cataratas del Iguazú o las Cataratas del Niágara. Los desniveles del terreno no permiten tanta magnitud.

Si te apasiona contemplar la belleza del agua pura saltando entre las rocas, te recomiendo una visita a este recóndito sitio natural, enclavado poco antes de que el Río Toxa desemboque en el Río Deza

Se han construido miradores a lo largo del camino, toda la ruta hasta la“Fervenza do Toxa”es mágica. El salto de agua puede apreciarse desde distintos niveles y puedes detenerte a admirar los silenciosos bosques de robles y encinas, ver el Río Toxa canturrear y humedecer los troncos de los árboles, contribuyendo a la formación del musgo tan característico de estos parajes.

Debido al volumen del Río Toxa en primavera, el agua en suspensión moja todo el cañón hasta su base y realizar fotos desde cerca puede resultar toda una experiencia.

Es aconsejable visitar este enclave natural hacia el verano y hacer un recorrido por el sendero junto al río, ya que hay además del salto grande, hay otros mas pequeños pero igual de bonitos y pintorescos.

Esta maravilla está ubicada en la Provincia de Pontevedra, en el ayuntamiento de Silleda, concretamente en el Lugar de Pazos.

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MUIÑOS DO FOLON Y DO PICÓN: O ROSAL

Os Muiños do Folón e do Picón». Éstos se encuentran en el Ayuntamiento de O Rosal (Pontevedra), a un paso de A Guardia y muy próximos a Portugal.

El Ayuntamiento de O Rosal emprendió en el año 1.990 la labor de restauración y rehabilitación de este conjunto etnográfico, labor que se vio recompensada con su declaración en el año 1.998 como Bien de Interés Cultural.

Para llegar hasta el inicio de la ruta hay que ir en dirección a O Rosal y, una vez aquí habrá carteles indicativos que llevan directamente hasta la zona de aparcamiento. En dicha zona hay un molino que hace la función de oficina de información pero, ese día estaba cerrada.

El sendero consiste en una ruta circular de unos 3 km que parte de la zona de aparcamiento y que termina en el mismo lugar. Se puede empezar por «Os Muiños do Picón» (21 molinos) y volver por «Os Muiños do Folón» (36 molinos), o viceversa. Personalmente recomiendo hacerlo de esta manera, ya que el tramo de subida del Picón es menos duro que el del Folón. Por cierto, la duración del recorrido es de unas dos horas y el grado de dificultad es medio.

La ruta permite conocer una de las concentraciones de molinos fluviales más importantes de Europa, recorriendo los molinos que cubren las laderas del “Campo do Couto”, entre los lugares de Martín e Picón.

Estos molinos están dispuestos como “muiños hermanos”, es decir, de forma encadenada y en una topografía espectacularmente inclinada. El conjunto de molinos constituye un ejemplo único de la integración de la industria tradicional en el paisaje, donde la adversidad del medio fue aprovechada sabiamente en beneficio del hombre.

Os «muiños» ou «muños», que es la denominación que éstos reciben localmente, responden a una tipología de cubierta a un agua y planta rectangular. Resultan especialmente interesantes algunas de las inscripciones presentes en jambas y «lumieiras», relativas a la fecha de construcción, a los propietarios o, como protección frente al mal de ojo.

Estos molinos fueron muy importantes para la economía rural de antaño y, actualmente forman parte del patrimonio cultural y arquitectónico heredado de nuestros antepasados. El predominio de piedra en el paisaje facilitó la obtención del material para la construcción del molino, así como del sistema de conducción de agua.

A lo largo del sendero existen numerosos paneles interpretativos que permiten una mejor comprensión de este singular patrimonio natural y etnográfico, así como un sistema de señalización para indicar el camino correcto.

Los molinos fueron fundamentales en la economía tradicional desde que esta tecnología llegó a Galicia hace más de 1.000 años asociada a los monasterios. Sin embargo, los molinos fueron sustituidos a partir de la década de 1.960 por molinos eléctricos domésticos. De esta forma, este ingenio hidráulico que supuso el comienzo de la revolución de la máquina como ayuda a la humanidad y que tuvo una importante función social, ya que constituían lugares de encuentro de familiares y vecinos, perdió totalmente su protagonismo.

Las fuertes pendientes permitieron la disposición de los molinos de forma encadenada, formando agrupamientos denominados “carreiras”. Estos molinos pueden funcionar todos a un tiempo, ya que el agua procedente del “inferno” de uno pasa al canal del siguiente directamente.

Esta pequeña ruta hará disfrutar al visitante de un atractivo recorrido por los conocidos molinos del Picón y del Folón, hoy declarados Bienes de Interés cultural. Estas construcciones, situadas dentro de este municipio de hermoso y fragante nombre, se asientan en unas laderas que sirven de magnífico mirador sobre O Rosal. Los molinos destacan por la imponente maravilla de ingeniería tradicional que muestran, así como polo suyo aparentemente frágil equilibrio sobre las costas donde se encuentran. Además su entorno, cuidado con esmero, permite ver multitud de especies vegetales especialmente favorecidas por la bonanza del microclima de la zona. En la búsqueda de los antiguos sonidos de las «moas» y de los «rodicios», los caminantes podrán conseguir, desde las alturas, unas magníficas vistas de singular belleza sobre el monte Santa Tegra y sobre el Miño. Sendero homologado por la Federación Gallega de Montañismo.

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FARO DE FINISTERRE: COSTA DA MORTE

Finisterre: viaje al fin del mundo

Hace siglos, este cabo ubicado en la costa de Galicia significaba el acceso al misterioso mundo más allá de las tierras conocidas. Hoy, a pesar de los conocimientos y el progreso de la ciencia, conserva una atmósfera pagana, divina y humana

En la antigüedad, cuando se daba por sentada la horizontalidad de la Tierra, los romanos suponían que allí, donde terminaba la última superficie sólida, emergían los mundos infernales. Hasta la Edad Media, el universo cristiano, en tanto, creyó que el Finis Terrae podía ser el comienzo del Cielo. Actualmente, siglos después de romanos y cristianos primeros, cuando ya se conocen las tierras más allá del Atlántico, el Cabo de Finisterre, ubicado en las costas de Galicia, en España, sigue siendo un lugar en el que conviven lo humano, lo pagano y lo divino.

Sus tormentas hacen que el mundo todo se vuelva noche mientras truenan nubes, se recitan oraciones, se recuerdan leyendas y danzan brujas al compás del sonido de la lluvia.

La Costa da Morte es el lugar en el que se concentran la mayor cantidad de naufragios de las aguas gallegas. Se trata de historias mínimas de 4 ó 5 pescadores que apenas saben despedirse porque navegan con la esperanza de regresar. Y que el único abrazo que reciben antes de morir es el del agua fría que los esconde para siempre en la inmensidad del océano. La tragedia, entonces, no es sólo la muerte, sino la certeza del cuerpo ausente por el resto de los días.

Finisterre es el punto más occidental de la Europa continental. Su faro, construido en 1853 sobre la pequeña península del Monte Facho avanza 3 kilómetros sobre el mar, y es uno de los más emblemáticos de Galicia. Este punto suele ser el final de recorrido de numerosos viajes y peregrinaciones, como el Camino de Compostela.

A los pies de la ladera del Cabo Finisterre es posible contemplar una agreste y bellísima zona de costa. Cuenta la leyenda que los atardeceres allí son tan impresionantes que son la razón por la que los romanos consideraron sagrado el lugar.

El pueblo que rodea el faro es una villa típicamente marinera, formada en torno a la actividad pesquera. Sus estrechas callejuelas están completas de casas típicas. Allí se unen muchos de los elementos que definen hoy al territorio gallego que mira hacia el mar. Las aguas embravecidas; el espíritu de los que han perdido su vida en el mar; las mujeres en puerto esperando mientras tejen redes; los más altos acantilados de Europa bajo el sol; resguardadas playas casi vírgenes; senderos inexplorados; el bullicio de los jóvenes y los turistas; y una gastronomía excepcional, que permite degustar toda clase de mariscos y pescados recién llegados a puerto, elaborados siguiendo las más antiguas tradiciones culinarias.

La vida en Fisterra gira en torno al puerto pesquero y la lonja. En la parte antigua podemos apreciar el ambiente marinero en las estrechas y retorcidas calles, en las casas con balcones o patines, en las plazas, en las tabernas y tascas típicas, donde se sirve la mejor materia prima del mar. Descubrir Fisterra es como viajar en el tiempo. Es el fin del mundo, el Mare Tenebrosum de los romanos, el último escollo en «El Camino» del largo peregrinaje. Cuatro playas rodean el pueblo: Langosteira, situada a la entrada, un precioso arenal de 2 km de longitud. Cala de Corbeiro, hay que caminar desde el castillo de San Carlos hasta el final del paseo marítimo. Ribeira, playa urbana al abrigo del rompeolas. Mar de Fora, salvaje y solitaria, saliendo del pueblo en dirección noroeste.

Cabo Finisterre, Señor de las Tormentas

Sin duda el más emblemático de los cabos del litoral gallego. Constituido por una península que se adentra en el mar 3 Km. El hecho de que esta punta fuera el «Finis Terrae» para los antiguos hizo que nacieran entorno a ella una serie de leyendas. Hay autores que identifican el cabo Fisterra con el antiguo Promontorio Nerio de los geógrafos romanos, otros sitúan en este lugar al Ara Solís, en la que se practicaba culto al Sol. Hay cerca del lugar una serie de piedras vinculadas a leyendas religiosas: las piedras santas, las piedras manchadas de vino, a cadeira de pedra, la tumba de Orcabella. En verano cientos de personas se congregan cada día en los acantilados cercanos para asistir a un espectáculo único: las puestas de sol de hierro candente sobre el océano Atlántico.

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