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Los 7 grados o niveles del Amor

Todos los días son de los enamorados pero bueno, hay «despistados» que necesitan un día especial para recordar y proclamar el amor, aunque sean los comerciantes quienes se lo recuerdan… Feliz San Valentín!

Para celebrar este día vamos a compartir un poco de consciencia sobre el amor de pareja…

1 – Amor físico


Básicamente el encuentro de dos cuerpos motivados solo por la necesidad de compañía, un lazo físico que no incluye las otras dimensiones del ser humano. La pareja duerme, come, trabaja, fornica sin pasión, no es capaz de intercambiar ideas. Vive cada uno encerrado en la cárcel de su individualidad egoísta, concediendo solo la presencia corporal. Es una forma de amor semejante al de los animales domésticos. Cualquier intento de uno de ellos de desarrollar sus capacidades, provoca en el otro angustia, rabia, enfermedad o reacciones encarnizadas para impedirle avanzar por un nuevo camino.

2 – Amor Sexual


Está basado en las atracciones e impulsos de instinto de reproducción. Los hombres buscan el poder (la satisfacción de poder), las mujeres buscan la satisfacción (el poder de satisfacerse). Atraídos por el señuelo del placer, la procreación es función particular del amor sexual: el universo desea la multiplicación de la especie. Después de cohabitar, satisfechos, se rechazan hasta que otra vez surge la necesidad sexual. Cualquier desarrollo espiritual de uno de ellos apaga esa pasión.

  3 – Amor Emocional


Es a menudo la reproducción de la situación emocional que se tuvo en la infancia. Un padre ausente provoca la unión con un hombre que vive en otra ciudad. Una madre fría provoca la unión con una mujer incapaz de amar. Los que en la niñez fueron humillados, golpeados, víctimas de abusos, desilusionados, más tarde buscan un tipo de relación que reproduzca tales sufrimientos. Esta afinidad descontrolada tarde o temprano naufraga en celos y posesión. La persona amada se vuelve objeto indiferencia o de odio.

4 – Amor Intelectual

Descuida el cuerpo, las emociones y la sexualidad en pro de la comunión mental. El hombre ama a una mujer ideal, imposible, lejana. La mujer necesita que el hombre le entregue todo, hasta la vida, para poder amarlo.

 5 – Amor Consciente

Poniéndonos como meta el perfeccionarnos a nosotros mismos nos esforzamos para que el ser amado llegue a alcanzar su propia perfección, sean cuales fueran las consecuencias para nosotros. Con humildad y tolerancia estudiamos que es y que puede llegar a ser siguiendo sus propias inclinaciones, previendo hoy sus necesidades de mañana; sin pensar nunca en lo que esas necesidades puedan quitarnos a nosotros. Si la pareja realiza el amor consciente, que engloba los cuatro precedentes amores, puede luego descubrir el Amor Cósmico.

 6 – Amor Cósmico



Los amantes sobrepasan las fronteras de sus personalidades, sienten la unidad de todo lo que existe, la inconmensurable fuerza que dirige la danza universal; sienten por debajo del tiempo que incesante se escurre otro tiempo donde ni el espacio ni el movimiento pueden existir; sienten la conciencia impensable que anima la totalidad. No aman solo el cuerpo del otro sino también la energía misteriosa que lo anima; no aman solo los sentimientos del otro sino también el amor infinito que crea a la materia y a la conciencia.

7 – Amor Mágico

(En otros contextos Jodorowsky lo llama ‘Divino’)

 
Este amor supremo, que no puede ser descrito con palabras, ha sido deseado por místicos, alquimistas, magos y poetas. Es la pareja para la eternidad. El deseo más profundo de la especie humana es lograr la unión complementaria de una mujer y un hombre ideales capaces, por su interacción interna y externa, de aportar a la humanidad un desarrollo material y espiritual.

Escapa a la dimensión humana… es el verdadero amor eterno, no hasta que la muerte nos separe sino, aunque la muerte nos separe.

Sin pensar que este sentimiento es mítico, imposible de realizar, los amantes conocen el amor mágico cuando, con absoluta certeza, desarrollan entre ellos una completa confianza, cesan de pedir y en cambio invierten, aceptan con felicidad al otro tal como es sin tratar de cambiarlo para usarlo como espejo o como público, cuando cada momento juntos es fuente de una tranquila felicidad.

Extraído del libro “Metagenealogía” de Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa.

QUE TENGÁIS UN FELIZ SAN VALENTÍN