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Dime que te duele y te diré porqué..

Nuestro cuerpo es un mecanismo complicado que reacciona de forma sensible no solo a los estímulos externos sino internos también.

La incomodidad y el dolor pueden señalar preocupaciones internas: secretos ocultos, cuestiones sin resolver.

Las enfermedades crónicas son síntomas de estrés y problemas emocionales, especialmente cuando lo físico está bien y no hay motivos aparentes para las dolencias.

La cabeza:

Todo tipo de dolores de cabeza aparecen por sobrecarga. Puede ser preocupación con los resultados de tus esfuerzos o por motivos insignificantes, así como también por la constante prisa que llevas en tu vida.

Deja cada dia un tiempo para ti. Permítete relajarte y no te preocupes por tus asuntos durante un tiempo. Descansa y no sientas remordimientos por eso. Esos «minutos de serenidad» aumentarán tu eficiencia. Y tu cabeza ya no te dolerá.

El Cuello:

Las sensaciones desagradables en el área del cuello simbolizan la carga de rencores que sentimos hacia otras personas o la inconformidad con nuestras propias imperfecciones. El cuello duele cuando no podemos perdonar a alguien o, incluso, a nosotros mismos.

Reconsidera tu actitud hacia ti mismo y hacia los demás. Muchas veces la gente no quiere ofenderte. Y tú no estás obligado a cumplir con tus expectativas estrictas. Sé más sencillo con el mundo y aprende a perdonar. También es importante pensar más a menudo en las cosas que te gustan.

Los Hombros:

El dolor en los hombros indica que estamos saturados con una carga emocional y bajo una gran presión. Tal vez alguien en tu entorno te presiona. O no puedes tomar una decisión importante y cae sobre tus hombros como una carga pesada.

Intenta compartir tus problemas con un amigo cercano. Sentirás un gran alivio. Incluso si simplemente te desahogas, te ayudará a no cargar con ese peso solo. O tal vez se te ocurra una solución sencilla del problema.

Parte superior de la espalda:

Los dolores en esta área indican falta de apoyo emocional, ausencia de amigos cercanos a tu lado. Cuando sentimos subconscientemente que nadie nos quiere o nos valora.

Interactúa con diferentes personas. No te enfoques únicamente en ti, sé abierto y amistoso. Conoce a gente nueva, ten citas. Y, sobre todo, no suprimas en ti la afección.

Parte baja de la espalda:

Si te preocupas constantemente por el dinero, te puede doler la espalda baja. Tal vez tu propio sueño de una vida adinerada no te deja en paz o tus seres queridos te hacen preocupar por las cosas materiales. La felicidad no está en el dinero, por más trillado que pueda sonar. ¡Por lo tanto, deja de preocuparte, las mejores cosas en la vida son gratuitas! Dedícate a lo que amas. El trabajo al que dedicas tu alma, no solo te dará placer sino también ganancias tangibles en un futuro.

Codos:

El dolor en los codos indica falta de flexibilidad y rechazo a buscar compromisos. Lo más probable es que estás resistiendo frente a algunos cambios en la vida siendo obstinado. O subconscientemente temes aceptar algo nuevo.

A veces la vida puede parecer difícil y dura. Pero no es así. Tal vez simplemente lo compliques todo. Sé más flexible, no gastes tu energía en pelear contra las cosas que no puedes cambiar.

Las Manos:

Las manos les duelen a aquellas personas que desde hace tiempo necesitan una amistad. A las personas que no se relajan hablando con otros. Si te duelen las manos, es una señal de que tienes que salirte de tu mundo limitado.

Intenta hacer nuevos amigos. Cena con algún compañero del trabajo. Ve al estadio, a un concierto, siéntete parte de la multitud. Emprende conversaciones con nuevas personas más fácilmente, porque nunca sabes dónde puedes encontrar una verdadera amistad.

Cadera:

Este tipo de dolores pueden atormentar a las personas que se aferran demasiado a tener una vida predecible con todas las comodidades. El miedo patológico a los cambios, falta de disponibilidad de cambiar tu forma de vivir y la resistencia constante a lo nuevo pueden provocar el dolor en la cadera.

No te resistas al flujo natural de la vida. La vida cambia, y eso la vuelve interesante. Toma los cambios como aventuras emocionantes. No dejes las decisiones importantes para después.

Las Rodillas:

Lo más probable es que el dolor en las rodillas sea la señal de un ego enorme. Las rodillas duelen cuando pensamos mucho en nosotros mismos y poco en los demás, cuando estamos seguros de que el mundo gira alrededor de nosotros.

Mira a tu alrededor: no eres la única persona en el planeta. Sé más atento con los demás. Escucha a tu amigo, ayúdale a tu mamá, apoya a tu compañero de trabajo. Ayuda a la gente más a menudo. Puedes hacer alguna obra de caridad.

Pantorrilla:

El dolor en esta área es señal de una sobrecarga emocional. Los celos irracionales y los tormentos amorosos que te hacen sufrir.

Hay que aprender a confiar en tu segunda mitad. Relájate y deja de controlar a tu ser querido, no inventes cosas que no son. Y, tal vez, llegó la hora de renunciar a las relaciones del pasado que ya no dan para más.

Los Tobillos:

El dolor en los tobillos significa que muchas veces nos olvidamos de nosotros. Y no nos permitimos sentir placer. Puede ser que el trabajo ocupe todo nuestro tiempo o no tomamos nuestros deseos en serio, aplazándolos para algún otro momento.

Llegó la hora de empezar a consentirte. Cómprate lo que quieras, date el placer de dormir a gusto, prueba aquel postre costoso. Olvídate por un tiempo de tu carrera y piensa, por ejemplo, en una relación romántica. O planea el viaje de tus sueños.

Los pies:

La explicación de por qué te duelen los pies tal vez esté en una apatía profunda. Como si nuestro cuerpo se negara a seguir adelante. Nos da miedo vivir y no vemos ningún sentido en ir adelante. Cuando pensamos subconscientemente que todo está mal y que nuestras vidas han fracasado, nos duelen los pies.

Aprende a prestar atención a las pequeñas alegrías de la vida. A la belleza del mundo exterior y a las personas. Disfruta de los sabores, olores, viento y sol. Adopta a una mascota o búscate un hobby interesante. Llena tu vida de sentido. Evita los recuerdos tristes y sonríe más a menudo. Busca la alegría en cada día de tu vida.

Conclusión

La conclusión es obvia: ámate y perdónate. Sé más atento con los demás y procura no guardar rencores. ¡Interactúa, sonríe (esto te va muy bien) y mantente sano!