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Como tener paz interior

TENLO EN CUENTA:

Muchas personas dedican una parte importante de su vida a encontrar la serenidad y el equilibrio que les permita enfrentar su día a día de forma diferente, apuntando siempre a la evolución.

Pero encontrar la paz interior no es una tarea sencilla, requiere de cambios y dedicación. 

A continuación te damos algunos consejos para que te inicies en este camino y alcances el bienestar personal.


Todos queremos sentirnos en paz, estar felices, vivir tranquilos juntos a los seres que amamos, pero ¿acaso estás haciendo algo por conseguirlo?.

La paz interior, así como otras cualidades del bienestar emocional, implica trabajo constante, por eso comienza por plantearte cuáles son las herramientas de las cuáles dispones para alcanzar tu deseo.

Detectar cuáles son las cualidades que podrían dificultar tu camino a la paz interna es un paso esencial. Por ejemplo si eres una persona nerviosa, mal humorada, ansiosa etc., estas emociones deberán ser controladas y neutralizadas para que puedas evolucionar.

Alcanzar la paz interna sin un guía resulta difícil. Debemos encontrar alguien que nos ayude a superar nuestros problemas para mejorar nuestro bienestar emocional.

Algunas personas acuden a un guía espiritual, otras a un psicólogo, vidente o terapeuta, otras simplemente prefieren hablar de sus miedos con un buen amigo. Elige la alternativa que te haga sentir más cómodo pero que sea efectiva.

Encontrar la paz interior implica saber controlarse al tiempo que aprendemos a detectar y neutralizar las emociones negativas que nos invaden. Se necesita un cambio de pensamiento, conducta y visión del mundo, pero esto es progresivo, no esperes alcanzarlo de la noche a la mañana.

Aprende a darle a las cosas su justo valor. Muchas veces nos preocupamos o frustramos con pequeñeces que tienen solución, esto nos llena de tensión y nos impide sentirnos en paz.

La próxima vez hazte las tres preguntas fundamentales: ¿dentro de tres meses esto tendrá importancia? ¿y dentro de un año? ¿y en cinco?. En la mayor parte de los casos la respuesta a esas tres preguntas será no, entonces ¿vale la pena tanta preocupación?

Déjate ayudar por las distintas técnicas milenarias, cómo el Reiki, el yoga o la meditación, disciplinas que te ayudarán a drenar las tensiones, conectarte contigo mismo, calmar la mente y aclarar tus ideas.

Otra opción muy recomendada es leer textos acerca del tema.

Encontrar inspiración es los libros es una buena forma de diseñar nuestro camino personal para encontrar la paz interior.

Recuerda que sentirnos en paz es un trabajo que demora años, que nunca se detiene y que más que una meta se convierte en una filosofía de vida.

Comienza a trabajar en ello y verás como a medida que transcurre el tiempo irás evolucionando, cambiando tu mentalidad y mejorando tu vida.

La paz interior es ese sentimiento que muchas personas anhelan y que pocas realmente lo viven.

La realidad es que en el mundo tan acelerado que vivimos cultivar la paz interior puede marcar una gran diferencia a la hora de vivir felices o no. Por eso en este esta entrada te voy a enseñar cómo encontrar la paz interior. 

Lo primero que tienes que saber es que encontrar y cultivar la paz interior depende absolutamente de ti. Y es un proceso que se construye día a día de la mano del silencio.

Curiosamente hay muchas personas que le cuesta estar en silencio, que se les dificulta pasar un rato a solas con ellos mismos o que se les hace imposible disfrutar de un poco tranquilidad.

Muchos son los que se levantan cada mañana y en la primera sensación de silencio inmediatamente ponen la radio, y otros que pasan con la televisión encendida todo el día, parece que le huyen del silencio, pero ¿por qué?

Básicamente sucede por miedo a lo que pueden escuchar de su ser interior, por miedo de enfrentarse a esa realidad que tanto intentan ocultar o por las emociones negativas que albergan en su interior y que les perturban en su vida, como lo es, la ira o el rencor.

La Paz Interior Significa Que Estás Libre De Basura Mental y Emocional.

Cuando lo cierto es que estar en silencio es algo maravilloso, porque es una gran oportunidad de darnos cuenta de lo que realmente alberga en nuestro interior, es una gran ocasión para evaluar lo que estamos haciendo con nuestras vidas y de si el rumbo que está tomando es el que queremos o no. 

El silencio además de ayudarte a cultivar la paz interior, también te ayuda a :


Conectarnos con nosotros mismos. 

Encontrar soluciones a nuestros problemas. 

Escuchar respuestas y guía. 

Estar más relajados y concentrados. 

Vivir en el presente. 

Sobre todo limpiar toda esa basura mental y emocional que alberga en nuestro interior, para dar paso a sentimientos y emociones que nos ayuden a sentirnos y vivir mejor. 

Entonces la solución para encontrar la paz interior está en cultivar el silencio, y para ello tienes que poner en practica este sencillo pero eficaz ejercicio, que consiste en:


Paso 1: Saca tiempo para ti.

Para ello busca un lugar tranquilo, en el que tengas la seguridad de que nadie te molestará. Si quieres puedes avisar a las personas que vivan contigo que durante 10 minutos necesitas estar sola y que por favor respeten ese tiempo que es para ti.


Paso 2: Relájate.

Siéntate en una postura cómoda, de forma que puedas alcanzar un estado de relajación fácilmente. Inspira lento pero profundamente, hasta que el oxígeno llene cada rincón de tu cuerpo. Haz una pausa, y espira de la misma manera diez veces más. Mantén ese estado durante al menos un par de minutos.


Paso 3: Reflexiona y Escucha

Luego dirige tu atención a tu interior. Reflexiona sobre tu vida, hazte preguntas y luego concentra tu atención en escuchar, sin analizar ni juzgar; únicamente concéntrate en escuchar, no pienses en lo que hiciste ayer, no pienses en lo que harás mañana, sólo escucha tu voz interior en ese momento.

Si sientes que te empiezas a perturbar vuelve a empezar el paso dos.

Durante toda la practica mantén la respiración profunda, haz el ejercicio hasta sentir la calma, y así poco a poco cultivarás la paz interior.

Mediante este ejercicio aprenderás a regular conscientemente tu respiración, te ayudará a practicar la concentración, y sobre todo harás del silencio tu aliado, ésta es la clave para encontrar tu paz interior.

¿Encuentras que la vida está siempre llena de estrés? ¿No parece que siempre hay algo que sucede, que reclama toda nuestra atención, y así nos roba nuestra energía positiva?

A medida que nuestra sociedad se hace cada vez más compleja, la búsqueda de la verdadera paz se hace más como tratar de encontrar un oasis en el desierto.

10 pasos para encontrar tu paz interna:

1. Aceptar lo que es

Solo podemos afectar ciertas cosas. Lo que no podemos cambiar, en lo que no podemos influir, sin importar qué sea, no debe preocuparnos. Esto es lo que veo en muchas personas, que nos centramos y persistimos en las cosas sobre las que no tenemos control. ¿Por qué preocuparse por algo que ni toda la preocupación del mundo va a cambiar? ¿Por qué preocuparse por lo que otros piensan de nosotros cuando ni siquiera estamos seguros de lo que en realidad están pensando? Una vez que abras los ojos a este hecho, y empieces a aceptar lo que no puedes cambiar, automáticamente te liberas de un montón de estrés y ansiedad. Es como quitarse un enorme peso de encima. Tomar este camino es seguir un camino hacia la paz.

2. Medita

Si aún no meditas, te estás perdiendo de una actividad muy importante que puede cambiar tu vida. Meditar durante 20 minutos al día puede tener un enorme impacto en todos los ámbitos de tu vida.

Entre los muchos beneficios de la meditación puedo destacar que incrementa el flujo sanguíneo y disminuye el ritmo cardiaco, reduce la ansiedad, relaja la tensión muscular, incrementa la oxigenación de las células y el cerebro, incrementa los niveles de serotonina y con ello mejora el estado de ánimo y la actitud, reduce los niveles de agresividad y te ayuda a tener mejor control sobre tu estado de ánimo, reduce el estrés, y muchos… muchos más.

Si eso no te convence para empezar a meditar, ¡no sé que lo hará! Si tienes un montón de cosas en la cabeza y sientes como que tus pensamientos te están volviendo loco, la meditación te puede ayudar a encontrar la paz.

Simplemente aíslate de todo, cierra los ojos, y despeja tu mente de todo pensamiento. Concéntrate en el vacío.

Te sorprenderás de lo que puedes lograr con sólo 20 minutos de meditación para cambiar las cosas en tu vida. Si tienes problemas para meditar, yo sugeriría conseguir un cd de meditación guiada, que te ayudará a acostumbrarte a este nivel de paz mental.

3. Ponte en contacto con la naturaleza

Pasamos tanto tiempo encerrados en edificios de acero y concreto y ladrillos que se nos olvida rápidamente de dónde venimos. Es natural para nosotros estar en la naturaleza, y por eso se siente tan bien y es tranquilizador cuando das un paseo en un parque o en bicicleta por un sendero en el bosque.

Para mi, simplemente ver a través de la ventana los árboles que observando su quietud, con el viento soplando a través de sus ramas con calma, es un espectáculo que no sólo me inspira, sino en el que encuentro paz.

Si te sientes abrumado, sal a la naturaleza, donde haya muchos árboles, lejos de la ciudad. Permanece ahí y solo disfruta de las vistas, los sonidos, y la paz.

4. Aprende el poder de una sonrisa

Siempre que estás riendo o sonriendo, sucede algo muy interesante. No sólo pasa a nivel químico para que te sientas mejor, sino también impide que el estrés y la negatividad entren en tu mente.

Una simple sonrisa puede hacer una diferencia. Por ejemplo, el otro día se me resbaló un plato y cayó al suelo, rompiéndose en pedazos, creando un gran desorden. Pude haberme enojado conmigo mismo por ser torpe y pensar: “¡solo esto me faltaba, la vida apesta!”.

Pero hice lo contrario, me sonreí y me burlé de mí mismo por no haber agarrado bien ese plato. Conforme fui limpiando el desorden, no había amargura o enojo. De hecho, lo hice con una sonrisa en mi cara … lo hice  en paz. Así que cuando te encuentres en una situación similar, sólo piensa en el lado positivo, y no temas en burlarte de ti mismo. Enseguida te darás cuenta de que encuentras paz mucho más fácil cuando sonríes.

5. Abre tu perspectiva

Lo que quiero decir con esto es que la mayoría de las veces, estamos tan metidos en nuestros propios problemas que ya no podemos ver el bosque por los árboles. A veces, ayuda recordar lo grande que es el mundo. Tómate un momento para leer acerca de otros países, culturas y gustos. Ten en cuenta que el mundo no gira alrededor de tus problemas.

Me parece que cuando oigo hablar de que un tsunami o un terremoto mató a cientos de miles de personas al otro lado del mundo, mis problemas no son realmente “problemas”. Ver más allá de nosotros mismos es muy importante en la búsqueda de la paz, lo que me lleva al siguiente punto.

6. Preocúpate por los demás

Nunca encontrarás la paz solo enfocándote en ti y preocupándote solo por tus propias necesidades y deseos. Cuando empieces a realmente preocuparte por los demás, mucha bondad viene directamente. Esto sólo ayuda a consolidar tu paz interior.

Pueden ser personas cercanas o completos extraños, pero cualquier acto de bondad y buena voluntad facilita el camino hacia la paz. Cuando ayudo a otras personas, dejo de centrarse en mis llamados “problemas” y me doy cuenta de que mi vida no es tan mala después de todo. Esto libera  a todo mi ser de todo el estrés y sentimientos de agobio. Hay una gran paz y sabiduría en el pensar y preocuparse por otras personas, a las que estamos ciegos cuando estamos demasiado metidos en nosotros mismos.

7. Nunca perder la esperanza

La esperanza es algo que nunca puedes darte el lujo de perder. Con la esperanza siempre hay un camino hacia la paz. Siempre que estamos muy estresados y abrumados en nuestra propia vida, nos olvidamos de la esperanza. Nos olvidamos de que el sol siempre sale después de un día lluvioso, y que esto no es más que un bache en el camino.

Yo encuentro inmensa paz en el hecho de saber, en lo profundo de mi corazón, que todo estará bien. Con esperanza, sé que lo que aparentemente es terrible, es sólo temporal y que pronto, las cosas estarán bien. Esto aleja cualquier negatividad de todo mi ser, y me siento mejor casi instantáneamente.

8. Abraza tus creencias

No soy nadie para elegir o favorecer a un sistema de creencias sobre otro, así que lo que sea que tú creas, abrázalo con todo tu ser. Mantente dentro de tu fe al 100% y la paz llegará a tu corazón. Si bien, todos podemos estar en desacuerdo sobre las creencias del otro, hay una cosa en la que todos debemos estar de acuerdo y es que tener una fe sólida y saludable es crucial para fundamentar una conciencia adecuada que nos guíe hacia la paz y la sabiduría.

Hay una razón por la cual la investigación ha demostrado que las personas que están profundamente dedicados a su fe tienen una mayor esperanza de vida y son menos propensos a tener enfermedades como el cáncer. Esto se debe a que ellos experimentan una mayor paz interior, lo cual es importante si se quiere tener mejor calidad de vida.

9. Continua aprendiendo

Una cosa que nos estresa mucho es el hecho de que nos preocupamos por no tener todas las respuestas. El simple hecho de aceptar que no sabemos todo, y que estamos abiertos a aprender es un gran paso para lograr la paz interior. Yo encuentro una gran alegría en el aprendizaje de todo tipo de cosas, y el solo hecho de ser consciente de que estoy creciendo como persona cada día me da un gran sentimiento de paz.

Acepta que la vida es un gran viaje de continuo aprendizaje y te encontrarás más cerca de experimentar la verdadera paz interior.

10. Vivir el momento presente

La mayoría de las veces, lo que nos preocupa es en relación a algo, que ya sea que está en el pasado, o algo que no ha sucedido. Vivir en el momento presente borra todos esos pensamientos. ¿Por qué preocuparse por algo en el pasado que no podemos cambiar? ¿Por qué preocuparse por algo que ni siquiera estamos seguros va a pasar? Por eso, en el momento presente, se encuentra la verdadera paz interior.

En el momento presente, no hay problemas y preocupaciones. Sólo hay quietud, y es en esa quietud que se puede descubrir la paz. Solía ser una persona que se preocupaba todo el tiempo, hasta el punto en que podía dormir.

Una vez que aprendí a vivir en el momento presente, dejé de pensar en el pasado y cualquier futuro potencial y solo me preocupo por estar siempre presente en cada momento. ¡Mi vida es definitivamente más tranquila desde entonces!.

Paz espiritual, sosiego y calma interior:

De muchas formas se puede llamar a ese estado espiritual que es el polo opuesto al estrés y que produce bienestar íntimo. Es un bien que no se puede comprar pero que se puede y debe buscar y cuya sola búsqueda ya produce efectos benéficos.

Para obtener paz espiritual no necesitamos irnos lejos, recluirnos en un monasterio o subirnos a una montaña. La paz espiritual, el sosiego, el estado de tranquilidad y calma interior se puede experimentar ahora mismo, cada cual en el lugar en el que nos encontramos. Con una única condición: valorar la paz espiritual. E ir a su encuentro.

Si realmente la valoramos, haremos todo lo que sea posible por obtenerla.


Algunos consejos para obtener paz espiritual:


Escoge bien en que gastas tu tiempo. No lo dilapides. Es el único bien que tenemos contado. Si eres adicto a las noticias, a las teleseries, si gastas horas leyendo revistas y periódicos, tu mente estará agitada por la negatividad de los mensajes que encuentras a diario. Para buscar el sosiego es necesario despegarnos de la prisa, del vivir pendientes de los demás y de toda forma de negatividad.


Si tienes 15 minutos libres en casa no corras a encender el televisor o a conectarte a Internet. Date la oportunidad de hacer algo positivo para ti: aprende a pensar, aprende a descansar mentalmente, aprende a admirar. El problema de la vida actual es que nos hace sentir inseguridad si no estamos constantemente ocupados en algo. Sin embargo, cuando nos damos la oportunidad en esos minutos de respirar profundo, cerrar los ojos, imaginar un paisaje maravilloso, la paz llega a nuestro interior.


Controla tus pensamientos. No es tarea fácil. Cuando cierras los ojos buscando la paz, parece como si los pensamientos se despertaran y empezasen a tomar vida propia. Giran y giran determinando nuestro estado mental. Es preciso pensar en positivo y en un único pensamiento: “me voy a encontrar bien”, “estoy buscando el sosiego”, “la paz interior me produce bienestar”… Es difícil, pero se aprende. No podremos ser amos y maestros de nuestros pensamientos el primer día que lo intentemos, pero como la gimnasia es una cuestión de entrenamiento y cada día que se ejercita, se está mas cerca de conseguir los resultados apetecidos. No permitas que tus pensamientos negativos te tiranicen, no te sientas jamás víctima de tus propios pensamientos.


Simplifica tu vida. Tu eliges, tu decides, no te dejes abrumar por las tareas auto impuestas. Podemos sentirnos a todas horas con falta de tiempo para cumplir nuestra lista de quehaceres…o podemos elegir minimizar la lista y priorizar las exigencias. Únicamente realiza las tareas mas importantes, y cuando las hagas: disfrútalas. Para poder experimentar la paz espiritual es importante evitar tener una vida llena de desorden con actividades y preocupaciones innecesarias.
Dedica tiempo a cultivar la paz espiritual.

Todos los días utilizamos mas de 8 horas para ganar dinero, otras 7 u 8 en descansar. ¿No podemos encontrar 15 minutos para buscar paz espiritual?

15 minutos diarios utilizados en relajación y técnicas de meditación te producirá un estado de conciencia que este inundada de paz espiritual.


Aumenta tu auto confianza. Se inmune a los halagos y a la critica. Si nuestra autoestima depende de las opiniones de los demás, nunca encontraremos la paz espiritual. Debemos aprender a tener confianza en nosotros mismos por nuestros actos, por nuestras ideas, por nuestro esfuerzo en conseguir nuestros deseos más íntimos. Esto no significa amarnos de una forma egocéntrica, significa que nos valoramos y que confiamos en nuestras cualidades.
Se generoso y desinteresado con tus valores y tus actos.

Buscar la paz interior, el sosiego no significa que tengas que tener una vida de ermitaño y desinteresarte por los demás. La paz espiritual es una actividad dinámica, contagiosa, que irradia. Debemos sentir que nuestra paz espiritual depende del bienestar de los demás.


Evita la critica. Si buscamos paz espiritual, no podemos estar continuamente valorando negativamente las acciones de los demás. Acepta los pensamientos y las acciones de los demás, aunque sean muy distintos a los tuyos, como una forma de enriquecimiento vital.


Practica la meditación:


Durante los últimos 40 años, los laboratorios de la Facultad de Medicina de Harvard en Estados Unidos han estudiado sistemáticamente la interacción mente-cuerpo.

Esta investigación estableció que cuando una persona centra su atención en una oración repetitiva, (de palabras, sonidos o frases) y deja de lado los pensamientos aleatorios, se deriva un conjunto específico de cambios fisiológicos.

Estos cambios la disminución del metabolismo, del ritmo cardíaco, de la presión arterial y del ritmo de la respiración son lo contrario de los cambios inducidos por el estrés, y se han etiquetado como la “respuesta de relajación”. Las encuestas indican que más del 60% de las visitas a los profesionales de la salud son causadas o exacerbadas por el estrés y que la “respuesta de relajación” es una terapia eficaz contra las causas relacionadas con el estrés.

Muchas personas que fomentan la “respuesta de relajación” también notan un aumento de su espiritualidad. Esta espiritualidad se expresa como una forma de experimentar la presencia de un poder, una fuerza, una energía o que se percibe como Dios, y esta presencia se encuentra cercana a la persona que la experimenta.

Los efectos de la meditación en el cerebro han sorprendido a los científicos. Gracias a las grabaciones de encefalogramas, se ha podido demostrar que este estado de conciencia comporta la aparición de ondas cerebrales equivalentes a las de un sueño profundo y al mismo tiempo han demostrado que las partes del cerebro responsables de la concentración despierta también se activan.

El cerebro en meditación estaría, al mismo tiempo, en un estado de descanso extremo y de concentración máxima. Un estado paradójico muy beneficioso.

Este hallazgo abrió las puertas a las muchas preguntas sobre los efectos curativos de la espiritualidad y la creación cursos específicos desde hace más de 10 años.

En 1992, tan solo 3 facultades de medicina de los Estados Unidos ofrecían cursos sobre espiritualidad y salud. En el 2001, 75 de las 125 facultades de medicina ofrecían cursos.

Una exhaustiva evidencia de investigaciones muestra que las creencias y prácticas religiosas y espirituales ayudan a prevenir muchas enfermedades físicas y mentales, sanando desde adentro: espiritualidad y salud mental.

Si usted desea mejorar su salud espiritual quizá pueda intentar alguna de estas ideas. Recuerde que todo mundo es diferente, por lo tanto, lo que funciona para unos puede que no funcione para usted. Haga lo que sea mas cómodo para usted.


Identifique las tareas que en su vida le proporcionan un sentido de paz interior, alivio, fuerza, amor y conexión.


Procure encontrar tiempo todos los días para hacer las tareas que le ayudan espiritualmente.

Estas tareas pueden incluir: el servicio comunitario o de voluntariado, rezar, meditar, cantar canciones, leer libros que lo inspiren, caminar en la naturaleza, tener tiempo a solas para pensar, hacer yoga, practicar algún deporte o ir a algún servicio religioso.


Mucha gente no avanza en la oración por descuidar la preparación previa.
Hay veces en que, al querer orar, te encontrarás sereno.

En este caso no necesitas ningún ejercicio previo.

Sin más, concéntrate, invoca al Espíritu Santo, y ora.


Otras veces, al inicio de la oración, te sentirás tan agitado y dispersivo que, si no calmas previamente los nervios, no conseguirás ningún fruto.
Hay quienes dicen: la oración es gracia; y no depende de métodos ni de ejercicios. Decir eso es un grave error.

La vida con Dios es una convergencia entre la gracia y la naturaleza.

La oración es gracia, sí; pero también es arte, y como arte exige aprendizaje, método y pedagogía. Si mucha gente queda estancada en una mediocridad espiritual no es porque falle la gracia sino por falta de orden, disciplina y paciencia; en suma, porque falla la naturaleza.


Te entrego, pues, unos cuantos ejercicios muy simples. De ti depende cuáles, cuándo, cuánto tiempo y de qué manera utilizarlos, según necesidades y circunstancias:


Siempre que te pongas a orar, toma una posición corporal correcta cabeza y tronco erguidos. Asegura una buena respiración. Relaja tensiones y nervios, suelta recuerdos e imágenes, haz vacío y silencio. Concéntrate. Ponte en la presencia divina, invoca al Espíritu Santo y comienza a orar. Son suficientes cuatro o cinco minutos. Esto, cuando estés normalmente sereno.


Ejercicios de preparación:


Relajación corporal. Tranquilo, concentrado, suelta uno por uno los brazos y piernas (como estirando, apretando y soltando músculos) sintiendo cómo se liberan las energías. Suelta los hombros de la misma manera. Suelta los músculos faciales y los de la frente. Afloja los ojos (cerrados). Suelta los músculos-nervios del cuello y de la nuca balanceando la cabeza hacia adelante y hacia atrás, y girándola en todas direcciones, con tranquilidad y concentración, sintiendo cómo se relajan músculos-nervios. Unos diez minutos.

Relajación mental. Muy tranquilo y concentrado, comienza a repetir la palabra “paz” en voz suave (a ser posible en la fase espiratoria de la respiración) sintiendo cómo la sensación sedante de paz va inundando primero el cerebro (unos minutos sentir cómo se suelta el cerebro); y después recorre ordenadamente todo el organismo en cuanto vas pronunciando la palabra “paz” y vas inundando todo de una sensación deliciosa y profunda de paz.

Después, haz ese mismo ejercicio y de la misma manera con la palabra “nada”; sintiendo la sensación de vacío-nada, comenzando por el cerebro y siguiendo por todo el organismo hasta sentir una sensación general de descanso y silencio. De diez a quince minutos.

Concentración. Con tranquilidad, percibe (simplemente sentir y seguir sin pensar nada) el movimiento pulmonar, muy concentrado. Unos cinco minutos.
Después, ponte tranquilo, quieto y atento; capta y suelta todos los ruidos lejanos, próximos, fuertes o suaves. Unos cinco minutos.
Después, con mayor quietud y atención, capta en alguna parte del cuerpo los latidos cardíacos, y quédate muy concentrado en ese punto, simplemente sintiendo los latidos, sin pensar nada. Unos cinco minutos.

Respiración. Ponte tranquilo y relajado. Siguiendo lo que haces con tu atención, inspira por la nariz lentamente hasta llenar bien los pulmones, y espira por la boca entreabierta y la nariz hasta expulsar completamente el aire. En suma: una respiración tranquila, lenta y profunda.

La respiración más relajante es la abdominal: se llenan los pulmones al mismo tiempo que se llena (se hincha) el abdomen; se vacían los pulmones, y al mismo tiempo se vacía (de deshincha) el abdomen. Todo simultáneo. No fuerces nada: al principio, unas diez respiraciones. Con el tiempo pueden ir aumentando.

Te repito: como adulto que eres, debes utilizar estos ejercicios con libertad y flexibilidad en cuanto al tiempo, oportunidad…

Al principio, quizás, no sentirás efectos sensibles. Paulatinamente irás mejorando. Habrá veces en que los efectos serán sorprendentemente positivos. Otras veces, lo contrario. Así de imprevisible es la naturaleza.

La meditación se basa en la acción de “meditar”, es decir reflexionar sobre un pensamiento o acción. Diferentes religiones usan la meditación como formación espiritual, hoy este término también se utiliza para aquellas denominar diferentes técnicas que se utilizan para vaciar la mente y encontrar la paz.

Efectos de la meditación:


Los efectos de la meditación en el cerebro han sorprendido a los científicos. Gracias a las grabaciones de encefalogramas, se ha podido demostrar que este estado de conciencia comporta la aparición de ondas cerebrales equivalentes a las de un sueño profundo y al mismo tiempo han demostrado que las partes del cerebro responsables de la concentración despierta también se activan.

El cerebro en meditación estaría, al mismo tiempo, en un estado de descanso extremo y de concentración máxima. Un estado paradójico muy beneficioso.


Beneficios de la meditación:

La ventaja principal de la meditación es eliminar el estrés. Por eso es uno de los medios más utilizados por los habitantes de Okinawa para mantenerse en un estado “zen” ¡y llegar a los cien años de vida! La meditación también tiene un impacto directo en la salud del cuerpo.

De hecho, un estudio ha demostrado que la meditación puede duplicar la capacidad del sistema inmunitario, limitando las infecciones. La meditación beneficia el sistema cardiovascular: las personas que practican meditación tienen una menor tensión, un corazón más lento y su perfil de lípidos ha mejorado.


Métodos de meditación:

Existen varias técnicas de meditación, aunque todas se basan, en general, en los mismos principios.


Budista: esta técnica milenaria tiene como objetivo único una relajación sencilla. La meditación cotidiana es un ejercicio que exige seriedad y continuidad.


Zen: este método de meditación trabaja la postura y la respiración y está muy relacionada con la meditación budista.


Transcendental: ésta técnica de meditación parte del principio de que existen cuatro niveles de conciencia: sensorial (sentir nuestro entorno), de uno mismo (de nuestro cuerpo), la conciencia en sentido estricto (nuestra mente) y la “conciencia absoluta”, que trasciende a las demás. Esta técnica de meditación permite alcanzar este último estado.


Yoga: el Yoga no es únicamente un método de meditación, pero incluye ejercicios
 similares.


Ejercicios fáciles:

Si no quieres enzarzarte en un aprendizaje de verdaderas técnicas de meditación, puedes realizar algunos ejercicios sencillos:


Colócate en un lugar silencioso y en calma, donde no nadie te moleste
Intenta tener una luz tenue (o velas).


Adopta una postura sentada, pero cómoda (¡no obligatoriamente con las piernas cruzadas!)


Cierra los ojos, relájate y escucha tu propia respiración..


Intenta visualizar una imagen o, por qué no, observa una reproducción de un cuadro que signifique algo bueno y bello para ti..


Existen técnicas que proponen visualizar cada parte del cuerpo, tomar conciencia de todas ellas empezando siempre por los pies.


Las técnicas de respiración profunda pueden completar la meditación, y te ayudarán a relajarte.

La idea es evitar pensar en el trabajo, en los problemas familiares o en cosas de tu vida cotidiana.


Intenta permanecer en este estado de serenidad un cuarto de hora, ¡cada día!
Ejercicios de relajación

La relajación busca, a través de una serie de ejercicios, un estado de baja actividad del sistema nervioso, como fórmula para aliviar tensiones, en ocasiones se define como un estado del cuerpo en que los músculos están en reposo.

Todas las familias que tienen hijos con problemas suelen sufrir un cierto grado de tensión emocional, que es muchas ocasiones se traduce en tensión física.


Ejercicio Práctico de meditación para lograr paz interior:


Si puede descálcese, aflójese el cinturón, la corbata, o sea, trate que su cuerpo esté totalmente libre de toda opresión.


Acuéstese en el piso sobre una colchoneta o manta, boca arriba, los brazos a ambos lados de su cuerpo, con las palmas de las manos hacia arriba, y la punta de los pies cayendo hacia afuera.


Con su mente, dirija su atención a sus pies, y relájelos mentalmente, sienta como se aflojan los dedos, las plantas, los tobillos. Relaje las rodillas y muslos de sus piernas. Afloje sus órganos bajos, su cadera y su cintura. Relaje su columna vértebra a vértebra. Relaje su vientre.


Se relaja su pecho, su pecho se abre, muy flojo, muy relajado sienta el latir de su corazón… y su corazón en cada latir trasmite Paz irradia Salud emana Felicidad.


Y su cuerpo, en su totalidad recibe esa Paz… esa Salud … esa Felicidad… Su cuerpo se regocija… se vivifica.


Se aflojan sus hombros, sus brazos, sus manos, los dedos de sus manos… Se relaja su cuello, su garganta se afloja, su lengua se distiende, entreabriéndose su boca…muy floja… muy relajada están sus mejillas…

Sus oídos van cayendo en un profundo silencio,… ya todo es equilibrio dentro suyo.


Sus ojos se relajan, mientras una tenue luz los envuelve… ya todo es armonía en su interior.


Ondas de Paz surcan su frente, mientras su mente se aquieta, se aquieta… y esa quietud se deja llevar… llevar… y llevaaar…


Después de unos cuantos minutos de acuerdo a sus posibilidades empiece a volver de la siguiente manera: Y de ese dejarse llevar y llevar comience a volver… volver… volver a percibir su respiración que se esta haciendo cada vez más profunda, más consciente.

Vuelva a percibir su cuerpo totalmente relajado, distendido.

Mueva sus pies, los dedos de sus manos, estire los brazos por encima de su cabeza, bostece, arquee su columna hacia un lado y hacia el otro.


Pranayama: es el ejercicio del control respiratorio, es mejor realizarlos por la mañana y al aire libre:


Empiece el ejercicio al aire libre o cerca de una ventana abierta
Siéntese derecho con las piernas cruzadas sobre una silla o en el suelo, mantenga las manos relajadas sobre el regazo
Tome aire muy despacio y profundamente
Mientras tome el aire, empuje su vientre hacia dentro mientras saca hacia fuera el pecho. Los músculos del estómago tienen que estar tensos
Mantenga la respiración y cuente hasta cinco
Entonces, gradualmente, exhale el aire y relaje sus músculos abdominales
Espere dos segundos y entonces repita el ejercicio.

Empiece por practicar este Prayanama durante 2 minutos cada día y gradualmente aumente el ejercicio hasta los 10 minutos diarios


Ujjayi Prayanama: literalmente significa respiración oceánica:


Inhalar y exhalar profundamente a través de la boca, durante la exhalación empiece a tonificar la parte posterior de la garganta.


Una vez que se sienta cómodo con la exhalación empiece a aplicar la misma tonificación de la garganta al tiempo que inhala.

Es en este punto de donde procede el nombre de la respiración porque suena como el océano.


Cuando usted sea capaz de controlar la garganta durante la inhalación y la exhalación, cierre la boca y empiece a respirar a través de la nariz.

Continúe utilizando la misma tonificación de la garganta que usted hizo cuando mantenía la boca abierta.

La respiración debe seguir haciendo un fuerte ruido a través de la nariz


Nadi Shodhana: Nadi significa canal y Shodhana significa limpieza. Luego este ejercicio literalmente significa canal de limpieza:


Mantenga su mano derecha cerrada salvo el pulgar, cierre el agujero derecho de su nariz con el pulgar e inhale a través del agujero izquierdo, la respiración debe ser pausada, mantenida y completa.


Ahora cierre el agujero izquierdo con su mano izquierda y respire por el agujero derecho de la misma forma.


Una vuelta completa sería: inhalar a través del agujero izquierdo, exhalar a través del derecho, inhalar a través del derecho y exhalar desde el izquierdo.

Empezar con cinco vueltas completas e ir añadiendo hasta conseguir diez, que le mantendrán con calma.

Paz Interior, Paciencia y Espiritualidad:

Hay cosas en la vida que son realmente valiosas y que a decir verdad suelen ser gratis y gratificantes para las personas, una de ellas es la paz interior, la tranquilidad del espíritu o el sosiego del alma. Sin embargo no es tan fácil lograrla en estos tiempos.

Paz en la tierra a los hombres…

Lograr este estado de gracia supone la conjunción de estar bien no sólo con uno mismo, sino también estar bien con quienes nos rodean en nuestra vida familiar, laboral, escolar y el círculo de amigos.

Para lograr esta paz es fundamental tener la conciencia tranquila, y vemos que a diario la vida nos presenta retos que pueden enturbiar un camino recto y quebrantar entonces una conciencia clara o dificultar llegar a lograrla.

Lógicamente que no existe quien no haya cometido errores, bajo la premisa que no existe hombre o mujer perfectos, siempre habrá alguna equivocación, pero ante esto lo realmente importante es intentar actuar bien y no llevar la carga moral que implica lo contrario, o de inmediato actuar para enmendarlos.

Dar una oportunidad a la paz:

La bondad tiene mucho que ver con la paz interna que ilumina el alma y la engrandece. Las personas bondadosas se sienten más libres porque una existencia en la que ha predominado la búsqueda del bien de los demás los vuelve más tolerantes, comprensivos y a la vez más satisfechos de su trayectoria existencial.

La paz interior es algo más complejo y puede ser más duradera que la felicidad, que la mayoría de las veces suele ser sólo de breves instantes plenos de ese sentimiento.

Una conciencia implica una profundidad de espíritu y proporciona una visión de la vida, realista y a la vez más sabia y generosa. Se trata de una especie de premio a la capacidad de asimilar de una manera íntegra los acontecimientos vitales.

El objetivo es fortalecer el espíritu con base en acciones que beneficien a nuestros semejantes, tal y como ejercitamos el físico para lograr el bienestar corporal. Esto implica también ser menos apegado de las cosas materiales para conectarse con uno mismo y desarrollar una mayor atención por las cosas simples.

Lo material y lo espiritual:

De esta forma, la vida material no necesariamente conduce a la felicidad, porque nos obsesiona en la acumulación de bienes terrenales sin encontrar la saciedad, sino que sólo nos hace pensar en la concentración de riqueza y se encarga de hacer olvidar al individuo de su espiritualidad y por ende, en la paz interna. Para estas personas la búsqueda de felicidad está en el dinero, el poder y el cumplimiento de los deseos mundanos. Es innegable que el dinero tiene utilidad pero cuando se vuelve el centro de la existencia, obstruye la paz.

Por otra parte, la vida espiritual privilegia otro tipo de “bienes”, que serían el bienestar del alma y nuestra conciencia.

Lograr estar en paz, primero con nosotros, nos dará la posibilidad de poder estar en paz con los demás. Pero si no está en paz uno mismo, tampoco podrá estar en paz con los que nos rodean y poder ofrecer u obsequiar a nuestros semejantes, los “bienes” de la espiritualidad.

Sin lugar a dudas la paz es un estado íntimo, personal, que se logra a través del cuidado del cuerpo, la mente y el espíritu.

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