Cómo superar la angustia:
Ante ataques de angustia, un trastorno muy frecuente en la sociedad actual, resulta crucial saber cómo superar la angustia y los síntomas de angustia, además de la ansiedad, la depresión, la tristeza y el miedo, que en general la acompañan.
De lo contrario, el trastorno por angustia puede derivar en serios perjuicios para la salud física y emocional, de quien padece una crisis de angustia.
La angustia es un síntoma de la época actual, caracterizada por la incertidumbre y la inestabilidad en los diferentes planos y aspectos de la existencia humana.
Los problemas en todos los ámbitos de la vida, ya se trate de problemas económicos o que surgen en la relación con los otros, pueden conducir a una crisis de angustia, trastorno que si no es tratado, acarrea consecuencias tanto emocionales como físicas.
Por otra parte, a menudo, la angustia va acompañada de otras sensaciones tales como ansiedad, depresión, tristeza y miedo.
Todos en algún momento de nuestra vida hemos sufrido ataques de angustia por diferentes causas de la vida cotidiana.
La fortaleza para superar un episodio de angustia es clave para evitar que el trastorno afecte el normal desarrollo de nuestra existencia.
Los sintomas de la angustia se caracterizan por una serie de trastornos físicos y emocionales, entre los que se destacan:
Trastorno del sueño con insomnio, pesadillas, despertarse a mitad de la noche con dificultad para volver a conciliar el sueño.
Trastorno de la conducta con irritabilidad, inestabilidad, nerviosismo, incapacidad para enfrentar las dificultades.
Trastorno físico con problemas digestivos, diarrea, problemas urinarios, espasmos, dolores de cabeza, disminución del deseo sexual.
Existen ciertas recomendaciones básicas que puedes tener en cuenta para evitar ataques de angustia en el futuro:
En primer lugar, aumenta tu actividad física con el deporte que tú prefieras o simplemente saliendo a caminar o haciendo ejercicios.
Muchas veces una caminata es el mejor remedio para calmar la angustia y ver más claro las dificultades y cómo resolverlas.
Evita la sobrecarga de tensiones de todo tipo, aprende a valorar las cosas en su justa medida y ha establecer un orden de prioridades, delegando o posponiendo lo que no esté a tu alcance. No intentes esforzarte por encima de lo humanamente posible.
Aprende a disfrutar de buenos momentos y reserva un espacio en tu vida para darles cabida. Volverás con más fuerzas para enfrentar las dificultades y no volver a caer en ataques de angustia ante las mismas.
La angustia y los pensamientos
La ansiedad o angustia, está provocada, mantenida y aumentada, por nuestras preocupaciones (pensamientos).
Mientras mantengamos dichos pensamientos, la ansiedad seguirá siendo parte de nuestra vida.
Los pensamientos son una herramienta necesaria para:
Organizar nuestras ideas,analizar las situaciones y sacar conclusiones que nos ayuden a mejorar nuestra calidad de vida.
Pero este análisis, las conclusiones que resultan y las emociones que éstas provocan, pueden ser correctas o incorrectas, verdaderas o falsas, dependiendo de nuestro estilo de pensamiento.
Cuando dichas conclusiones son falsas o incorrectas, nos provocan emociones negativas o desproporcionadas, que nos hacen sufrir inútilmente.
Para modificar nuestras emociones negativas, necesitamos cambiar los pensamientos falsos o equivocados, que las causan o las mantienen.
En este sentido, uno de los principales problemas, es que con frecuencia ni siquiera estamos conscientes de dichos pensamientos, porque:
No los expresamos completos y con claridad.
Una simple expresión como «¡oh no!» puede tener toda una serie de mensajes negativos encubiertos.
Una gran parte de ellos se da de forma automática y a tal velocidad, que pasan desapercibidos para nosotros.
Sin embargo, nos demos cuenta o no, una parte de nuestra mente «habla» o piensa y la otra escucha y se lo cree.
Por eso es importante reconocerlos y trabajar en ello.
Técnicas para manejar la angustia:
Con frecuencia nos es difícil trabajar para cambiar un hábito de conducta o de pensamiento.
O pensamos que nos sentimos tan mal que no podemos hacer el esfuerzo necesario.
Esto puede ser cierto, pero recuerda que es mejor esforzarse un poco más, durante un tiempo, para estar mejor el resto de nuestras vidas, que buscar la «comodidad» momentánea y sufrir durante más tiempo y a la larga, con mayor intensidad.
Algunas de las técnicas para trabajar con los pensamientos que nos angustian son:
Reconocer y aceptar nuestra ansiedad o angustia.Detectar los pensamientos que nos provocan dicha angustia.
Analizar su veracidad, cuestionándonos honestamente, qué tan real y objetivo es lo que estamos pensando.
Detener esos pensamientos.
Distraernos haciendo algo que nos gusta y/o pensar en otra cosa.
Respirar.
Relajarse.
Hacer ejercicio.
Aprender y darse permiso para reírse y divertirse.
Reconocer y aceptar nuestra ansiedad.
Son varias las razones por las que nos cuesta trabajo aceptar nuestra angustia:
La negamos o ignoramos, debido a que creemos que no deberíamos estar angustiados, porque:
«Creemos que no es para tanto»
Si nos angustiamos creemos que: somos «débiles» emocionalmente, tenemos poco control sobre nosotros mismos y sobre la situación.
Reconocer que estamos angustiados puede, momentáneamente, angustiarnos más.
Pensamos que si no le hacemos caso, la angustia va a disminuir.
Estamos tan acostumbrados a ella, que ya no la detectamos.
Pero si no reconocemos y aceptamos nuestra angustia, no sólo no va a disminuir, sino que va a aumentar.
Si nos cuesta trabajo detectarla o aceptarla, lo que podemos hacer, es llevar un diario con tres columnas, en donde anotaremos:
Cualquier emoción o sensación física, sobre todo si es molesta o si la consideramos negativa.
Nuestra conducta o problema de ese momento.
Si aparentemente no estamos haciendo nada que pueda angustiarnos y no tenemos ningún problema concreto, debemos preguntarnos:
¿De lo que ha pasado últimamente, qué cosas podrían estar influyendo en mi estado de ánimo o en mi angustia?
¿Qué inquietudes o preocupaciones podrían estar en mi mente?
Escribe cualquier cosa que se te ocurra, aunque pienses que es ilógica o que es una tontería.
Nuestros pensamientos, si podemos detectarlos en ese momento.
Si no podemos hacerlo, más tarde, cuando tengamos tiempo, podemos utilizar la técnica para detectar los pensamientos.
Una vez anotados estos datos en las tres columnas, analízalas detenidamente, para que puedas encontrar que tipo de situaciones o pensamientos disparan tu angustia y elegir la mejor solución.
Una buena lista de situaciones y pensamientos disparadores de nuestra ansiedad, nos permites detectar nuestros puntos «débiles», es decir, aquellos en donde somos más sensibles y a los que tenemos que ponerle mayor atención.
Detectar nuestros pensamientos.
Con frecuencia creemos que no pensamos nada o no nos acordamos de lo que pudimos haber pensado.
Pero es importante detectarlos, porque nos están haciendo sufrir.
Para ello podemos:
Hacer una lista de los sentimientos que tenemos en ese momento o sobre los que queremos trabajar.
En una hoja aparte, escribir una de las emociones de la lista anterior y abajo, en diferentes renglones, escribir:
«Me sentí __________, porque…
Repetir esta frase por lo menos 5 o 6 veces.
Una vez hecho esto, completar estas frases rápidamente, sin detenernos a pensar en la respuesta que estamos dando.
Otra forma de encontrar los pensamientos automáticos es escribir todo lo que creemos que pensarían otras personas en esa situación y analizar cada uno de dichos pensamientos, para ver si en alguna ocasión hemos pensado así.
Analizar la veracidad de nuestros pensamientos
La realidad es lo que sucede, es todo lo que existe y que puede ser verificado científicamente.
La realidad no es buena, mala, justa, injusta, etc., porque estas ya son valoraciones que dependen de las actitudes y valores de cada persona y cada quién califica una misma situación, de manera diferente.
Por eso es necesario analizar los pensamientos que me hacen sentir o actuar mal, para modificarlos cuando sea necesario.
Una manera de checar la veracidad de nuestros pensamientos es preguntarnos:
«¿Que pruebas tengo para creer esto?»
«¿Puede haber otra explicación para esto que me está sucediendo?»
«¿Qué es lo que pensarían otras personas, de esta misma situación?»
Si hacemos un análisis objetivo y estudiamos nuestro estilo de pensamiento y actitud (optimista o pesimista), podremos reconocer si nuestros pensamientos pueden estar equivocados.
En tal caso, lo adecuado es modificarlos y nuestra angustia disminuirá.
Remedios caseros para evitar la angustia
En estos tiempos en los que todo pareciera suceder más rápidamente, es habitual sentir todo tipo de angustias, miedos, ansiedades y tensiones.
La incertidumbre se asienta en nuestras vidas, en nuestro trabajo y en todas nuestras actividades, como si fuese algo normal y natural.
Lo cierto es que todas estas sensaciones son impuestas por nosotros mismos, por dejarnos llevar en esta corriente agitada y turbulenta que hemos modelado como la vida moderna.
Pero antes de acudir a fármacos y tratamientos agresivos para tu cuerpo, te recomendamos estos «remedios» naturales, de elaboración casera, para que prepares y disfrutes en casa.
Te ayudarán a prevenir la ansiedad y minimizar la angustia, mimando a tu organismo y aclarando la mente de manera orgánica.
Infusiones para combatir la angustia
La avena es un gran aliado para el sistema circulatorio, y también para los sentimientos. Prepara una infusión dejando hervir en una taza de agua tres cucharadas de avena (instantánea), y bebe antes de las comidas o cuando necesites calmar la ansiedad. Puedes consumirla como infusión o como sopa, fría o caliente, endulzada o condimentada suavemente.
Una infusión convencional, como la de té de manzanilla o de valeriana, puede ayudarte a aliviar nervios y tensiones, acallando esas voces de miedo en tu mente.
Otra opción es preparar un «té para el alma», llevando agua a hervor para servir en una taza con una cucharadita de melisa. Deja reposar y filtra, endulzando con miel al gusto antes de beber.
Remedios naturales para calmar los nervios
La ansiedad y la angustia nos llevan habitualmente a comer sin hambre.
Para evitar descuidar el cuerpo y la salud, reemplaza los bocadillos por una infusión de una cucharadita de flores de lúpulo en una taza de agua hirviendo, dejando enfriar y filtrando antes de beber.
Si comienzas a sentir la necesidad de comer algo, deja de lado las golosinas y los bocadillos y prefiere zumos naturales de frutas y vegetales.
Estos licuados alimentan y nutren saludablemente, además de aportar fibras naturales y vitaminas que dejarán tu cuerpo renovado y energizado, sin ansiedad y fortalecido.
Remedios naturales para conciliar el sueño
A la hora de dormir, nada mejor para ayudar a tu cuerpo a relajarse que beber una taza caliente de infusión de tilo, filtrada y endulzada con miel.
Otra buena solución para que tu mente se relaje y tus ojos puedan buscar los sueños es realizar una infusión con hojas de naranjo, dejándolas reposar en una taza de agua hirviendo hasta que entibie (endulza con miel si quieres).
Consejos para evitar la angustia
Para evitar fomentar la ansiedad y las angustias, debes tratar de no consumir platillos que detonan estas amenazas a tu bienestar, como las comidas demasiado especiadas o picantes antes de ir a dormir, y procura ingerir bebidas naturales libres de azúcar refinado y cafeína (desde el café hasta los refrescos y sodas), ya que exacerban tus nervios.
Prefiere los alimentos naturales, frescos, frutas y vegetales en abundancia, endulzando las comidas y bebidas con miel y aportándoles sabor con hierbas antes que con saborizantes y sal en abundancia.
También trata de evitar las situaciones de estrés en todo lo que puedas.
No concurras a lugares que sientas como amenazas, y escapa de todo lo que te cause malas emociones y condicionen tu humor.