La meditación es el acto que altera nuestro estado de conciencia para liberar nuestra mente y experimentar calma y tranquilidad, haciéndonos vivir plenamente el momento en el que nos encontramos y conectándonos con nuestro interior. esta práctica proporciona numerosos beneficios para la salud del individuo, siendo realmente útil para combatir el estrés y diversas enfermedades.
Para realizar una meditación se debe tener paciencia y práctica, y nunca debe suponer un esfuerzo mental o físico. Puede practicarse tanto en silencio como con ruido o música, así como con el cuerpo quieto o en movimiento, ello dependerá de las capacidades de cada persona para poder relajar totalmente su cuerpo y su mente.
Ahora bien, antes de meditar se deben tener en cuenta una serie de consideraciones:
Existen multitud de técnicas para meditar, por lo que es realmente importante elegir aquella que nos resulte más apropiada en función de nuestras necesidades y habilidades, lo cual nos permitirá facilitar su práctica.
Respiración: Aprender a respirar correctamente es fundamental para lograr un punto de relajación profunda y así renovar la energía del cuerpo, proporcionando oxígeno a los órganos internos y en particular al cerebro.
En un principio, se recomienda sentarse en una posición cómoda con la espalda recta, inhalando por la nariz de una manera lenta y profunda, sosteniendo la respiración durante un espacio de cuatro segundos y posteriormente expulsando el aire lentamente.
Ejercicio de iniciación a la meditación
A la hora de comenzar con la práctica de la meditación no se debe preocupar por la técnica o si se está haciendo cómo se debe, ya que en un principio lo realmente importante es comenzar a construir el hábito de meditar, siendo paciente con uno mismo y con el propio proceso.
A la hora de llevar a cabo esta práctica es recomendable:
Elegir una ropa cómoda y acudir al un lugar en el que no exista ningún tipo de distracción, que no haya la posibilidad de ser interrumpido por teléfono, visitas o un familiar.
Se debe comenzar con tres minutos de respiración profunda hasta que tanto la mente como el cuerpo se encuentren relajados.
En las primeras sesiones se debe meditar sentado para evitar dormirse, para ello se debe coger una silla cómoda y mantener la espalda recta y los pies sobre el suelo. Inicialmente encenderemos una vela y la pondremos en frente a una distancia aproximada de medio metro.
Comenzaremos a meditar concentrándonos en la llama, dejando la mente en blanco y solo concentrándonos en la llama. (En el caso de que nos moleste la luz podremos reemplazar la vela por un vaso con agua).Mientras transcurra la meditación, llegarán ideas y pensamientos a nuestra mente, si bien debemos dejarlos de lado.
Practicar todos los días durante 5 minutos cada semana ir añadiendo dos minutos a cada sesión de meditación.