UNA PERSONA DESPIERTA NO INTENTA CAMBIAR A NADIE
Se vuelve tranquila. Tiene paz. Trabaja en sí misma. Observa sus pensamientos, observa sus acciones y se observa a sí misma cuando se enoja, se observa cuando se deprime, se observa cuando siente celos y envidia, y todo lo demás, ya que aunque esté despierta, nunca ha dejado de ser humana.
Poco a poco llega a reconocer, ‘Esto no soy yo». Esto es una ilusión, esto es una mentira, esto no es lo que quiero.
Entonces se transforma para cambiar la energía de lo quiere atraer. Entonces se vuelve libre, y ya no le importa lo que los demás piensen, sientan o digan de ella.
No se compara con nadie.
No compite con nadie.
Simplemente se observa a sí misma.
Nunca va por ahí gritando: ‘Soy la realidad absoluta». Soy Dios. Soy Consciencia. Peor aún hace que sus palabras hablen más que su ejemplo, más bien es todo lo contrario, sabe bien de dónde viene y deja a los demás en paz.
Una persona despierta sabe que la clave de todo, es volver a unir a el TODO dentro de sí… entonces la mente descansa en el corazón, y así ella ya no va para afuera a tratar de identificarse con el mundo, ya que fue hacia adentro y se identificó con el Universo.
Ella comprendió que despertar no es sólo abrir los ojos, sino que es abrir la mente y el corazón, para llenarse a sí misma de todo aquello que bendice e ilumina su alma.