Hay muchas personas que ya están planificando las vacaciones para las próximas fechas. Y en este examen de probabilidades para una escapada siempre hay algún balneario, unas cabañas en el bosque o una escapada de un par de días a alguna zona por conocer.
Y en este asunto, Portugal es un imprescindible para los gallegos y las gallegas. Dependiendo de la duración de estas vacaciones, el norte del país se presenta como una gran opción.
Pero quien puede estirar algo más los días de asueto, puede valorar profundizar algo más en el país vecino. En uno de los paraísos naturales de Portugal se esconde un auténtico planazo que muy poca gente conoce todavía. Se trata de una propuesta que mezcla aventura, algo de ejercicio físico y un paisaje encantador.
Portugal, en un proyecto de revitalizar su territorio, decidió reconvertir la antigua línea de tren que atravesaba el Parque Natural de la Sierra de São Mamede en un asombroso circuito. Pero no, no es una vía para bicicletas sino para un vehículo que aprovecha los raíles de la antigua locomotora ofreciendo un bonito paseo en una especie de quad a pedales.
Rail Bike Marvão es una de las experiencias que cada vez están conquistando a más personas al otro lado de la frontera. A unas cuatro horas de Galicia, este es un reclamo ideal para pasar un puente en una zona rodeada de robles y vistas maravillosas. Una senda que recuerda el histórico Lusitania, que conectaba las dos capitales de cada país.
En su actual recorrido, este Rail Bike ofrece dos rutas diferentes, en función del aguante de cada participante. Lo más interesante es que ambos dan la oportunidad de conocer pueblos como Marvão y Castelo de Vide.
El primero de los circuitos tiene una duración cercana a las dos horas y media, a lo largo de 15 kilómetros. Este parte de la histórica estación de tren de Marvão-Beirã y en adelante encadena algunas curvas, cuestas y pendientes que discurren alrededor de alcornoques, vida silvestre y hermosas vistas del propio Castillo de Marvão.
En cuanto al otro trayecto, ya de con una duración media de cinco horas a través de 35 kilómetros, ofrece incluso un receso para un reconfortante picnic. En su camino pasa por dos históricas estaciones de tren y permite adentrarse más en el Parque Natural de la Sierra de São Mamede.
Por supuesto, esta no deja de ser una propuesta deportiva por lo que además de ganas de disfrutar de la naturaleza hace falta cierta pasión por el deporte y la vida sana. Eso sí, también cabe la posibilidad de turnarse pedaleando y parar a hacerse fotos o contemplar las vistas.
Lo mejor es que este recinto permanece abierto todo el año, con el único requisito de hacer una reserva previa. Por lo que es un plan ideal tanto para el invierno como para el verano.