Todos tenemos derecho a tocar fondo. Ahora bien, alzarnos tras esa caída es una obligación y para ello, debemos darnos tiempo para reflexionar, gestionar emociones, despertar valías y adecuadas fortalezas para convertirnos en un auténtica ave Fénix.
Tocar fondo no es lo peor que te puede pasar. Si llegas al fondo es porque ya no puedes caer más, lo cual te abre una doble vía. Puedes quedarte ahí, hundido en tu propio dolor (eso es lo peor que te puede pasar) o puedes usar ese fondo para coger impulso y volver a ascender.
Ahora bien, como bien sabemos, sacar fuerzas para tomar ese impulso no siempre es fácil. De hecho la mayoría de las veces es complicado porque la superficie es pequeña y resbaladiza. Todos hemos tenido esa sensación. Todos, de algún modo, hemos vivido esos desafíos mentales, emocionales y físicos capaces de derribarnos, de hacernos sentir desesperados, oscuros y angustiados.
Llegado ese punto solo queda una salida, porque más abajo ya no hay nada. Has caído y has vuelto a emerger. Como el ave Fénix has renacido de tus cenizas. Haber tocado fondo te ha enseñado una importante lección de vida. No obstante, como ser humano que eres, sabes que puedes volver a resbalar.
Puede que el miedo a volver a pasar por una situación similar te paralice y te impida vivir al máximo, frene tus iniciativas o te impulse a encerrarte en tu burbuja. Como decía Carl Rogers, reconocida figura de la psicología humanista, no podemos cambiar lo que nos ocurre. Solo cuando aceptemos cada hecho, obtendremos el impulso para generar cambios, para emerger de ese fondo.
“Tocar fondo se convirtió en la base sólida sobre la que reconstruí mi vida”
-JK Rowling-
Aprende de las experiencias pasadas
Si estás leyendo esto probablemente es porque estés a punto de sentir que vas a tocar fondo, si no lo has hecho ya. Asimismo, sabes que lo que parece un pozo sin fondo con una vertiginosa caída, en realidad sí que tiene un final.
No niegues lo que ya has vivido y no te avergüences de todo lo malo que has pasado. Desde el recuerdo del sufrimiento experimentado, podrás entender y aplicar mejor las siguientes sugerencias. Así, filósofos como Karl Jaspers solía decir que el dolor nos sitúa a menudo en un área fronteriza donde estamos obligados a tomar decisiones.
Siente tu dolor sin apego, no lo reprimas
Deja que las emociones fluyan, date la oportunidad de sentir esa frustración, esa decepción o incluso esa ira que te invade. Identificar lo que sientes es la única manera de soltar ese el dolor. Si intentas distraerte pensando en otra cosa esas, emociones seguirán creciendo, luchando por encontrar su sitio en tu mente.
Siente tu dolor sin apegarte a él. Simplemente, déjalo que fluya. No busques soluciones, no busques culpables, no pienses en tomar medidas. Simplemente siente. Al contrario de lo que pueda parecer, esas emociones no te devorarán, sino que pasarán y te dejarán libre.
Date un tiempo para reflexionar
Es la reflexión lo que lo cambia todo. Necesitas tiempo para darle un significado lo que has vivido y para entender cómo te ha afectado. Una vez que hayas dejado fluir las emociones, es el momento empezar aliviar tu mente y a aligerar tu corazón. Es el momento de aprender una nueva lección.
- Ahora bien, reflexionar no implica jugar al juego de las culpas, sino ser conscientes de nuestra responsabilidad, perdonarnos y tomar decisiones positivas que nos hagan más fuertes.
- Esto puede llevar más o menos tiempo. Tómate el que necesites. Solo una reflexión profunda que dé como consecuencia un lección aprendida es lo que te ayudará a salir del agujero.
- Asimismo, aprende en ese tiempo de reflexión a despertar tu potencial en resiliencia. Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Marsella por Robert Stewart, nos señala que invertir en esta dimensión psicológica es ganar en bienestar
Si en la caída nuestra autoestima ha permanecido sólida, levantarnos va a ser mucho más sencillo. De esta manera, aprovecha tu caída como una oportunidad para demostrarte ese amor hacia ti mismo. Trátame al menos con el mismo cariño que dispensas a los demás, el que respeta y perdona, el que da una oportunidad, el que no intenta imponer cambios contrarios a lo que se es.
Busca que tu mente fluya
Muchas personas que sienten que han tocado fondo no se permiten desconectar de sus problemas. Se sientan a pensar y a rumiar sobre todo lo malo que hay en sus vidas. Pero el hecho de encontrar un obstáculo no significa que no se pueda tomar un desvío y encontrar algo aún más hermoso en el nuevo camino.
Para salir del agujero, en vez de darle vueltas a las cosas, lo mejor es encontrar una actividad que permita que nuestra mente fluya. Las actividades creativas, la música, el ejercicio o la meditación nos dan la oportunidad de salir un momento del espacio nocivo y saturado en el que nos encontramos para pasar a un nuevo escenario y volver con energías renovadas.