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Síntomas de tristeza y depresión

Todos nos sentimos tristes o desanimados alguna vez.

La mayoría de las personas sufren las experiencias tristes de la vida como una enfermedad grave, la pérdida de un empleo, la muerte de un familiar o un divorcio.

Estos sentimientos de dolor tienden a ser menos intensos con el paso del tiempo.

La depresión se produce cuando sentimientos de profunda tristeza o desesperación duran como mínimo dos semanas o más y cuando interfieren con las actividades de la vida cotidiana como trabajar o incluso comer y dormir.

Las personas deprimidas tienden a sentirse indefensas y sin esperanzas y a culparse por tener estos sentimientos.

Algunas pueden tener pensamientos de muerte o suicidio.

Las personas con depresión pueden sentirse abrumadas y agotadas y dejar de participar en ciertas actividades cotidianas, retrayéndose de familiares y amigos.

¿Qué causa la depresión?

Los cambios en la química del cuerpo influyen en el estado de ánimo y los procesos de pensamiento y los factores biológicos contribuyen en algunos casos de depresión.

Además, las enfermedades crónicas graves, como la enfermedad cardíaca o el cáncer, pueden estar acompañados por la depresión.

Para muchas personas, sin embargo, la depresión indica primero y principalmente la falta de equilibrio en determinados aspectos mentales y emocionales de la vida.

Las transiciones importantes y los principales factores de estrés en la vida, como la muerte de un ser querido o la pérdida de un empleo, pueden contribuir a provocar la depresión.

Otros factores más sutiles que conducen a la pérdida de identidad o autoestima pueden también contribuir.

Las causas de la depresión no siempre son evidentes de inmediato por lo que el trastorno requiere la evaluación cuidadosa y el diagnóstico de un profesional de la atención médica de salud mental.

A veces la persona tiene poco o ningún control sobre las circunstancias implicadas en la depresión.

Otras veces, sin embargo, la depresión se produce cuando las personas no pueden ver que realmente tienen opciones y pueden hacer cambios en sus vidas.

 

¿Puede tratarse la depresión con éxito?

Por supuesto. La depresión es muy tratable cuando una persona recibe atención competente.

Los psicólogos están entre los proveedores de salud mental con autorización para ejercer y muy capacitados, con años de experiencia en el estudio de la depresión y ayudan a los pacientes a recuperarse de ella.

Existe todavía determinado estigma, o renuencia, asociado con buscar ayuda para los problemas emocionales y mentales, incluyendo la depresión.

Lamentablemente, los sentimientos de depresión suelen considerarse como un signo de debilidad antes que una señal de algo que no está equilibrado.

El hecho es que las personas con depresión no pueden simplemente reaccionar y sentirse mejor espontáneamente.

Las personas con depresión que no buscan ayuda sufren innecesariamente.

Los sentimientos y preocupaciones no expresados, acompañados por una sensación de aislamiento, pueden empeorar la depresión.

No está de más insistir en la importancia de obtener atención médica profesional de calidad.
¿Cómo ayuda la psicoterapia a recuperarse de la depresión a las personas?

Hay varios enfoques en la psicoterapia, incluyendo la terapia

cognitiva-conductual, la interpersonal, la psicodinámica y otras clases de terapia conversacional, que ayudan a las personas a recuperarse de la depresión.

La psicoterapia ofrece la oportunidad de identificar los factores que contribuyen a su depresión y a afrontar eficazmente las causas psicológicas, conductuales, interpersonales y situacionales.

Terapeutas capacitados, como psicólogos autorizados para ejercer, pueden trabajar con personas deprimidas para:

Señalar los problemas de la vida que contribuyen a su depresión y ayudarlas a entender qué aspectos de estos problemas pueden ser capaces de resolver o mejorar.

Un terapeuta capacitado puede ayudar a los pacientes deprimidos a identificar opciones para el futuro y a fijarse metas realistas que les permita mejorar su bienestar mental y emocional.

Los terapeutas también ayudan a las personas a identificar cómo lidiar satisfactoriamente con sentimientos similares, si tuvieron depresión en el pasado.

Identificar patrones de pensamiento negativos o distorsionados que contribuyen a sentimientos de desesperanza e indefensión que acompañan a la depresión.

Por ejemplo, las personas deprimidas pueden tender a generalizar en exceso, es decir, a pensar en las circunstancias en términos de siempre o nunca.

También pueden tomar las cosas de forma personal. Un terapeuta capacitado y competente puede ayudarlas a nutrir una actitud más positiva frente a la vida.

Explorar otros pensamientos y conductas conocidos que generan problemas y contribuyen a la depresión.

Por ejemplo, los terapeutas podemos ayudar a las personas deprimidas a entender y mejorar patrones de interacción con otras personas que contribuyen a su depresión.

Ayudar a las personas a recuperar el control y el placer de la vida.

La psicoterapia ayuda a las personas a ver las opciones que tiene, así como a incorporar gradualmente actividades placenteras y satisfactorias nuevamente en sus vidas.

La ocurrencia de un episodio de depresión aumenta en gran medida el riesgo de tener otro.

Existen pruebas de que la psicoterapia continua puede disminuir la posibilidad de futuros episodios o al menos reducir su intensidad.

A través de la terapia, las personas pueden aprender tácticas para evitar el sufrimiento innecesario de episodios futuros de depresión.

¿En qué otras formas ayudan los terapeutas a las personas deprimidas y a sus seres queridos?

El apoyo y la participación de la familia y amigos puede desempeñar un papel crucial para ayudar a alguien con depresión.

Las personas en el sistema de apoyo pueden ayudar a alentar al ser querido deprimido a seguir el tratamiento y a poner en práctica las técnicas de afrontamiento y tácticas para la resolución de problemas que aprenda mediante la psicoterapia.

Vivir con una persona deprimida puede ser muy difícil y estresante para los familiares y amigos.

El dolor de ver a un ser querido con depresión puede provocar sentimientos de indefensión y pérdida.

La terapia familiar o de pareja puede resultar beneficiosa para reunir a todas las personas afectadas por la depresión y ayudarlas a aprender formas eficaces de sobrellevarla juntos. Este tipo de psicoterapia también puede brindar una buena oportunidad para que las personas que nunca han tenido depresión aprendan más al respecto e identifiquen formas constructivas de apoyar a un ser querido que tiene depresión.

¿Son útiles las medicaciones para tratar la depresión?

Las medicaciones pueden ser muy útiles para reducir los síntomas de la depresión en algunas personas, sobre todo en los casos de depresión moderada a grave.

Algunos proveedores de atención médica que tratan la depresión pueden preferir la combinación de psicoterapia y medicaciones.

Dados los efectos colaterales, el uso de medicación requiere un control atento por parte del médico que la receta.

Algunas personas deprimidas pueden preferir la psicoterapia al uso de medicación, en especial si su depresión no es grave.

Al realizar una evaluación exhaustiva, un profesional de la salud mental capacitado y autorizado para ejercer puede ayudar a hacer recomendaciones sobre un curso eficaz de tratamiento para la depresión del paciente.

La depresión puede afectar seriamente la capacidad de una persona para conducirse en situaciones cotidianas.

Sin embargo, las perspectivas de una recuperación a largo plazo son muy buenas para quienes buscan ayuda profesional. El trabajar con terapeutas calificados y experimentados, puede ayudar a las personas con depresión a recuperar el control de sus vidas.

SINTOMAS DE LA DEPRESIÓN:

La Depresión se manifiesta clínicamente por la presencia de un conjunto de síntomas emocionales y/o manifestaciones físicas distintas, que trascienden en cambios en la conducta.

A) SINTOMAS EMOCIONALES.

B) SINTOMAS FISICOS.

C) CAMBIOS EN LA CONDUCTA.

A. SINTOMAS EMOCIONALES:

1. SENTIMIENTOS NEGATIVOS:

– Estoy sensible y triste la mayor parte del tiempo.

– No siento deseos de hacer lo que antes me motivaba.

– No disfruto de lo que antes gozaba.

– Siento la necesidad de llorar.

– Tengo sensaciones de angustia.

– Siento temores, de situaciones razonablemente inexplicables.

– Siento confusiones y sensaciones de extrañeza.

– Percibo soledad dentro de mí.

– Siento una culpabilidad intensa e irrazonable.

– Siento que valgo menos como ser humano.

– Siento una extraña necesidad de no querer seguir viviendo.

– Sensación de vació y aburrimiento.

2. IDEAS NEGATIVAS:

– Tengo la idea que nunca me voy ha aliviar.

– Que seguramente tengo una enfermedad grave.

– Tengo la idea que si les explico a las personas que amo, estas no me van ha entender.

– Tengo la idea de que a lo mejor voy ha perder la razón.

– Tengo ideas negativas repetitivas. (“dando vueltas en mi cabeza”).

– Tengo la idea recurrente de que algo malo va ha pasar inclusive la muerte.

– Ideas de dudas para decidir hacer o decir.

– Ideas de que decisiones pasadas fueron inadecuadas y de consecuencias catastróficas.

– La idea de un futuro sin esperanza.

– Tiene la idea que “todos los demás” están mejor que usted.

– Preocupación por pequeñas cosas.

B. SINTOMAS FISICOS:

NOTA IMPORTANTE: La siguiente lista de síntomas pudieran corresponder a síntomas de otras problemáticas medicas que requieren valoración por parte de un medico calificado, sin embargo estos síntomas de manera aislada o el conjunto de algunos de estos por si mismos se presentan realmente como manifestaciones físicas de un trastorno de ansiedad y /o depresión.

1. Síntomas Físicos Generales:

– Baja energía.

– Intenso cansancio.

– Inquietud, temblores, escalofríos.

– Disminución en la concentración y en la memoria.

– Ideas lentas.

– Lentitud en las actividades.

– Alteraciones en el patrón del sueño, ya sea exceso de sueño o insomnio.

– Alteraciones en el apetito, ya sea escaso apetito o aumento en el apetito.

– Perdida de peso.

– Sensaciones, molestias, adormecimientos o dolores físicos inespecíficos en distintas partes del cuerpo.

– Bajo deseo sexual.

– Sudoración.

2. Síntomas Físicos en la Zona de la cabeza y cuello:

– Rostro preocupado.

– Sensaciones en el cuero cabelludo y/o se le cae o se estira el pelo.

– Embotamiento o Dolor de cabeza frecuente.

– Alteraciones visuales.

– Mareos. (vértigo)

– Alteraciones auditivas. (“zumbidos”).

– Alteraciones en la percepción de los olores y los sabores.

– Aprieto los dientes y/o muerde los labios.

– Boca seca.

– Rigidez y dolor de los músculos del cuello (pesadez en la nuca).

– Sensación de cuerpo extraño en la garganta.

– Sensación de que no pasa el aire o los alimentos en la garganta.

3. Síntomas Físicos en tórax y abdomen:

– Opresión en el pecho.

– Palpitaciones.

– Respira agitado o siente la dificultad para respirar.

– Suspiros frecuentes.

– Dolor de espalda.

– Eructos.

– Sensaciones de malestar estomacal y/o intestinal (pesadez o retorcijones).

– Estreñimiento o diarrea.

4. Síntomas Físicos en Extremidades:

– Sin fuerza y / o dolores en los músculos.

– Temblores.

– Molestias o dolores en las articulaciones.

– Juega con las manos o inquieto con los pies.

– Se muerde las uñas.

5. Genitourinario:

– Micciones frecuentes y/o urgentes.

– Amenorrea (falta del período menstrual).

– Metrorragia (hemorragia genital).

– Frigidez.

– Eyaculación precoz.

– Dificultad en la erección o impotencia.

C) CAMBIOS EN LA CONDUCTA:

1.) CAMBIOS EN LA CONDUCTA EVIDENTES:

– Conducta de aislarse y no salir.

– Dificultad para laborar en el trabajo o en la casa.

– Posterga decisiones.

– Se niega a las invitaciones de fiestas o reuniones, mucho menos viajes.

– Quiere permanecer acostada(o) o sentada(o) el mayor tiempo posible.

– Distraída(o).

– Le cuesta permanecer sola(o) en la casa.

– No quiere manejar o evita el tráfico.

– No tolera los ruidos o la televisión.

– Evita lugares encerrados o muy concurridos.

– Irritable o poco tolerante.

2.) CAMBIOS EN LA CONDUCTA NO EVIDENTES:

– De compras frecuentes.

– De maquinitas o juegos de azar.

– Tendencia muy marcada a la limpieza y el orden.

– Conducta de escape o de viajes frecuentes.

– Tendencia muy marcada a consultar a los médicos.

– Pertenecer a muchas agrupaciones cívicas, religiosas o sociales.

– Fanatizarse en actividades.

– Visitas frecuentes a cafeterías.

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