Yo creo que en la vida una de las cosas más bonitas que te pueden llegar a pasar es convertirte en la persona que habría protegido a «tu yo del pasado», a tu yo de la infancia, a tu yo de la adolescencia, en la persona que tu niño o tu niña interior más hubiera necesitado tener a tu lado.
Pasar de ser alguien muy delicado a alguien que confía en su fuerza interior y en los anhelos de su corazón y eso es una de las transformaciones más poderosas que puedes hacer en tu vida, y para mí eso es sanar a la niña o niño que fuiste, porque no eres solo tu pasado ni todos los acontecimientos que te han ocurrido, sino todo lo que haces con todo aquello que te ha ocurrido…, y ese es el mejor regalo que tu yo adulto puede darle en el presente a la niña que fuiste y que siempre seguirá viva en tu cuerpo, en tu corazón, en tu alma, y en tu memoria.