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¿Qué significa realmente celebrar la Navidad?

Según en qué parte del mundo hiciéramos esta pregunta las respuestas variarían mucho.

Si lo preguntáramos en Japón, la respuesta sería pasar el día 24 con la pareja y no en familia porque es la fiesta de los enamorados.

Y si lo preguntáramos en Méjico, descubriríamos que se celebran “Las Posadas”, unas fiestas de origen religioso que acaban con una piñata y gran diversión para los más pequeños las cuales tienen lugar durante los nueve días anteriores a Navidad.

Y si siguiéramos preguntando, siempre encontraríamos respuestas que varían de nombre, de fecha, de personajes…

Pero hay una cosa que es común a todas las Navidades: celebrar la alegría de estar juntos y de saber que nos tenemos los unos a los otros.

No debemos olvidar que la base de la Navidad es celebrar el Nacimiento de Jesús, que nació en un establo, de manera humilde y rehusado por los habitantes del pueblo los cuales no fueron generosos ni hospitalarios con María y José.

Por lo tanto, la gran pregunta es: Realmente estamos celebrando el renacimiento de Jesús en nuestros hogares y en nuestros coros, o hemos caído en una trampa consumista y nada sostenible?

 

Test rápido: ¿Cómo vives la Navidad?

Respóndete a ti mismo/a estas preguntas:

  1. ¿Notas una ligera ‘ansiedad’ cuando se acercan las fechas navideñas solo de empezar a pensar en los regalos?
  2. ¿Te sientes un poco ‘obligado/da’ a seguir una tendencia de celebración que no te pertenece?
  3. ¿Te marcas un presupuesto por regalos y, a menudo, lo acabas sobrepasando?
  4. ¿Te marcas un presupuesto para las comidas y, a menudo, lo acabas sobrepasando?
  5. ¿Compras rollos y rollos de papel para envolver?
  6. ¿Acabas comprando por comprar porque ves que se acerca la fecha y no sabes que regalar?
  7. ¿Acabas saturado/a de tantas comidas y cenas e incluso con molestias digestivas?

Si la mayoría de respuestas son un SÍ, el resultado está claro: el vórtice consumista de la Navidad te ha consumido.

Y es que nunca mejor dicho, la Navidad puede acabar consumiéndonos.

Consumiendo nuestros bolsillos.

Consumiendo nuestras ganas de estar con la familia.

Consumiendo nuestra salud, con tantas comidas demasiado copiosas y seguidas.

Consumiendo nuestra imaginación para hacer regalos que realmente signifiquen algo.

Consumiendo el planeta, con toneladas y toneladas de plástico, de papel para envolver y de CO 2 lanzado a la atmósfera para producir los millones de regalos que quizás no eran bienvenidos, ni deseados.

Consumiendo nuestra espiritualidad olvidando el verdadero significado de la Navidad y alejándonos de la auténtica generosidad: la solidaridad.

Recordemos que Jesús no nació en un ambiente de comodidades, caprichos y derroches. Por lo tanto, la celebración de su nacimiento nos pide un compromiso: acercarnos a vivir la Navidad como la vivió la Sagrada Familia. Sin gastos innecesarios y desorbitados, y con más generosidad hacia quien más la necesita.

Otra Navidad es posible y está en nuestras manos diseñarla y hacerla realidad.

¿Qué podemos hacer para disfrutar de una Navidad menos consumista y más sostenible?

  • Regalar cosas hechas por nosotros: seguro que tienes algún hobby, ya sea cerámica, tocar el saxo o hacer crochet. Cuando regalamos algo hecho por nosotros, estamos haciendo un regalo único e irrepetible que lleva el nombre de la persona a quien se lo estamos haciendo.
  • Regalar tiempo: siempre nos quejamos de que no tenemos tiempo para vernos, que no pasamos suficientes momentos juntos… pues, ¿por qué no regalarnos tiempo?
  • Regalar un viaje o una experiencia: Viajar es una de las cosas mas enriquecedoras de la vida.
  • Regalar comercio justo: una forma de comercio que tiene en cuenta los valores éticos y medioambientales en vez de los criterios puramente económicos. Además, tiene como objetivo corregir las desigualdades generadas por el sistema económico capitalista y potenciar alternativas de consumo más respetuosas…
  • Regala cultura. Teatro, conciertos, libros, espectáculos… la cultura es un bien que no ocupa espacio, pero que genera muchas emociones y recuerdos.
  • Regalos compartidos. Antes que recibir 10 regalos que no sabes donde poner, ¿no es mejor recibir uno que realmente te haga ilusión? La organización entre familiares/amigos puede ayudar a hacer regalos que realmente sean deseados, a no solaparse y también a ahorrar.
  • ¿Quién dijo “papel de regalo”? Sabías que cada habitante del territorio español genera 4 millones de residuos anualmente, de los cuales un 30% se producen en la temporada de Navidad según el último estudio del INE. Esto se traduce en un millón de toneladas de papel y cartón generadas durante los meses de diciembre y enero en todo el territorio español. Así que tunea tus regalos con papeles de revistas, de diario, de embalaje, con cajas, cestas, telas… ¡Viva el packaging original y sostenible!
  • Regala salud y bienestar y espiritualidad regalando una de nuestras terapias en Terapias Vigo o uno de nuestros productos.

 

¿Qué podemos hacer para disfrutar más de los encuentros durante estas fiestas?

  • Móviles fuera de la mesa: los móviles en la mesa tendrían que ser como los animales en la mesa: no bienvenidos. Si uno empieza a poner el móvil en la mesa, los demás lo seguirán. Es un efecto dominó y en 5 minutos tendrás media mesa desconectada del encuentro. Para evitarlo, puedes poner un bote o caja en la entrada de casa y pedir a todo el mundo que deje el móvil allí. Papá Noel o el Tío lo vigilarán 
  • Aprovecha para hablar con aquella familia que no ves tan a menudo o con aquella con quien ya no creías tener nada que decirte. A veces puedes reencontrarte con alguien que no hubieras esperado y recuperar una relación.
  • Si no eres de estar mucho en la mesa, propón otras actividades. Si después de un rato de sobremesa no sabes donde ponerte, sugiere unos juegos en familia (el de las películas y personajes con un trozo de papel y un sombrero ya haces), o una salida nocturna para ver estrellas, o mirar todos juntos los álbumes en familia o explicar historias de miedo o, incluso, hacer un concurso de collage. Si quieres tener una Navidad diferente, toma la iniciativa para conseguirlo. El cambio está en quien lo quiere crear.
  • Los abuelos y abuelas, un gran tesoro. Quién pueda disfrutar de ellos y ellas que lo haga al máximo. “¿Cómo se conocieron los abuelos?” “¿Dónde vivían los padres de pequeños?” La historia familiar es importante.
  • Las tareas, entre todas mejor. Si queremos celebrar las fiestas, pero tenemos a la madre o a la abuela todo el día en la cocina, todos hacemos fiesta menos ellas. Pues qué mejor que repartir las tareas de cocinar (o llevar cocinado), poner la mesa, quitar la mesa y limpiar entre todos?
  • Prioriza y aprende a decir que no. Quizás no hay que ir a toooodas las comidas y cenas. Hay más fines de semana en el año para verse con la familia y amigos. Si solo de pensar en todos los días seguidos de encuentros que hay, ya sientes ansiedad, prioriza y agenda los otros para más adelante.

YO EN LA CABALGATA DE REYES EN COIA AÑO 2022: