Tal vez te ha ocurrido alguna vez, o conoces a alguna mujer a la que le ha sucedido: tener sexo con un hombre y acabar perdidamente enamorada de él a los pocos días.
Como una obsesión enfermiza que hace que no puedas dejar de pensar en él, querer verle más, compartir más e incluso fantasear con una vida y un futuro en común. Sin apenas conocerle, sin saber suficiente sobre él. Y solo por el hecho de haber tenido relaciones sexuales con él.
Puede que, incluso, al inicio te hubieras repetido a ti misma de que solo era sexo, que no querías nada más (porque se trata de un perfil que no te conviene, porque no es un buen momento para ti, o por lo que sea). Pero aun así, ese alud emocional te ha inundado de forma inevitable como un tsunami que arrasa con todo y se hace con el territorio entero sin importar lo que deje atrás.
¿Por qué sucede esto?
Es fácil. Y aunque esto le reste romanticismo al tema, se trata de algo puramente químico. Al tener relaciones sexuales y concretamente con el orgasmo, nuestro cerebro segrega una serie de hormonas como la dopamina, la oxitocina y la testosterona, que están totalmente relacionadas con el enamoramiento y el amor.
Y por cuestiones biológicas eso nos afecta más a las mujeres que a los hombres. Por eso, es más fácil para un hombre tener un vínculo sólo sexual con una mujer sin que necesite ni desee tener más que eso, mientras que si lo hace una mujer, es probable que quiera más y empiece a conectar con sentimientos de enamoramiento hacia ese hombre.
Por ello, podemos afirmar que si decidimos tener relaciones sexuales con alguien, incluso a pesar de que inicialmente ese alguien ni siquiera nos guste de verdad, nos estamos exponiendo a la posibilidad de adentrarnos en un proceso de enamoramiento que nos haga perder el sentido, la cordura y la madurez emocional. Es algo involuntario y que no podremos controlar. Por eso es interesante saberlo. Y saber también que puede que esta reacción de nuestro cerebro, no sea correspondida por la reacción del suyo y que a él no le suceda lo mismo.
Se trata de algo biológico y natural. Debemos saberlo para entender por qué nos pasan las cosas que nos pasan cuando nos implicamos sexualmente con alguien. Saber a lo que nos exponemos y qué nos puede suceder.
Si se trata de un perfil que tú de forma consciente y lúcida, antes de implicarte a nivel emocional ya ves que no encaja contigo, por mucha atracción física que sientas, es mejor que te alejes porque si te dejas llevar, puedes acabar atrapada en las garras del más invalidante enamoramiento.
El enamoramiento produce en el cerebro un cóctel neuro bioquímico con síntomas que se parecen a los producidos por ciertas anfetaminas: alta tolerancia (incluso a lo malo), obsesión incontrolable, dependencia y enganche, síndrome de abstinencia cuando te falta, etc.
En otras palabras, podríamos decir que perdemos nuestras capacidades más importantes que nos aportan control, libertad y consciencia.
Por lo tanto…
Creo que lo importante, como siempre digo, tener la información necesaria que nos ayude a entender los procesos y cambios a los que se ve sometido nuestro cerebro. Cuanto más entendamos nuestras emociones y esos cambios neuro bioquímicos a los que todos estamos expuestos ante determinadas situaciones, más consciencia tendremos y más capaces seremos de tomar las decisiones adecuadas en cada una de ellas.
Si actuamos desde la inocencia de los niños pequeños sin comprender nada y simplemente dejándonos llevar, al no ver ni entender lo que ocurre, sufriremos mucho más y es probable que esa experiencias complejas se repitan una y otra vez en nuestra vida incluso hasta el punto de sentir que tenemos muy mala suerte o que la propia vida está en contra de nuestra felicidad.
Eso nunca es así. Debemos entender que es muy importante aprender sobre lo que ocurre en nuestro cuerpo y nuestras emociones porque esto es lo que nos permitirá ser libres, autónomos y tener el control absoluto de nuestra vida y nuestras relaciones.