Durante los Juegos Olímpicos se ha podido observar como ciertos atletas llevaban el ombligo tapado. En muchas ocasiones los deportistas de élite desarrollan ciertos preparativos o supersticiones.
Al pensar en ello, se viene a la cabeza el ritual de Rafa Nadal cada vez que realiza un saque, los futbolistas que entran con un pie determinado al terreno de juego o los atletas que besan una pulsera antes de competir.
Este proceso suele guardar relación con manías de los competidos, normalmente derivadas de algún éxito deportivo que lograron siguiendo esos pasos. No obstante, en otras ocasiones, el significado es completamente diferente, por ejemplo, responde a cuestiones espirituales.
La imagen que ha dado la vuelta al mundo se tomó durante la prueba de 20 km marcha femenina de París 2024, que se disputó el 1 de julio. Se pudo ver como la campeona Jiayu Yang llevaba un parche sobre su ombligo. Principalmente, esta práctica la llevan a cabo deportistas orientales. Esta tradición se remonta al año 1400 a. C., aproximadamente, y está relacionada con la medicina china.
El ombligo es uno de los siete chakra, en concreto el segundo. Es un centro energético vital y focalizado. Esto lo convierte en una ‘puerta’ de entrada y salida de energía. La cuestión es que sirve de pasa tanto para la positiva como para la negativa.
Por ello, durante las competiciones, muchos asiáticos se tapan con esparadrapo el ombligo con el objetivo de evitar este ‘portal’ esté abierto. Gracias al parche, se logra almacenar y conservar la energía y ahuyentar las vibras negativas de los competidores.
El palacio del espíritu
En la cultura asiática, el ombligo es considerado un centro energético vital. Esto se debe a que es la primera parte del cuerpo que se forma, es el inicio de la vida humana.
No obstante, hay atletas que no limitan a taparlo como medida preventiva. Además de poner una barrera, hay ciertas personas que se colocan una piedra en el ombligo con la que se cree que atraen energías positivas.
Pese a que no se basa en evidencias científicas, en París 2024 a la china Jiayu Yang le ha dado suerte. La atleta acabó la prueba de 20 km marcha femenina a la cabeza. Marcó un tiempo de 1:25:54, muy por encima de los 1:31:54 que hizo en Tokio 2020.
En apenas tres años, Yang ha pasado de cruzar la meta en el puesto número 12, a ser la líder de la prueba en París 2024. Junto a ella, estuvieron en el podio la española María Pérez (plata) y la australiana Jemima Montag (bronce).
María Pérez pudo redimirse de su cuarto puesto en la anterior edición. La granadina firmó una marca de 1:26:19 y se marchó con la medalla de plata.
La marcha española no solo logró este metal, su homólogo masculino, Álvaro Martín también estuvo presente en el top-3 de los 20 km marcha masculina. Con un tiempo de 1:19:11, el extremeño se hizo con el bronce. En su caso, también acabó cuarto en Tokio 2020.