En la frontera con Galicia, Portugal alberga diversos tesoros naturales, entre ellos el impresionante Pozo Azul de Gerês. Con sus aguas turquesas que evocan al Caribe, este rincón se encuentra en una ubicación apartada y poco accesible.
Para llegar al pozo, se requiere una caminata de aproximadamente dos horas, por lo que es aconsejable llevar comida y bebida para el trayecto.
La ruta tiene una longitud total de alrededor de ocho kilómetros, aunque se puede optar por recorridos más largos para explorar los alrededores.
Pozo Azul de Gerês
La ruta sigue el emblemático Gran Recorrido que atraviesa todo el Parque Nacional, recorriendo sus primeros kilómetros por una amplia pista entre bosques de abetos, robles y pinos. Con subidas y bajadas, finalmente se desvía para tomar un sendero que asciende por la garganta del río Conho. El paisaje visual durante los últimos kilómetros, con una suave ascensión, hasta llegar al Pozo Azul es simplemente inolvidable.
Durante tu visita a este rincón, no solo te encontrarás con impresionantes cascadas y pozas de agua cristalina en cada esquina, sino también con encantadores pueblos y aldeas donde las antiguas tradiciones aún están vivas y son palpables. Sin embargo, lo más destacado es sumergirse en la Serra de Gerês, un espectacular paisaje natural que se conserva en su estado más puro.
Cómo llegar
La mejor opción es aparcar en el Miradouro das Rocas y caminar aproximadamente 400 metros hasta las cascadas de Arado. El sendero está marcado con señales rojas y amarillas. Al principio, se pasa por la Fuente de las Letras y se continúa durante un kilómetro hasta llegar a una bifurcación donde se debe tomar el camino hacia la derecha.
Después de 400 metros, se pasa por el Curral y la Fuente de Malhadoura, y luego, tras otro kilómetro, se deja atrás el Curral dos Portos a la izquierda y un campo agrícola a la derecha. Siguiendo recto, se llega a un cartel que indica «Tribela», y tras pasar este punto, se gira a la izquierda.
Luego, se cruza el puente de Servas, se suben 50 metros por la carretera y se gira a la izquierda siguiendo una indicación que señala la ubicación del pozo. Después de aproximadamente un kilómetro de caminata por un sendero estrecho, se llega al río Conho, donde se encuentra el Pozo Azul de Gerês.
Parque Nacional de Peneda-Gerês
El Parque Nacional de Peneda-Gerês, situado en el extremo noroeste de Portugal, abarca un vasto territorio entre las regiones del Alto Minho y Trás-os-Montes, siendo el único parque nacional del país.
Desde su establecimiento en mayo de 1971, esta reserva natural ha cautivado a visitantes con sus 70 mil hectáreas de montañas y naturaleza virgen, convirtiéndose en uno de los destinos más impresionantes de Portugal.
El parque se extiende desde la meseta de Castro Laboreiro hasta la de Mourela, englobando las sierras de Peneda, Soajo, Amarela y Gerês, y atravesando cinco municipios y 22 pueblos. Limita con Galicia, formando parte de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés.
Entre sus atractivos se encuentran reliquias arqueológicas, impresionantes cascadas, senderos y una biodiversidad única. Es un lugar ideal para visitar en cualquier época del año, ofreciendo siempre nuevos rincones por descubrir y paisajes increíbles.
La Mata da Albergaria, un bosque de robles centenarios, es uno de los puntos destacados del parque, albergando tramos de la antigua calzada romana Geira. Además, el parque cuenta con impresionantes cascadas como la del Arado, Fecha de Barjas, Portela do Homem y Pincães.
Los encantadores pueblos de Soajo, Lindoso y Pitões das Júnias son paradas imprescindibles, con sus hórreos de piedra, castillos y monasterios medievales. El embalse de Caniçada es el centro de actividades acuáticas, mientras que el Santuario de Nossa Senhora da Peneda ofrece una experiencia espiritual única.
El mirador de Pedra Bela brinda vistas panorámicas de las montañas y ríos, mientras que el puente de Misarela, conocido como el puente del diablo, es una joya arquitectónica medieval que merece la visita, a pesar de estar ubicado fuera de los límites del parque nacional.
Los pueblos más bonitos
Vila do Gerês, situada en el pintoresco valle del río Gerês, es un destino destacado en el Parque Nacional de Peneda-Gerês, conocido por sus famosas termas y balnearios. Este encantador pueblo ofrece acceso a impresionantes paisajes naturales, como las cascadas de Tahiti, Pinçaes y Arado.
Lindoso, en el municipio de Ponte da Barca, es famoso por sus 64 espigueiros, los cuales forman la agrupación más grande de Europa. Junto a los espigueiros se encuentran las ruinas del castillo medieval de Lindoso, que alberga una exposición permanente en la actualidad. Además, la región cuenta con cabañas de pastores y hermosas montañas que ofrecen una experiencia única.
Castro Laboreiro, ubicado en el extremo norte del Alto Miño, en el municipio de Melgaço, es conocido por su rico patrimonio histórico y arquitectónico. Las ruinas del Castillo de Castro Laboreiro, la Iglesia Matriz y el Pelourinho son puntos de interés destacados. Situado a más de 1.000 metros de altitud, ofrece vistas impresionantes de las montañas y el paisaje circundante.