Por qué estoy aquí?, por qué nací ?
Esta es una de las preguntas más comunes que cualquier ser humano se plantea en algún momento de su vida, especialmente en los malos momentos, quizás hayas pensado alguna vez o habrás escuchado a alguien decir:
¿A que venimos a este mundo? ¿Que hago yo aqui en esta vida? o ¿Para esto venimos aqui a sufrir?, estoy segura que estas preguntas u otras similares se te han pasado por la cabeza en más de una ocasión o las has escuchado decir…
Cada vez que no logramos resistirnos a nuestro comportamiento reactivo, tenemos que corregirlo en algún momento futuro. Este concepto de corrección espiritual se llama ‘tikún’.
Estamos en este mundo porque venimos a corregir situaciones de nuestras vidas anteriores, una vez identificamos el tikun por el cual hemos venido a corregir a este mundo, y logramos solucionarlo o corregirlo, habremos terminado con nuestra tarea, por lo que ya no será necesario retornar en otra vida.
Podemos tener un tikún con el dinero, las personas, la salud, la amistad o las relaciones.
Pasar por la vida siendo ‘buenas personas’ no es suficiente. El secreto de nuestras vidas es cambiar nuestros propios patrones negativos que conforman nuestro tikún.
Aquello que te resulta incómodo para ti es parte de tu tikún.
Todo lo que es incómodo para ti es parte de tu tikún.
Todas las personas de tu vida que te molestan y te irritan forman parte de tu tikún (corrección espiritual). Si te resulta difícil hablar por ti mismo, eso forma parte de tu tikún. Si parece que te resulta imposible pagar tus deudas, eso es parte de tu tikún. Si te resulta difícil controlar tus pensamientos negativos, eso es parte de tu tikún.
Al entender esto, no puedes seguir siendo una víctima. Ya no puedes lamentarte por las dificultades, la infancia complicada, el desequilibrio químico, o cualquier otra circunstancia difícil a la que te enfrentes. Estas situaciones, por muy abrumadoras que parezcan, están ahí simplemente para atraer la Luz eterna de la plenitud a tu vida. Pero primero hay una situación de tikún que requiere ser corregida.
Debemos caminar hacia lo incómodo, no alejarnos de ello. La satisfacción momentánea de alejarnos no es nada comparado con la energía que obtendrás si te enfrentas a ello.
Este tema del Tikun es bastante amplio porque abarca muchos otros temas, como por ejemplo el del alma gemela. Cuando una persona encuentra a su alma gemela y logran reunirse el trabajo del alma Tikun se convierte en un proceso mucho mas fácil, porque uno ayudara al otro a corregirse y mutuamente crecerán para alcanzar completar su proceso en la tierra de corrección de manera, que ya no retornaran.
Existen muchas formas de saber cual es el tikun personal, aunque lleva mucho trabajo, pero lograrlo provoca paz interna, entonces la chispa que esta en nosotros nos llena de luz de tal forma que irradiamos esa luz para quienes estén en nuestro entorno.
El no descubrir el tikun, es la razón por la cual muchas almas se sienten tristes, insatisfechas, muchas veces logran alcanzar muchas metas de todo tipo, pero son personas que no le han prestado atención al alma. Por eso hagan lo que hagan, logren lo que logren, nunca su paz hallara el descanso de saber el por que de su existencia aquí en la tierra.
Nunca han sentido un vacío interior que les dice que hay algo como llenarlo, pero no saben como, ni donde, ni que es ese algo que les hace sentir un hueco interior que nada es capaz de llenarlo. Bueno si usted se identifica con lo anterior mencionado es momento que le preste atención al llamado de su alma.
Una de las formas de llegar a identificar el tikun personal es através de la introspección, es como sumergirse en un submarino mar adentro y descubrir tanto tesoros como misterios que nadie mas puede ver. Es momento de auto analizarse desde niño poco a poco como una película, y llegar hasta el día de hoy, y ser capaces de auto criticarse con el fin de descubrir que aspectos de nuestra vida debemos cambiar para alcanzar así la paz interior.
Otro método que utilizan muchas personas es acudir a la ayuda profesional de un psicólogo y practicarse una regresión para saber tanto de esta vida como de vidas pasadas que acontecimientos han ocurrido para estar en la tierra en la presente vida y que proceso es el que hay que corregir por lo cual se esta aquí. Pero ojo con esto, recomiendo que antes de hacer una regresión investiguen al profesional si tiene anos de experiencia en el tema y si esta reconocido por la asociación de psicología. Deben tener mucho cuidado pues no cualquiera puede practicar una regresión y deben asegurarse que el método que utilicen sea el más adecuado.
Quizás si una de las más antiguas y profundas interrogantes de la humanidad a través de su historia sea: ¿a qué venimos a este mundo? ¿Tenemos alguna misión especial o simplemente es obra de la casualidad?
Al contestarnos satisfactoriamente esta pregunta daremos con el propósito de la vida y de nosotros mismos.
Sin embargo, para aceptar que la vida tiene un propósito o finalidad debemos partir de la base de que nada existe al azar y que formamos parte de un Plan cuidadosamente ideado.
En caso contrario, la vida no sería nada más que un evento accidental sin mayor trascendencia.
Antes de seguir adelante en el por qué venimos a este mundo, veamos cual podría ser ese Plan o Propósito.
A pocas personas les es desconocido el hecho de que formamos parte de un gran Cosmos o Universo.
Que vivimos en un tercer planeta de un sistema solar mediocre ubicado en los aledaños de una galaxia como tantas otras existentes en este Universo. Diga este Universo porque recientes postulados o teorías científicas establecen las posibilidades que existan otros Universos como el nuestro.
Todo esto bastaría para darnos una idea de lo ínfimo que somos con respecto al resto de las cosas. No obstante, el Universo ser tan vasto, es interesante ver como existe en él un equilibrio y orden perfectos.
De hecho la palabra Cosmos, con la que los que los griegos bautizaron al universo significa orden.
Esta característica puede haberse dado por casualidad, sin embargo, es más razonable pensar que fue creada por una inteligencia tan portentosa que ni siquiera la podemos imaginar. Pero el hecho de no poder comprender o imaginar algo, no significa que no exista.
Un ejemplo claro es la electricidad, que aunque no se podía ver y hasta hace poco los seres humanos no la podían comprender y no la podían imaginar no era indicio de que no existiera.
Todo hace presumir que la Creación o el Universo, con nosotros insertos en él, tiene una finalidad, va hacia alguna parte, que aunque sea ignorada por nosotros no es indicio de que no exista.
Aún perdura el pensamiento antropocentrista, que aunque si bien ha tenido que variar en algunas posiciones referente a los descubrimientos científicos, se mantiene la idea de que el ser humano juega un papel importantísimo y fundamental dentro de la actual creación. Y debido a este papel tan crucial, debe por consecuencia, ser el pináculo del desarrollo a través del Universo.
A medida que más cosas descubrimos con respecto al Universo que nos rodea, tanto el Gran Universo como el Pequeño Universo, más nos asombramos y nos damos cuenta que somos solamente un pequeño rodamiento dentro de una gran máquina, cuyas dimensiones escapan a nuestra imaginación.
Todo esto nos lleva a considerar que si nos cuesta imaginar esa gran maquinaria, es más difícil comprender a Aquello que la construyó y la echó a andar.
A pesar de la imposibilidad de comprender con nuestra mente racional el Gran Universo y Su Creador, es importante observar que los seres humanos podemos intuir y comprender a través de otras formas la magnificencia de la Creación de la cual formamos parte, lo que nos hará acercarnos mucho a su Creador, que también es el nuestro.
En otras palabras, los seres humanos tenemos la posibilidad de darnos cuenta lo pequeños que somos, pero paradójicamente, también podemos llegar a alturas insospechadas a través del pensamiento y de los sentimientos.
La mayoría de los libros de sabiduría, algunos de los cuales conforman la base doctrinaria de las distintas religiones que existen y han existido en el mundo, señalan que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios (cualquiera sea la concepción que se tenga de El) y que este Creador depositó en las personas su hálito de vida y con ello definió la finalidad de esa alma encarnada.
El propósito de la vida personal, que podríamos llamarla “vocación», es decir, el llamado de la voz interna. A esto hace referencia la lámina número 20 del Tarot, llamada «El Juicio», en donde aparecen un hombre, una mujer y un niño respondiendo al sonido de una trompeta tocada por un ángel desde lo alto.
Estos tres seres humanos se levantan desde unos ataúdes, por lo que se da a entender que estaban muertos.
Esta llamada de la «trompeta» es la llamada de la voz interna y superior de la vocación.
En otras palabras, estas tres personas, que abarcan todas las posibilidades del género humano, despiertan o resucitan al sonido de algo que tiene el poder de hacerlos volver a la vida, este algo es el descubrimiento del «tener que ser en la vida» , algo que toda la humanidad ha buscado y busca afanosamente desde siempre.
También es importante considerar que antes de descubrir o escuchar esta voz interna, las personas estaban muertas, es decir, estaban efectivamente muertas en vida, ya que cumplían con sus necesidades básicas en forma mecánica igual que un robot o un «zombi».
¿Cuál es la llamada interna que comienzan a sentir las personas en la lámina? Es algo muy sencillo, dice simplemente que el ser humano está en este mundo para Amar, Servir y Aprender. Pero esta vocación solamente se expresará en toda su plenitud no necesariamente una vez que hayamos entendido sus conceptos, sino más bien que los hayamos internalizados y sean parte de cada uno.
Esta vocación se puede desarrollar a través de distintas actividades, que la humanidad ha dado en llamar ocupaciones, profesiones u oficios.
La forma en que se haga no importa, lo importante es descubrir estas tres verdades que cada persona debe llegar a realizar en su desenvolvimiento como ser humano.
Por lo tanto la forma de expresión de esta vocación puede ser muy variada, y es conveniente que cada uno descubra aquella expresión que más le acomode a sus intereses, temperamento, habilidades, etc.
No obstante, no debemos perder de vista el hecho de que no existe actividad u ocupación mejor que otra, si consideramos que cada una cumple con la vocación interna y real. Existen profesiones que en algún momento gozan de un mayor prestigio que otras, sin embargo, una persona puede desempeñar dicha profesión, pero si no lo hace con una intención y actitud de amar, servir y aprender, no estará cumpliendo con la vocación de su parte superior o alma.
Y aquella persona que desempeña una ocupación de menor reputación social, pero cumpliendo estas tres condiciones, estará trabajando de acuerdo a esta vocación interna, que le permitirá resucitar y comenzar un camino nuevo y más enriquecedor que cualquier otro.
Consideremos por un momento que estos son los tres aspectos fundamentales por los cuales hemos venido a la Tierra:
AMAR: el ser humano debe amar. El amor es la fuerza que mueve al Universo. El amor como energía o fuerza se expresa en muy variadas formas. Por ejemplo es amor Io que lleva a dos personas a reunirse, formar una familia, establecer una relación con el resto de las personas conformándose en una comunidad, etc. Pero también es amor la germinación de las plantas, la fecundación y expresión de vida de los animales, el hecho que el sol nos brinde luz y calor, la atracción planetaria con el astro rey, la atracción molecular que permite la cohesión de las formas, la interacción de fuerzas atómicas qué permite la existencia de la materia, el sentimiento de solidaridad, caridad, fraternidad; la atracción por algo superior llamada de diversas maneras por las distintas formas religiosas, etc.
A través de estos ejemplos podemos ver que el amor se puede expresar a través de distintas formas y que está presente en cada aspecto de nuestra vida y de la creación. Entonces, por que habríamos de ser la excepción dentro de esta creación. Esta es la razón de por qué debemos buscar la forma de desarrollar y expresar el amor hacia los demás en nuestras actividades diarias. Pequeños actos de ayuda, de escuchar a alguien que lo necesite, de sentir o pensar positivamente de los demás, no dando lugar a los pensamientos y sentimientos negativos, pueden ser suficientes para descubrir este aspecto tan importante de la vocación superior.
SERVIR: Este aspecto se desprende del anterior. Es más, podríamos decir que es la puesta en práctica del amor. Por amor finalmente se sirve a los demás y también podemos observar que todo en la creación cumple una finalidad o un servicio. Acaso el Sol no se consume a sí mismo para darnos energía de vida, acaso el planeta Tierra no nos brinda sus riquezas aún cuando la estemos matando, acaso los vegetales no renuevan nuestro aire permitiéndonos que podamos tener una atmósfera apta para la vida. Y así como estos ejemplos podemos encontrar en todas las cosas de la creación. Todo sirve para algo. Incluso el mal sirve para que nos podamos dar cuenta del Bien.
Por lo tanto, al encontrarnos en un sistema tan perfectamente ideado, en que todo tiene una finalidad y sirve, cada uno de nosotros no podría estar ajeno a esto. Surge, sin embargo, la inquietud: ¿en qué forma servir? En un primer momento, mientras no tengamos claridad en cuanto a la finalidad del Plan Superior, debemos dejarnos guiar por los que más saben al respecto, y servir en lo que ellos nos indiquen. Por eso es tan importante participar de un grupo o Escuela de Iniciación Real, en donde cada uno podrá ser guiado en su servicio, de acuerdo a sus habilidades o actividad.
Para empezar, lo más importante es desarrollar la actitud de servicio, es decir estar dispuesto a ayudar y servir a este Plan, entonces como por arte de magia aparecerá la guía necesaria.
APRENDER: Por último, y no por ello menos importante, es necesario tener una actitud de aprendizaje constante. No existe edad para aprender, y aquel que ya no esté dispuesto a saber mas y aprender cosas nuevas, porque cree saber mucho o porque cree que ya no es capaz se estanca en su desarrollo y nuevamente volverá al “ataúd“ de muerto viviente del cual posiblemente estaba saliendo.
La creencia de que el aprendizaje es para los Jóvenes es un gran embuste, que lamentablemente muchos aceptan como verdad. No hay edad para aprender y hacerlo en forma muy eficaz y profundamente.
Por lo tanto, es siempre deseable aquella persona que quiera aprender más y lo haga. Que de cada experiencia saque provecho y aprenda algo nuevo.
Utilizando técnicas, sistemas y procesos determinados por los últimos avances en la ciencia, sin descuidar el sentido y dirección de este aprendizaje: poder llegar a ser mejor persona entregando servicio y amor a los demás.
Podemos concluir entonces que la verdadera vocación o llamado del alma está determinada por tres aspectos, los cuales se pueden expresar a través de distintas ocupaciones. Estos tres aspectos son: AMAR, SERVIR Y APRENDER.
Venimos al mundo a limpiarnos y depurarnos.
Venimos al mundo no para acumular riquezas,
ni títulos universitarios, ni honores, alabanzas o reconocimientos.
Venimos al mundo a pulir las múltiples asperezas
de ése nuestro diamante en bruto.
A quitar lo gris, a ahuyentar la penumbra.
Venimos al mundo para resurgir a la luz, nuestra real morada.
Para encontrar el hilo
que nos facilite retornar a nuestros orígenes.
Venimos al mundo para superar la prueba de los ilusorios apegos.
Para dejarnos tentar: posesiones materiales,
elogios, apellidos de abolengo.
Todos, engaños del ego.
Venimos a este mundo, recinto engañoso y ficticio de la forma, para despertar, para evocar, para refulgir…
Para ello venimos al mundo.
Para romper con la ilusión del vivir separados.
Para recordar que, en esencia, todos somos Luz.
Porque procedemos de la misma fuente.
con visa temporal…Recuerda: «La vida es dura, pero tú tienes que serlo más», vive y se feliz.
LORENA