Vibran, interpelan, ayudan a hacernos preguntas, muestran caminos. Los números no son solo los que vemos en las clases de matemática. Son pura energía, y gracias a la numerología –la disciplina que los estudia– es posible entender cada uno de sus significados y qué nos quieren decir.
Fue Pitágoras, uno de los grandes sabios de la antigüedad, el que sentó las bases de la numerología. Para el filósofo y matemático griego, los números eran esencias de la divinidad. Representaban arquetipos y guardaban ideas-fuerza ligadas a las energías.
Leídos a través de la carta numerológica, los números se erigen como herramienta para el autoconocimiento. Dan una mano con las grandes preguntas existenciales, ya que pueden ayudarnos a entender de dónde venimos y hacia dónde vamos, qué desafíos y oportunidades tendremos y qué aprendizajes vinimos cumplir en nuestra vida. Entonces, es muy útil saber qué significa cada número según las fuerzas espirituales.
Y si bien los números pueden brindar datos claves, la otra parte del trabajo tendrá que ver con decisiones que cada uno tome en consecuencia: la carta numerológica podrá revelar números poderosos de energías vibrantes, pero si uno no colabora con su 50%, poco va a suceder.
La numerología puede, por ejemplo, sugerir opciones para que una casa o un departamento mejoren las energías. O para que reflexiones por qué hay números que se repiten en tu vida y provocan mezclas explosivas. O qué número te conviene si vas a lanzar un negocio.
¿Qué significa cada número en la numerología?
Para confeccionar una carta numerológica, se asigna en la escala pitagórica un valor al nombre: Primero, se suman las vocales, que representan el impulso del alma. Y, después, las consonantes, que hablan de la personalidad. De la suma de vocales y consonantes se obtiene el número de destino.
Ese dato se combina con la fecha de nacimiento. En numerología, el día, mes y año completos se lo llama «natalicio» y representa las cualidades y el talento. El resultado de su adición determina la lección de vida o sentido natal. «Es tu para qué, lo qué viniste a aprender. Pero es, a su vez, lo que te va a desafiar.
La operación que da como resultado este mapa puede parecer sencilla; sin embargo, hay muchas variables que los numerólogos tienen en cuenta y que solo ellos son capaces de interpretar. La vibración, por ejemplo.
«No hay números buenos ni malos. Hay que verlos en contexto, analizar las compatibilidades y ver si están bien o mal vibrados. Los números, tal como postula uno de los siete principios del hermetismo consignados en el Kybalión, vibran. No están nunca estáticos, sino en movimiento.
Cada número vibra diferente no solo cuando se lo escribe, sino también cuando se lo dice en voz alta. Finalmente, hay que analizar la grafía: la forma de cada número también dice muchísimo de su energía y de aspectos cualitativos profundos: desde el punto de vista psicológico y espiritual hasta la conexión que cada uno tiene con las fuerzas del universo.
¿Qué significa cada número según la numerología?
El número 1
Regido por el Sol, este número tiene que ver con la conciencia. Es un número masculino. Su grafía –un palito hacia arriba– es como una antena que capta y «baja» la información. Está vinculado a la creatividad y refiere, además, a los inicios, al punto de partida. Se lo suele vincular con aquel quien tiene la idea o dice qué hacer (la palabra). Si está mal aspectado, puede abusar de su autoridad.
El número 2
Regido por la Luna, este número está relacionado con la nutrición, la empatía, la compasión y el servicio. Es un número femenino.
Su grafía da cuenta, por un lado, de una parte –la raya de abajo– que está apoyada en la tierra; y, por el otro, su panza redonda, la emotividad y la sensibilidad. Vinculado con el mundo del inconsciente y de lo simbólico, el dos tiene que ver con el arte, la inspiración y la intuición.
Los dos se caracterizan por su sensibilidad y que, en su afán de ayudar al otro, se dejan de lado a ellos mismos. Algunos dos pueden presentar dificultades para decir que no y para poner límites.
El número 3
Bajo la regencia de Júpiter, el tres representa el juego. Es arquetipo del niño y tiene que ver con abundancia y con la gestación creativa: tiene habilidad para comunicar, pero también puede ser cantante o pintor. Tiene mucha influencia en la parte mental y en la social. Si está mal vibrado, puede ser disperso.
El número 4
Con la regencia de Urano y de Saturno, el cuatro es el arquetipo del Protector, proveedor y líder, este número representa el orden y la ley. Tiene que ver con la estabilidad, la seguridad y la responsabilidad. Analítico y controlado.
Su grafía revela dos cosas: por un lado (y debido a la línea hacia arriba como una antena, como el número uno), una parte masculina; y, por el otro, una característica receptiva, que se infiere de la panza cuadrada y casi con forma de un útero. Como el cuatro es tranquilo, ordenado, muchos lo tildan de aburrido. Lo bueno: es práctico y, además, logra todo lo que quiere.
El número 5
Mercurio rige a este número, que se caracteriza por la inteligencia, la curiosidad y la velocidad. Por la raya ubicada arriba de su grafía, se lo considera rígido. Sin embargo, la panza de abajo es señal de apertura.
El cinco simboliza la libertad, la expansión, la originalidad y la energía cambiante. Está vinculado a la diversidad y, por su relación con el número tres, es muy comunicativo. Esquiva la rutina, le gusta viajar y conocer. En algunos casos, puede ser considerado demasiado cambiante, superficial y poco serio.
El número 6
Con la regencia de Venus, el seis simboliza la idea de comunidad: el amor a la familia y la pertenencia al clan. Es un eterno buscador de armonía. El seis es diplomático y está siempre tratando de unir: ya sea el cielo y la tierra, la mente y el corazón.
Es equilibrado y tiene gran afinidad con la música, el arte, la música y la plástica. Algunos le ven muchas similitudes con el dos, aunque señalan que es más amoroso y solidario. Tiene buen gusto, se deleita por las buenas comidas y se desvive por sus amigos.
El número 7
Neptuno rige a este número cargado de sentido místico. El siete oficia de médium. Tiene su percepción y su intuición hiper desarrolladas y, por eso, tiene gran habilidad para captar todo lo que no se ve.
Se inclina por todas aquellas actividades introspectivas, vinculadas con la religión, la meditación, la espiritualidad, lo metafísico. Es reflexivo, analítico y es capaz de encontrar lo que los demás no pueden. Sus críticos dicen que, muchas veces es demasiado controlador y nunca muestra lo que siente.
El número 8
El dios del tiempo, Saturno, es el planeta regente de este número. Representa el arquetipo del gobernante, el poder, los gobiernos instituciones del mundo, el orden del mundo, la ley y el orden. En su grafía, es como un tres, pero cerrado.
También puede ser visto como la unión de dos ceros. E, incluso, como el símbolo de infinito. Lo cierto es que el ocho supone el punto de unión entre lo espiritual y lo material. Se lo considera un número con tendencia a la insatisfacción y en búsqueda constante. Es ambicioso, tiene gran capacidad de mando.
El número 9
Tiene regencia doble. Por un lado, Neptuno y, por el otro, Plutón, el dios de las profundidades. Es el arquetipo del guía o del maestro. A diferencia del seis, que representaba el amor familiar o del grupo, el nueve está vinculado con el amor a la humanidad, un tipo de sentimiento más despersonalizado.
El número 10
Según Pitágoras, los números empiezan a partir del cero. El diez, en numerología, se forma con el uno y el cero. El cero es todo en potencia. Si está ubicado a la derecha, como en el caso del número diez, habla que ese potencial se materializó. Quienes son diez pueden haber venido a la tierra para liderar. El diez tiene la regencia de Plutón y lo acompaña uróboros, la serpiente que se muerde la cola que representa de la naturaleza cíclica del tiempo y el eterno retorno. Esto es, el tiempo y la continuidad de la vida.