Ya he hablado en otras ocasiones de cómo los parques Disney son un sistema de relojería suizo que hace todo lo posible por no arruinar la magia.
Algunas de las normas autoimpuestas para conseguirlo son muy concretas, como no poder ver dos veces a Mickey en el mismo sitio para dar la impresión de que los personajes existen de verdad.
El staff del parque está entrenado para formar parte integral de esto. Desde normas de comportamiento concretas a protocolos con los visitantes, cada empleado que quiera trabajar en Disney World tiene que pasar antes por un exhaustivo proceso de entrenamiento. Pero la propia arquitectura del lugar también les ayuda.
Ciudad subterránea
Un elemento que ha sido esencial para que los empleados cumplan con sus tareas en el parque es el llamado Utilidor (combinación de las palabras Utils y corridor), una serie de túneles que funcionan como el «detrás de las bambalinas» de Disney World.
Aquí hay un poco de todo, desde vestuarios a cafeterías privadas, pasando por atajos que les permiten llegar antes que los visitantes a otras zonas del parque.
Sus pasadizos forman lo que algunos han descrito a veces como una ciudad subterránea para los empleados.
Las paredes usan un sistema de colores para que el staff sepa orientarse rápidamente, y los accesos tienen una característica señal luminosa de Exit con el cartel de la zona del parque en la que van a aparecer.
Estos túneles han sido uno de los grandes misterios del parque durante años hasta el punto de ser en algún momento una leyenda urbana.
Hoy en día está más que confirmado por Disney, con algunos tours especiales que permiten visitarlo.
Es una parte tan crucial para el funcionamiento desde sus inicios que técnicamente ni siquiera se le puede llamar subterráneo, ya que forman la primera planta del parque y el resto, accesible a los visitantes, se sitúa como una segunda planta por encima.
Pese a que en la compañía ya hayan quitado un poco el misticismo alrededor del famoso Utilidor para los curiosos, para el visitante medio sigue siendo algo desconocido.
Similar a otras estrategias de la compañía como el «go away green», su acceso está diseñado para mantenerse oculto de los visitantes.