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Los cuatro comportamientos clave que diferencian a los niños con altas capacidades del resto

Los cuatro comportamientos clave que diferencian a los niños con altas capacidades del resto

Las capacidades fuera de lo común pueden manifestarse en diversas áreas, desde habilidades académicas hasta talentos artísticos y musicales

Detectar si un niño tiene altas capacidades intelectuales (ACI) no es una tarea sencilla. Aunque existen pruebas y evaluaciones especializadas que solo un profesional puede realizar, existen ciertas señales que podrían indicar que un niño tiene capacidades fuera de lo común.

Según la National Association for Gifted Children (NAGC), una entidad con más de 70 años de experiencia, se considera que un niño es superdotado cuando su capacidad intelectual supera significativamente el promedio para su edad.

Las altas capacidades pueden manifestarse en diversas áreas, desde habilidades académicas como matemáticas y ciencias, hasta talentos artísticos y musicales.

A pesar de que los niños con ACI suelen aprender y procesar información más rápido que sus compañeros, las señales de su talento no siempre son evidentes ni se reflejan en el rendimiento escolar.

Estos son cuatro comportamientos sutiles que pueden ser indicadores de altas capacidades en los niños:

1. Desarrollo asincrónico: Un ritmo diferente en su crecimiento

El desarrollo asincrónico se refiere a un desequilibrio en el crecimiento de distintas áreas del niño. Esto significa que algunas habilidades se desarrollan mucho más rápido que otras.

Por ejemplo, un niño con ACI puede mostrar una madurez cognitiva impresionante, pero aún tener dificultades en aspectos motrices, como atarse los zapatos.

Esta discrepancia en el ritmo de desarrollo es común y puede generar desafíos en su aprendizaje, como señala la doctora Barbara Klein: «La madurez en las habilidades cognitivas y sociales no siempre se desarrollan al mismo tiempo, lo que puede ocasionar dificultades».

2. Reflexión sobre temas existenciales: Curiosidad más allá de lo común

Los niños con altas capacidades suelen tener una curiosidad profunda sobre cuestiones existenciales. Desde temprana edad, pueden hacer preguntas complejas sobre la vida, la muerte, las injusticias o el sentido de la vida.

A diferencia de otros niños de su edad, se sienten atraídos por temas abstractos y filosóficos, como la naturaleza de la vida o el cambio climático.

Su capacidad para pensar de forma abstracta los lleva a interesarse por cuestiones existenciales, lo que los hace más sensibles a los grandes misterios de la vida.

3. Sensibilidad emocional excepcional: Una profundidad sentimental inusual

Los niños con ACI experimentan emociones más intensamente que sus compañeros. Esta mayor sensibilidad emocional puede hacer que se sientan profundamente afectados por situaciones de sufrimiento o injusticia.

A menudo, tienen dificultades para regular estas emociones, lo que puede resultar en estallidos de frustración o ansiedad. Esta intensidad emocional se relaciona con su desarrollo asincrónico, ya que aunque sienten con gran intensidad, no siempre poseen las herramientas necesarias para gestionarlo adecuadamente.

4. Bajo rendimiento escolar: Un desajuste entre capacidad y estímulo

Una característica sorprendente de muchos niños con altas capacidades es su bajo rendimiento académico, especialmente cuando no se sienten desafiados por el material escolar.

Según estudios, alrededor del 12% de los niños con ACI muestran un bajo rendimiento durante su trayectoria escolar.

Cuando un niño con altas capacidades no recibe los estímulos adecuados, puede aburrirse, sentirse frustrado e incluso perder el interés por aprender. Esta falta de motivación puede traducirse en un rendimiento escolar inferior al que se espera según su potencial.

Identificar las altas capacidades en un niño no siempre es fácil, pero estar atento a estos comportamientos puede ayudar a los padres y educadores a reconocer el talento y las necesidades específicas de los niños superdotados.

Un desarrollo cognitivo acelerado, una gran sensibilidad emocional, una curiosidad por temas profundos y, en ocasiones, un rendimiento académico inferior, son señales que pueden indicar que un niño tiene altas capacidades intelectuales.