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Lo que dice tu piel de ti

Sí, la piel ‘habla’ y puede revelar mucho más sobre tu estado de salud de lo que imaginas.

Palidez, picor o un color amarillento o amoratado pueden ser signos de diversos trastornos.

La piel no es sólo un adorno estético: es, también, el reflejo de nuestro estado de salud, de lo que está ocurriendo dentro de nuestro organismo.

Algo que muchas veces se nos escapa: que, ante un cambio en el aspecto o color de nuestra piel, conviene que consultemos al médico, “porque hay procesos, en apariencia banales, que pueden tener trascendencia.

Hay cientos de enfermedades internas que se reflejan en nuestra piel y que pueden diagnosticarse a través de ella.

Las más frecuentes:

Piel Pálida: Anemia o hipotiroidismo:

 Una piel pálida puede ser signo de anemia, es decir, una afección por la que la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos. En estos casos, es bastante frecuente que estén blancas las mucosas, especialmente la conjuntiva. El mismo síntoma puede indicar también hipotiroidismo: en este caso, la piel está blanca, como cerúlea.

Piel Amarillenta: Subida de bilirrubina:

Cuando tiene este color indica ictericia, enfermedad causada por una subida de la bilirrubina. Suele deberse a problemas del hígado (hepatitis), o a obstrucciones en las vías biliares. Como se trata de un signo muy llamativo, las personas a las que les ocurre no suelen pensar que se trate de un trastorno dermatológico y van directamente a urgencias o a un médico internista, que serán quienes confirmen el diagnóstico y prescriban un tratamiento.

Piel Azulada o amoratada: Poco oxígeno en sangre:

La piel azulada indica cianosis, que quiere decir que hay poco oxígeno en la sangre. La cianosis puede ser central o periférica: en la central, esa falta de ventilación en la sangre está causada  normalmente por un problema del corazón o de los pulmones. Pero una no se pone azul de la noche a la mañana; lo normal es que antes ya hubiera otros síntomas (fatiga, disnea…)  y que ya haya sido diagnosticada la enfermedad. Cuando la cianosis es periférica, es decir, cuando los dedos se ponen azulados o amoratados, algo que ocurre especialmente en invierno, podemos estar ante una patología circulatoria. Otro fenómeno que hay que descartar es el síndrome de Reynaud, en el que los dedos de la mano cogen una coloración primero muy pálida, a continuación azul y después roja. Ante un Reynaud, el médico deberá descartar si hay alguna otra patología asociada, normalmente reumatológica. Para ello, se hace una analítica y se comprueba si hay otros síntomas, en cuyo caso sería conveniente remitir a un especialista.

Piel Marrón: Enfermedad de Addison:

Ante un tono excesivamente moreno, o bronceado (y que no se deba al sol), conviene descartar la enfermedad de Addison, una insuficiencia suprarrenal crónica. En las personas que la padecen, las líneas de la mano aparecen marrones, y también la mucosa de los labios y encías, así como el rostro, la zona alrededor de ojos y boca… Si se confirma addison por analítica, conviene ir al endocrino. Por otra parte, la hematocromatosis, que provoca un acúmulo excesivo de hierro, también da a la piel un tono bronceado.

Piel con rubor: Rosácea… y mucho más:

El rubor, ese enrojecimiento transitorio del rostro (y, a veces, también de cuello, orejas y parte superior del tórax), puede deberse simplemente a ansiedad, pero también ser un signo de una enfermedad de la piel llamada rosácea, o ser el rubor climatérico (menopausia), o estar provocado por algunos fármacos. En determinadas ocasiones, hay que descartar cuadros más complejos, como un feocromocitoma (tumor del tejido de la glándula suprarrenal) o una mastocitosis (aumento anormal de mastocitos, unas células de la médula ósea ), en los que el rubor puede ser el primer síntoma.

Piel con picor: Ojo a las causas internas:

Si una persona tiene picor más o menos constante, recurrente y generalizado, y el dermatólogo comprueba que no es debido a una enfermedad de la piel (dermatitis, por ejemplo), o a fármacos que esté tomando, hay que descartar, mediante una analítica muy completa, que haya una causa interna que lo desencadena. Así, la insuficiencia renal o hepática, algunos trastornos hematológicos como el déficit de hierro, las disfunciones tiroideas, la diabetes, determinados linfomas y algunas infecciones (como la hepatitis C o el VIH) pueden producirlo.

Piel muy seca: 

¿Algo de tiroides? Cuando no es una característica propia de la piel, la sequedad puede deberse al hipotiroidismo: este trastorno produce piel fría y muy seca, mientras que el hipertiroidismo, por el contrario, ocasiona piel sudorosa y caliente. La excesiva sequedad en ocasiones extremas también se puede deber a un linfoma o a una leucemia.

Piel Abotargada:

Patología renal o cardiaca. Si hay una retención de líquidos, la piel aparece abotargada, con edema. A menudo este síntoma se relaciona con una patología renal o cardíaca.

Como decíamos al principio, hay cientos de enfermedades internas que se reflejan en la piel: unas uñas blancas pueden indicar una alteración renal; tonos violetas en los párpados dan pistas de una dermatomiositis (enfermedad de los músculos y la piel); un rosado excesivo ser signo de poliglobulia (exceso de glóbulos rojos); las palmas de la mano muy rojas pueden deberse a una enfermedad hepática; etc.

¿Qué tienen que ver piel, sistema nervioso, hormonas y sistema inmune? Pues todo. Son sistemas interconectados, pues  las células del cerebro y las de la piel, son células primarias del ser humano, de una conformación similar.  

Es por eso que muchas enfermedades neurológicas, psiquiátricas y psicológicas, tienen afecciones asociadas a la piel, como por ejemplo el herpes pos estrés, o bien al revés, un acné pronunciado afecta la autoestima y puede incidir en una depresión. Otro ejemplo, el estrés hace que liberemos sustancias químicas que hacen bajar las defensas y en consecuencia surge alguna enfermedad de la piel. O bien por lo mismo puede cambiar la carga hormonal.

De esta forma la piel sería un reflejo del alma. Un interesante enfoque que podría ayudar a resolver varios problemas en forma global para obtener muchos mejores resultados y más largo plazo. Así que ya lo sabes, tu piel dice mucho de ti y fiel reflejo de que cuerpo y alma están unidos.

Como dice el refrán, la cara es el espejo del alma, y también podemos asegurar que sus “marcas” son el reflejo de la salud. La medicina tradicional china y la medicina ayurvédica de la India han desarrollado, a lo largo de los siglos, un método preciso de diagnóstico a partir de los signos externos y de las marcas que aparecen en el rostro.  Aprende a descifrarlos.Por lo general un rostro sano posee una piel suave, elástica y brillante, semejante a la de los niños. Pero aunque el cutis ideal dura tan poco como la infancia, muchas de las alteraciones que sufre nuestra piel no se deben exclusivamente al paso de los años, sino a un progresivo deterioro de la salud.

La piel nos da muchas pistas de cómo estamos de salud. Ya que lo de dentro se refleja afuera.

Yo personalmente cuándo veo una persona por 1ª vez siempre me fijo primeramente en los ojos (la mirada la forma que tiene de mirar ), y luego en su piel (especialmente de la cara) pues nos dice muchas cosas de como es y de como está interiormente esa persona, si se cuida, si no se cuida, si se quiere o si tiene algún bloqueo emocional o conflicto consigo misma, como está su autoestima, si tiene o ha tenido adicciones , como drogas por ejemplo eso todo queda reflejado en su piel y se nota muchísimo además en estés casos, si ha tomado demasiado el sol, si son arrugas de la edad o de exceso de preocupaciones, estrés o de llevar demasiados disgustos (depresión ), y muchas cosas más se reflejan en la piel de una persona.

Una de las causas que produce más daños cutáneos es, sin duda, el estrés, puesto que genera un desequilibrio corporal que acelera el proceso de envejecimiento cutáneo, ya que disminuye el riego sanguíneo. Al recibir menos nutrientes las células de la piel, llamadas queratinocitos, dejan de participar en los mecanismos naturales de defensa, debilitando el sistema inmunológico.A la hora de interpretar los signos nunca debemos tener en cuenta el aspecto del rostro de una persona que tenga sueño, esté enfadada o se sienta deprimida, acabe de hacer el amor o esté en estado de embriaguez.En todos estos casos, el color y el aspecto general del rostro puede verse alterado. Otro aspecto a tener en cuenta es si la persona ha sufrido algún tipo de cirugía plástica o lleva maquillaje que altere la coloración normal.

Finalmente, la edad es un dato importante a tener en cuenta, porque, con los años, el rostro sufre modificaciones significativas, aparte del estrés, las adicciones, los nervios y los disgustos que nos “estropean y envejecen” la piel.

 

¿Qué ves bajo la nariz?

  • Surco horizontal profundo en la base de la nariz: muestra propensión a las alergias, y también una disminución del deseo sexual.
  • Surco ventral profundo en el mentón: sufrimiento, frustración o deseo sexual reprimido.
  •  Arruga ventral profunda al lado de la boca: debilidad del sistema reproductor.
  •  Punta de la nariz roja: padecimiento cardíaco.

 

¿Qué indican tus labios?

  • Manchas blancas: parásitos intestinales.
  • Manchas azuladas: mala circulación y estreñimiento.
  • Manchas oscuras: problemas de colon.
  • Labios con puntos de café: indigestión crónica o lombrices intestinales.
  • Pálidos: anemia o problemas circulatorios.
  • Pálidos-rosados: problemas hormona les o mal funcionamiento del sistema linfático.
  • Oscuros: mala circulación sanguínea o desequilibrio ligado a algún órgano interno.
  • De color rojo subido: predisposición al riesgo de infección, a los problemas respiratorios y a la hipertensión.

 

Tus Ojos hablan por ti

Bolsas debajo de los ojos: problemas renales (retención de agua). Si aparecen por la mañana al levantarse, es signo de que se han cometido excesos la noche anterior.

Párpados hinchados: mal funcionamiento del bazo o existencia de cálculos en la vesícula.

Párpados ásperos, rugosos: lento funcionamiento del aparato digestivo en general.

Párpados rojos: presión alta y defectos en el sistema circulatorio y hormonal.

Párpados pálidos: problemas circulatorios o anemia.

Párpados amarillentos-rosáceos: indican un problema de hígado, riñones o corazón.

Anillo amarillo alrededor del iris: colesterol elevado.

Ojos grisáceos: si el blanco de los ojos tiene una tona lidad grisácea, es posible que exista algún problema en los riñones y que la persona se sienta falta de energía y vitalidad.

Ojos enrojecidos: los órganos internos están trabajando mal o el sistema nervioso está bajo estrés. Cuando el enrojecimiento afecta al ángulo externo del ojo, denota  problemas circulatorios; si el enrojecimiento se localiza en el ángulo interno, puede indicar que el intestino delgado no funciona bien. Los ojos que se enrojecen con facilidad pueden evidenciar también trastornos de bilis.

Ojos prominentes: disfunción de la tiroides.

Esclerótica amarillenta: alteraciones hepáticas o de páncreas, problemas digestivos.

Patas de gallo: mala vista e hígado débil.

 

Como son tus labios?:

Labios temblorosos: miedo o ansiedad.

Labios con ampollas o herpes: depresión o celos.

Labio inferior hinchado: sobrecarga del hígado, tendencia a la obesidad y desorden mental. En algunos casos puede ser síntoma de estreñimiento, meteorismo o fermentaciones intestinales.

Arrugas verticales sobre el labio superior: tabaquismo o falta de actividad sexual. Las arrugas verticales sobre el labio superior también pueden ser señal de un problema en el aparato respiratorio.

Arrugas verticales en el labio inferior: indican desequilibrios energéticos en los riñones o disfunciones del aparato sexual (frigidez, menopausia, problemas en los ovarios, dismenorrea, etc.).

 

Cómo son tus uñas?

Con estrías horizontales: mala nutrición o falta de minerales.

Con estrías longitudinales: mala absorción de los nutrientes.

Con formas cóncavas: debilidad cardiaca y respiratoria.

Con formas de pico de loro: tos crónica.

Con profundos surcos transversos: fiebre crónica o larga enfermedad.

Con protuberancias al final: infección crónica del pulmón.

Con puntos blancos: posible deficiencia de calcio, cinc o vitamina A.

Uñas débiles y frágiles: desequilibrio mineral y, más concretamente, carencia de calcio.

 

JULIO 7