1. PLAYA DE LAS CATEDRALES

El viento, la erosión del mar y el paso del tiempo son los arquitectos de una de las playas más espectaculares de España. Conocida como ‘la catedral del mar’ por sus arcos, cúpulas y agujas de hasta 30 metros que se elevan sobre el atlántico, su aspecto no siempre es el mismo, ya que cambia según la marea. Se puede deambular por ellos cuando está en sus niveles más bajos, pero después sube y cubre la base de las bóvedas de piedra, como si flotaran en el mar.

2. ISLAS CÍES

En el horizonte de la costa de Pontevedra aparece el perfil de las islas atlánticas, formadas por las Ons, Cortegada, Sávora y, más al sur, las Cíes. Estas últimas cuentan con un litoral agreste y unos fondos marinos tan excepcionales como frágiles. Como parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, ostenta el privilegio de ser la única reserva marítimo terrestre de España. Para visitarlas, es necesaria una autorización de la Xunta de Galicia ya que tienen un número limitado de visitantes diarios. Una vez allí, se puede visitar la playa de Rodas, el monte faro, el observatorio de aves o A Pedra da Campá, una roca granítica perforada por el viento y el salitre.

3. FRAGAS DO EUME

En el norte de A Coruña, las aves y otras especies encuentran un interesante refugio en el Parque Natural Fargas do Eume, uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de Europa. Más allá de ser un lugar ideal para observar pájaros, varios senderos señalizados permiten conocer el bosque de robles y castaños, entre los que destaca el camino a San Xoan de Caaveiro o al monasterio de Monfero. Aquí el verde se adueña del paisaje mientras el agua hace de las suyas y regala maravillosas cascadas y riachuelos.

4. CASCADA DE ÉZARO

El río Jallas (Xallas en gallego) desemboca en el mar de una de las formas más espectaculares: con una cascada de 40 metros. En su tramo final, el cauce salva un desnivel de 350 metros, que en estos últimos se convierte en la única desembocadura fluvial de España que cae directamente al mar. Ocurre en la parroquia de Dumbría, donde la Cascada de Ézaro se puede observar a través de una pasarela de madera que parte del puerto deportivo.

5. RIBEIRA SACRA-CAÑÓN DEL SIL

Tres ríos, el Miño, el Sil y el Cabe, bañan este paraje natural de frondosos bosques y viñedos que pueblan las laderas del cañón. Candidata a ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, esta zona de la provincia de Lugo y el norte de la de Ourense ofrece una de las experiencias más fascinantes de Galicia: recorrer los cañones formados por el agua fluvial hace millones de años en catamarán, entre los que destacan los recorridos por el cañón del Sil. Desde las embarcaciones, los desniveles del paisaje conforman la postal perfecta. También se puede observar desde lo alto, donde se encuentran varios miradores entre árboles y vides.

6. GERÊS-XURÉS

Dividida por las fronteras pero unida por sus características naturales y culturales, la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés fue declarada en 2009 por su valor de conservación e historia. Ocupa una zona de transición entre dos grandes regiones florales europeas: la eurosiberiana (provincia atlántica) y la mediterránea (provincia  carpetanoleonesa), donde el relevo, las variaciones bruscas de altitud y la influencia de los climas atlántico, mediterráneo y continental, se traducen en diversos microclimas. De sus sierras, donde crecen los robles, abedules, alvedros y acebos, bajan multitud de ríos jóvenes que vierten sus aguas en el Caldo y el Salas, afluentes del río Limia. Ocupada desde los tiempos proto-históricos, guarda vestigios megalíticos, celtas, romanos y medievales.  

7. SOUTO DA RETORTA

También conocido como eucaliptal de Chavín, este paraje a orillas del río Landro alberga en su interior algunos de los eucaliptos más altos y viejos de toda Europa. Cuenta con más de 600 ejemplares gigantes, algunos de más de 80 metros, como es el caso de O Avó de Chavín, considerado hasta la fecha el de mayor envergadura de su especie en Galicia.