El arenal de Nigrán está considerada una de las primeras «Smart Beaches» de la comunidad por utilizar inteligencia artificial para optimizar sus recursos
Si un ayuntamiento de costa conoce con exactitud el número de usuarios de sus playas, el consumo de agua de las duchas de los arenales o la cantidad de basura que se tira en sus papeleras, le será más sencillo reforzar en determinados momentos la actuación de sus operarios. Al mismo tiempo, si los usuarios tienen información actualizada sobre el aforo o sobre el estado del agua, podrán decidir a qué playa dirigirse para disfrutar al máximo de sus día de vacaciones.
Todos estos parámetros han mejorado considerablemente gracias a la inteligencia artificial y hay un arenal gallego que ya lo está poniendo en práctica: Playa América, en Nigrán, considerada una de las primeras Smart Beaches de Galicia: mediante el análisis del Big Data y la obtención de información como el uso de las papeleras, las duchas o la ocupación de la playa, se puede calcular el impacto de la población y la posible sobrecarga.
La llegada del verano supone el desembarco de miles de turistas y Galicia es una de las zonas con mayor recepción de visitantes con puntos calientes en la costa que, aún suponiendo un empujón económico, también obligan a las administraciones a realizar importantes inversiones para controlar su impacto.
Por eso, la tecnología juega un importante papel para reducir los perjuicios del turismo masivo, convirtiendo a las localidades costeras en lo que ya se conoce como Smart Cities o Smart Beaches.
La integración de sistemas IoT (Internet de las Cosas) en la gestión de playas permite una monitorización en tiempo real de parámetros críticos, optimizando la respuesta a situaciones de emergencia.
El proyecto piloto que ha convertido a la de Nigrán en la primera playa inteligente de la comunidad arrancó el pasado verano dentro del proyecto Tourist Inside Rías Baixas de la Diputación de Pontevedra y Red.es, para la que la empresa Proxya, fue adjudicataria. Uno de los principales motivos por los que se eligió este arenal es por su localización, servicios que ofrece y la gran afluencia de público, lo que que aporta valor a su emplazamiento.
La seguridad, sostenibilidad y accesibilidad llegan de la mano de doce sensores basados en tecnología de ultrasonidos en las papeleras del Paseo Marítimo. Asimismo, estos sensores detectan el llenado del recipiente con el objetivo de optimizar su gestión y limpieza. Además, otras tantas cámaras envían metadatos para regular el número de personas en la playa. Se instalaron caudalímetros en las duchas para saber con certeza el consumo de agua y detectar posibles fugas. Y una estación meteorológica con sensor de temperatura y humedad, UV y sensores de presión barométrica, aporta información climatológica de Nigrán.
«En España es cada vez más habitual que se apliquen modelos de Smart Cities, especialmente en zonas muy turísticas, y para ello son necesarios sistemas de monitorización que cotejen todos los datos y permitan analizar qué situación se está viviendo», explica Sancho Lerena, CEO de la tecnológica Pandora FMS y experto en gestión IT y seguridad; aunque también habla de los desafíos que traen consigo dichas tecnologías, «como el alto costo de su implementación o la necesidad de formación especializada para su gestión».
Mediante este tipo de herramientas tecnológicas, que entre otras cosas pueden analizar la entrada de coches a una ciudad o el tránsito por alguna avenida principal, las administraciones obtienen métricas y cálculos que permiten aproximarse a una cifra de cuánta gente está presente en la zona. De esta manera, se prevén los diferentes escenarios y se evita un colapso de los servicios.
Pero el refuerzo de los servicios públicos no es lo único. También el cuidado del Medioambiente y el análisis del impacto del turismo masivo en zonas de gran valor natural. «Es una tendencia cada vez más extendida: para cuidar el Medioambiente es necesaria la tecnología», destaca Lerena.
En España, de hecho, hay diferentes proyectos con funciones diferentes: en las playas de Canarias se monitorizan los arenales de Las Canteras, Las Alcaravaneras y La Laja para observar la evolución y el desgaste de estos parajes naturales a medida que se produce mayor afluencia de gente. En Baleares, igualmente, se emplea la monitorización en puntos turísticos saturados para determinar qué horas son las más críticas y cómo influye la cantidad de gente en el entorno.
La Comunidad Valenciana, por su parte, también impulsa las Smart Beaches, en su caso para mejorar los servicios de salvamento: mediante un dron y la inteligencia artificial, en Sagunto se aumenta el seguimiento de los bañistas y el aforo de las playas para poder tener una rápida reacción en caso de emergencia. «España es uno de los destinos turísticos más importantes de todo el mundo y la inversión en este tipo de tecnologías va a ir a más», pronostica Lerena.