Qué es y cómo funciona la radiestesia
La radiestesia es la facultad que posee el ser humano para percibir radiaciones. Mediante técnicas y disciplinas aplicadas a través de los siglos, ha alcanzado tal grado de desarrollo que permite realizar todo tipo de investigaciones, cualquiera que sea su naturaleza.
Nuestro organismo es un receptor que capta las radiaciones emitidas por otros cuerpos y por las diversas formas de energía tanto sensoriales como ultrasensoriales o astrales, gracias a lo cual se producen fenómenos como la telepatía, premoniciones,… etc.
Los científicos no creen en la existencia de estas energías porque no han podido experimentar con ellas en el laboratorio, de ahí que afirmen que la radiestesia se trate de una pseudociencia.
Sin embargo los yoguis vienen experimentando con las energías ultrasensoriales desde la noche de los tiempos.
Todo el conocimiento del universo está dentro de nosotros, la radiestesia es un método para conectarse a ese conocimiento y poder ayudar a quien lo necesite.
Si la radiestesia se utiliza con fines egoístas entonces se va a cortar esa conexión y es muy difícil que funcione.
Historia y futuro de la radiestesia
Antiguamente la radiestesia recibía el nombre de rabdomancia, palabra que deriva del griego rhabdos (vara) y manteia (adivinación), por lo que rabdomancia significa «adivinación por medio de una vara».
La rabdomancia se usaba para detectar la existencia de vibraciones energéticas en el mundo exterior y debajo de la superficie terrestre.
A quienes la practicaban se les llamaba rabdomantes o zahoríes, famosos por encontrar los sitios favorables para excavar pozos.
El uso de la rabdomancia es antiquísimo. Desde la antigüedad, a la rabdomancia se le ha dado diferentes utilidades dependiendo de la cultura y de las circunstancias del momento, así por ejemplo los romanos la utilizaban para buscar aguas termales, también se usó como método de adivinación.
Hasta 1890 compitieron el péndulo y las varillas como instrumentos para la detección de radiaciones, pero, a partir de ese año, como resultado de la experimentación con numerosos pacientes, el rector de la Universidad de Saltzburgo instituyó oficialmente el uso del péndulo como instrumento de diagnóstico médico; desde entonces se redujo el empleo de las varillas
En 1933 la Academia de Medicina de París organizó en Avignon un congreso al que se invitaron a todos los profesionales que venían investigando y trabajando con la rabdomancia, su finalidad era que cada cual aportara la información que permitiera entregar al mundo científico una herramienta certera para la aplicación de la rabdomancia.
Con el reciente descubrimiento de las radiaciones, en aquel congreso se expuso que toda forma de vida (humana, animal, vegetal o mineral) así como cualquier cosa creada por el hombre, contiene vibraciones en correspondencia con una gama de colores, sonidos y un amplio espectro electromagnético, por lo que la vibración es una expresión de la vida en sus diferentes niveles y grados de densidad. Fue un asistente, el abate Alexis Bouly quien propuso ante los congresistas cambiar la denominación de rabdomancia por la de radiestesia, lo cual fue unánimamente aprobado. Este abate fundó la Sociedad de Amigos de la Radiestesia.
El nombre de radiestesia está formado por la palabra latina radius, que significa radiación, y por el vocablo griego aisthesis que significa percepción (de los sentidos) en su acepción de ‘capacidad de sentir’. Se llamó radiestesista al practicante de la radiestesia.
La radiestesia fue reconocida formalmente en Europa por los ejércitos beligerantes de la I Guerra Mundial para localizar minas. Después de la I Guerra Mundial se ha observado una tendencia al crecimiento acelerado del número de radiestesistas. En la II Guerra Mundial se ha utilizado la radiestesia para buscar submarinos…
Algunos investigadores de este fenómeno consideran que en un futuro relativamente cercano, aproximadamente el 90% de los seres humanos llegarán a utilizar la radiestesia. Por otra parte, estas predicciones establecen que el 50% de las aplicaciones serán de naturaleza científica y tecnológica.
Preparación física y psíquica
La mayor parte de las personas que vivimos en el ámbito de la cultura occidental, hemos desarrollado predominantemente las funciones racionales que lleva a cabo el hemisferio izquierdo del cerebro, como consecuencia de ello se han inhibido las funciones psíquicas que corresponden al hemisferio derecho, por lo tanto somos más racionalistas y menos perceptivos e intuitivos.
En nuestra cultura se considera que la intuición, la imaginación, la subjetividad y el sexto sentido, no son formas válidas para obtener conocimientos y, por lo tanto, se reprimen desde la infancia. Consecuentemente no desarrollamos suficientemente las funciones que podríamos realizar con el hemisferio cerebral derecho, entre las que se encuentra la radiestesia.
Todos tenemos un sexto sentido y una capacidad potencial para tener sensaciones extrasensoriales, pero una gran parte de la población nunca llega a desarrollarlos significativamente. Esto explica porque unas personas tienen más facilidad que otras para usar el péndulo, varillas u otros instrumentos radiestésicos.
Aquellas personas cuyo hemisferio cerebral derecho se ha desarrollado adecuadamente, tienen el “don” para practicar la radiestesia.
Pero de cualquier manera, la radiestesia tiene que aprenderse y requiere entrenamiento y perseverancia para su dominio total con el fin de captar las radiaciones emitidas por nosotros mismos y por los cuerpos y formas de energía que nos rodean.
La radiestesia facilita detectar conscientemente lo que es inconsciente, lo cual se logra a través de la intuición y de un sexto sentido, es el ejemplo de las percepciones extrasensoriales y de otras funciones del hemisferio cerebral derecho que la ciencia ha empezado a explicar en los últimos años, pero que han sido ejercidas por los seres humanos desde el origen de la especie.
Los tipos de instrumentos de radiestesia tienen la finalidad de amplificar las radiaciones que provienen de los sentimientos, emociones, pensamientos o de los cuerpos o lugares medidos.
Las Varillas de Radiestesia
Son llamadas varillas duales o de Rod. Se caracterizan por ser dos varillas iguales de metal en forma de «L», el brazo más corto (unos 10 ó 15 cm.) puede o no poseer un mango y constituye el asa. El brazo largo (mide entre 20 a 40 cm.) es el que da la respuesta.
Se utilizan sujetándolas por el asa con cada mano de manera paralela entre sí. Se pueden usar para medir energía de un objeto o persona ubicada enfrente al radiestesista, o bien del campo energético de un lugar. También se obtienen respuestas de sí o no.
Las varillas son unos instrumentos de radiestesia funcionan dando dos tipos de respuestas: abierto(las puntas de las varillas se separan formando un ángulo de apertura igual o superior a los 90°) o cerrado (las varillas convergen formando una «x»).
Abierto puede significar que la energía fluye correctamente o la respuesta a la pregunta es afirmativa.
Cerrado, por el contrario, se interpreta como que existe un bloqueo en la circulación energética, que el objeto no se encuentra en ese lugar o la respuesta a la pregunta es negativa.
Utilizadas para detección en terrenos, casas y edificios. Pueden determinar la localización de agua, objetos perdidos o tesoros. Es muy útil su aplicación para localizar radiaciones nocivas, espectros y geopatías.
También se utilizan para detectar bloqueos energéticos en personas. Se pueden emplear para medir cada chakra, y localizar si están bloqueados o si la energía está circulando libremente por ellos.
El Aurámetro
Es una varilla metálica muy flexible o un resorte que se sostiene con un mango y en la punta tiene un cono o cilindro pesado. Es una combinación entre varilla y péndulo. Se utiliza en forma horizontal (como las varillas)
El aurámetro, destaca dentro de los instrumentos de radiestesia, por aportar cuatro tipos de movimiento como respuesta: Oscilación horizontal, oscilación vertical, giro a la derecha y giro a la izquierda. Su uso más común es para medir la energía de objetos, personas y lugares.
El Péndulo
Los péndulos pueden ser de diferentes formas, materiales, pesos según sus usos y preferencias individuales del radiestesista. El péndulo puede tener un repertorio de movimientos muy amplio de giros (a la derecha y a la izquierda) y oscilaciones (horizontal, vertical, diagonal) Se puede utilizar según una convención de respuesta para obtener respuestas de si y no.
También se usa el péndulo para medir la energía de un cuerpo o un lugar. Es frecuente que el péndulo sea utilizado en sanación ya que detecta las fluctuaciones bioenergéticas del cuerpo humano.
Las aéreas de aplicación de este tipo de instrumentos de radiestesia pueden ser: homeopatía, sanación energética, terapia floral, cristaloterapia, administración de vitaminas, trabajo con los chakras, etc.
Otra aplicación del péndulo es la localización de objetos, minerales y agua. Asimismo, se puede trabajar sobre el objeto de investigación o sobre gráficos, planos o testigos fieles al sujeto de prospección. Esa gran flexibilidad de uso, hace del péndulo el instrumento de radiestesia más empleado.
Las horquillas
Dentro de los instrumentos de radiestesia las horquillas son los preferidos en la búsqueda de minerales y agua en el campo abierto, ya que su estructura no es susceptible al viento.
Está construido por una rama de árbol en forma de «y» también se utilizan horquillas artificiales construidas de madera. Se toma con ambas manos en posición supina y la punta indica la dirección y ubicación exacta del objeto se requiere encontrar.