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La gata centenaria de Vigo

Un felino sin nombre que vive en torno al castillo del Castro cumple 27 años, una edad espectacular para su especie

No tiene nombre ni domicilio fijo, pero sí edad: 27 años, que parecen imposible para un felino doméstico, cuya longevidad media se sitúa en torno a 15 años, aunque hay casos de 20.

El récord mundial Guinness son 38 años, pero los 27 de La Centenaria, como la llaman todos las que conocen, son asombrosos: equivaldrían a superar de lejos los cien en un humano, aunque nadie lo diría por las buenas condiciones en que se encuentra, según cuenta Zaira, una mujer colombiana que trabaja en la cafetería del Castro, donde La Centenaria se encuentra “como un empleado más”.

Hay muchos testimonios que confirman sus asombrosos 27. “Entré a trabajar en 2009, y ya la gata tenía muchos años y había gente que la conocía desde que era muy pequeña”, explica esta trabajadora de la cafetería que siente auténtico cariño por La Centenaria. “Es especial, recibe a los clientes, es como un trabajador, le damos de comer, vive cerca del castillo en una antigua casa militar, allí tiene su habitación, nació en la puerta de la cafetería”, señala.

Entre otras características, la gata se deja querer por los clientes y como el monte del Castro es de uno de los lugares más visitados de Vigo ha terminado por convertirse en parte del paisaje. “Merece que se resalte, los turistas hasta se hacen fotos con ella, es una gata especial».

Según los cálculos, habría nacido en 1997 y tiene buena salud, perfecta, sin achaques. Se esterilizó en su momento y eso habría sido clave para prolongar su vida. “La gente cree que es joven, porque no es gorda ni grande, parece pequeña. La esterilizaron en un programa del ayuntamiento, hace veinte años y eso le permitió vivir más tiempo”, añade Zaira.

La gata recibe alimento de la cafetería y probablemente por ello no se mueve de ahí. “No es agresiva, muy atenta con los clientes, se deja hacer fotos, pero solo come lo que le damos”, explica. “Antes era bastante arisca, pero ya se tranquilizó. Pero no es tonta, no se deja coger por nadie, escapa enseguida», avisa, «pero también es cariñosa”.