La atracción de Disney que unía a George Lucas, Tim Curry, animatrónicos y la saga Alien… y que tuvo que ser cancelada por causar el pánico de los niños
El bebé del entonces presidente Michael Eisner fue recibido con un aluvión de críticas y reclamaciones
A mitad de los 80, la sección Tomorrowland de Disney World se estaba quedando atrás con los tiempos. El optimismo setentero ya no se llevaba y llegaba la oscuridad de los ochenta.
Las películas adolescentes macarras que andaban al filo de ser adultas eran el verdadero gancho de aquella era.
Los adolescentes preferían pasar su tiempo viendo ‘Star Wars’ o ‘Indiana Jones’, y eso es algo que no pasaba desapercibido por Disney, la que por aquel entonces era una compañía que había tenido una regla estricta: no a todo lo que no fuese apto para niños.
‘Star Wars’ e ‘Indiana Jones’ llegaron a ser atracciones de Disney World hacia finales de los ochenta, de hecho.
Los tiempos estaban cambiando y ellos debían hacerlo también. Pero junto con ellas, había otra espinita clavada que el recién llegado presidente Michael Eisner no podía dejar ir. Una película que no era macarra ni adolescente. Una película que era directamente terror adulto: Alien.
No era la primera vez que esa idea llegaba a las oficinas. Ya a finales de los setenta, en el panorama de un Tomorrowland de capa caída y el popular estreno de la película de Ridley Scott reciente, la idea de hacer algo de ‘Alien’ dentro del parque había salido en reuniones, y por supuesto había sido rechazada inmediatamente por su carácter adulto y su clasificación R(+18
Pero la nueva propuesta que tenían, aunada con el entusiasmo de Eisner, era irresistible. Tenían la tecnología para los animatrónicos, los efectos especiales y los valores de producción para hacer algo muy puntero.
Habían traído al mismísimo George Lucas para escaletar una historia original de ciencia ficción para ellos. Tenían un espectáculo lleno de trucos, como disparadores de aires en los asientos y altavoces binaurales, y lo mejor de todo: la premisa no tendría que relacionarse directamente con el universo Alien.
Podrían crear algo original y prescindir de los diseños de H.R. Giger que muy seguramente habrían sido fruto de pánico de los niños. Para rematar. Podrían rediseñar la ya existente atracción ‘Misión a Marte’ (que no pasaba por su mejor momento) para ahorrarse dinero.
El nombre era ‘Alien ExtraTERRORestial Encounter’ (comúnmente conocido como ‘Alien Encounter’) y por supuesto que iban a hacerlo. Los ánimos estaban altos. La construcción de la atracción fue aprobada, en 1994 fue lanzada a modo de test entre un primer grupo de asistentes… y ese mismo día fue recibida con pánico y reclamaciones por parte de los padres.
La atracción
Empezaba en el pre-show, donde un simpático presentador quitaba hierro al asunto, asegurando que todo lo que verían era Disney y una atracción y por lo tanto nada malo podría pasar. Es un humor irónico que los niños no pillaban, claro, y sembraba el tono para la que resultaría ser la atracción más oscura de la historia del parque.
La trama es la siguiente. Una empresa alienígena llamada XS TECH está explotando los recursos de la Tierra para su propio beneficio, y ahora quiere hacer una jugada verdaderamente arriesgada delante de todos los asistentes en la sala: demostrar que su nueva máquina de teletransportación funciona. “Si algo no puede ser hecho por XS, es que no puede ser hecho en absoluto”, era el lema de la empresa, que presentaba a personajes como un robot maestro de ceremonias llamado “S.I.R” (y un poco tétrico, ver en la imagen), y unos técnicos en una sala de máquinas algo asustados, no muy convencidos de que el experimento fuera a funcionar.
El espectáculo era una mezcla entre audiovisual, teatro y animatrónicos. La acción ocurría en el escenario central donde los animatrónicos se movían y los espectaculares efectos prácticos de luces y humo tenían lugar. Por otra parte, pantallas en el teatro mostraban un directo desde la sala de control de los empleados alienígenas, y los asistentes lo escuchaban todo a través de una combinación de los altavoces del teatro y los binaurales que tenían instalados en los asientos. De hecho, los asistentes tenían los mismos agarres protectores que en una montaña rusa, pero los asientos no se movían en absoluto, era solo para la correcta colocación de la cabeza por el sonido binaural.
Tras las presentaciones de rigor, la historia se tuerce cuando el CEO de XS decide demostrar el funcionamiento de la máquina de teletransporte viajando él mismo al teatro con los asistentes, pero problemas en la calibración de la máquina hacen que nunca llegue… y que se pierda por el espacio exterior.
Cuando los trabajadores tratan de recuperarlo, lo que traen de vuelta no es su presidente… sino el increíblemente detallado animatrónico de un monstruo reptil alienígena que rompe la cápsula de contención del teatro y apaga las luces.
Lo que sigue en el espectáculo son unos momentos agónicos para las familias y el pánico de los niños. Porque como si de una película de ‘REC’ se tratara, las pantallas del teatro muestran la cámara en primera persona de un aterrado trabajador de Disney deambulando a oscuras detrás de bambalinas… hasta dar despavorido con el alienígena y ser devorado. Tras esto los espectadores se quedan solos y en silencio por petición de los trabajadores de la sala de control, para no alertar al alienígena que anda suelto, hasta que ellos puedan atraparlo.
Controversia y cambios necesarios
Por supuesto el alienígena era atrapado y los asistentes salían del espectáculo sanos y salvos, pero para cuando lo hacían, el enfado de los padres era sonoro y el terror de los niños, evidente. El discurso era similar en todos los casos. La atracción era sencillamente demasiado oscura para poder ser disfrutada por niños.
No solo por su realismo o los eventos que tenían lugar, que estaban llenos de detalles morbosos como los asientos disparando agua como si fueran la sangre del pobre trabajador de Disney, el propio tono irónico no era entendido por la audiencia.
La atracción no aprobó ese primer pase, y se mantuvo un año siendo replanteada por Disney. Pero Eisner seguía luchando por ella, creyendo que el problema principal era que los asistentes no sabían a lo que iban. En 1995 el espectáculo volvió con una versión aún más oscura, pero también más directa. Tim Curry fue contratado para interpretar a un S.I.R más serio y menos irónico, eliminaron parte del humor negro del espectáculo, y pusieron carteles antes de entrar que advertían a los padres de que aquello no era para los más pequeños.
Las críticas fueron algo más positivas esa segunda vez, pero seguían siendo en mayor medida negativas y el discurso se mantenía, con frecuentes quejas de los padres. Con el tiempo y pasada la novedad, la popularidad de la atracción simplemente fue disminuyendo, y en 2003, Disney creyó que volvía a necesitar un cambio.
La terrorífica atracción se rediseñó como… Una experiencia espacial de Lilo & Stitch. Los momentos dramáticos, los elementos escénicos y los trucos que utilizaron eran prácticamente idénticos, pero la trama había sido reformulada como una aventura juguetona de Stich escapando de una prisión espacial. Se llamó ‘Stitch’s Great Escape!’, y su llegada fue celebrada por el resto del parque, vandalizando los edificios como si fuese obra del propio personaje.
Todo tiene su momento y el éxito acaba evaporándose, y eventualmente, esta atracción también acabaría cerrándose en 2018, dando carpetazo así este extraño episodio en la vida del parque. ‘Alien Encounter’ sigue considerándose actualmente una de las maniobras más arriesgadas de Disney. Por despegarse completamente de su tono y de su público en el lugar mismo donde se prodiga.
Para muchos asistentes fue una perversión de los valores de la compañía, pero para muchos otros se mantiene sin duda como una de las etapas más interesantes de la historia del parque.