Doña Manolita viene al mundo en 1879, en el castizo barrio de Chamberí, hija de un maestro de obras.
Su primer negocio fue un estanco en la Calle Hortaleza de Madrid. Pero no fue hasta 1904, con 25 años, cuando doña Manolita abriría la Administración nº 67, en la madrileña calle de San Bernardo. Lo que no sabía por entonces, es que desde ese momento se convertiría en “El Templo de la diosa Fortuna”.
La fortuna
Sus primeros clientes, aprovechando su proximidad, eran los estudiantes de la entonces Universidad Central de Madrid. Estos acudían atraídos por la belleza y el carisma de doña Manolita.
Al principio la suerte se le resistía a la lotera y a sus clientes. Cuentan que, para remediarlo, doña Manolita no dudó en desplazarse hasta Zaragoza para visitar a la Virgen del Pilar, con el firme propósito de bendecir varios décimos que llevaba desde Madrid por el manto carmesí de la Virgen.
La creencia, la casualidad o quizá la fé depositada hicieron que esos décimos fuesen premiados en el sorteo de Navidad. A partir de esta significativa anécdota la suerte estaba echada.
Doña Manolita se trasladó en 1931 a la conocida Calle Gran Vía de Madrid.
En 1937, el local sufrió serios daños por el bombardeo de Madrid durante la Guerra Civil. Los obuses reventaron el escaparate del establecimiento y, según publicó entonces el diario ‘La Voz’, la lotera perdió el 95 por ciento de su clientela ese año. Durante toda la Guerra Civil, pese a las dificultades que eso conllevaba, siguió atendiendo a su público.
En el año 2011 Doña Manolita se trasladó al actual local en la calle del Carmen, donde sigue repartiendo premios año tras año.
La más afamada
Tras años acumulando los premios, la administración nº 67 de Madrid se ha convertido en punto de encuentro donde llegan personas de todo el mundo con las maletas llenas de anhelos y sueños… y donde, los clientes siguen comprando en Doña Manolita haciendo realidad sus sueños.
Haciendo historia año tras año.
En la Navidad de 2019, Doña Manolita hizo magia más fuerte que nunca repartiendo EL GORDO, El Segundo Premio, El Tercer Premio, Dos Cuartos y Tres Quintos Premios. ¡Parece que Manolita sabía los años que venían y quería repartir la ilusión que íbamos a necesitar!
Pero no solo pasa a la historia por los premios… las largas colas que se forman siguen creciendo año tras año. Muchas personas vienen de lejos para seguir la tradición, ralentizar su vida durante unos minutos, poder dejar respirar a sus sueños e ilusiones y depositarlos en Doña Manolita. Como dice el poeta Antonio Lucas:
“Nadie puede quitarte lo que amas, y lo que la mayoría ama es la suerte. Esta cola es un tránsito de amor a esa otra patria en la que hay depositados muchos más sueños que en cualquier otra. La patria es Doña Manolita”.
Un icono de Madrid
