UNA HISTORIA INDIA PRECIOSA:
Hace mucho tiempo en un pequeño pueblo un hombre cargaba con 2 vasijas de agua:
Una vasija era perfecta pero la otra estaba agrietada y perdía la mitad de agua por el camino.
Y durante años la vasija rota se sintió completamente inútil hasta que un día se atrevió a decírselo al hombre y le dijo:
«Mira lo siento pero siempre llego a medio llenar», pero sin embargo el hombre sonrió y le respondió:
¿No ves las flores que crecen solamente de tu lado del sendero? porque justo el otro día planteé semillas y tú las has ido regando cada día y gracias a tu grieta existe este precioso jardín.
Y entonces yo personalmente entendí que lo que a veces creemos un defecto es el lugar por donde la vida se expresa y lo que intentamos esconder puede ser lo que da sentido al camino , lo que hace florecer alrededor nuestro, aunque no siempre lo veamos.
Que importante es aprender que tus grietas no te restan valor, sino que muchas veces son «huellas sagradas» por donde tu alma riega al mundo en silencio.
