«¡Tierra a la vista!». Dos horas habían pasado de la medianoche del 12 de octubre de 1492 cuando el vigía Rodrigo de Triana, a bordo de La Pinta, vio en el horizonte lo que ellos pensaban que era Asia.
Nada más lejos de la realidad, ya que Cristóbal Colón y su tripulación habían llegado a lo que posteriormente se llamaría América.
Aún en la actualidad existe discusión sobre cuál fue esa primera isla en la que soltaron anclas las tres carabelas después de 36 días de navegación desde España, pero la teoría más aceptada por los historiadores la ubica en las Bahamas. Más concretamente sería la Isla de San Salvador, conocida también como Isla Watling.
«Los Indios la llaman Guanahani»
El 29 de abril de 1493 se publicó en Barcelona una carta de Colón dirigida al escribano de ración de la Corona de Aragón. En ella, el navegante anunciaba el descubrimiento del nuevo territorio y se mencionaba por primera vez el nombre de Guanahani, la primera isla a la que llegaron: «A la primera isla que yo hallé puse nombre San Salvador a conmemoración de Su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado; los Indios la llaman Guanahani«.
El mapa del cartógrafo Juan de la Cosa, realizado en 1500, recoge por primera vez el topónimo de Guanahani, localizado en una diminuta isla en lo que sería hoy en día el archipiélago de las Bahamas. El nombre de ese territorio siguió apareciendo con recurrencia en las crónicas sobre los viajes al Nuevo Mundo, dando cada vez más datos sobre su ubicación exacta.
Así, esa información ha permitido a los historiadores situar la isla en la actual San Salvador. Sin embargo, otras investigaciones también proponen como candidatas a otras islas como Cayo Samaná, Isla Mayaguana, los Cayos Franceses e Isla Gran Turca.
Aguas turquesas, gastronomía local y arrecifes de coral
A día de hoy, San Salvador se presenta como un paraíso de aguas turquesas y arena blanca. A pesar de ser una de las islas habitadas más pequeñas de las Bahamas, ofrece a los viajeros una amplia variedad de actividades para disfrutar de la naturaleza y la cultura local. Uno de los puntos más populares es una cruz de piedra en la bahía de Long, que marca el lugar donde habría desembarcado Colón. A este se suma un monumento submarino, que señala el punto en el que La Pinta echó el ancla.
Por supuesto, lo que más atrae a los turistas son las maravillosas playas de arena suave que se extienden por todo el perímetro insular. Aunque las opciones son infinitas, las favoritas de los viajeros son Grotto, en Sandy Point (en el suroeste); Bonefish Bay, junto al aeropuerto (en el noroeste) y Snow Beach (en el sureste).
Además de descansar y darnos un baño en las aguas turquesas, el arrecife de coral que rodea la isla nos invita a hacer snorkel y submarinismo y explorar sus fondos marinos llenos de vida.
Por otra parte, también destacan las decenas de lagos que se extienden por todo el interior de la isla.