Cuando una persona ha vivido trauma complejo su cuerpo no está programado para vivir sino para sobrevivir. Y esto significa que en lugar de sentir seguridad se activan mecanismos automáticos de defensa: la lucha, la huida, o el bloqueo, y no porque el cuerpo quiera sino porque en algún momento esa fue la única forma que tuvo de protegerse, lo he visto en mi y en muchas de las personas a las que atiendo.

Cuándo has pasado por experiencias muy difíciles en tu vida el cuerpo guarda la memoria de la amenaza. Y es que una palabra, un silencio o un gesto puede encender heridas antiguas y traer de vuelta el miedo al abandono, al rechazo, o a no tener un lugar, por eso a veces te alejas justo de quien quieres cerca o te alejas paralizado en silencio aunque por dentro estés pidiendo ayuda a gritos, eso sobre todo en lo que respecta a vínculos o a nivel general puede que no disfrutes de verdad de la vida o no descanses del todo o hasta lo más cotidiano puede que lo vivas con una tensión invisible como si algo dentro de ti nunca pudiera bajar la guardia, y eso es el modo supervivencia , una vida en alerta constante, pero quiero decirte algo muy importante y es que ese mismo cuerpo que aprendió a sobrevivir también puede aprender a vivir , a descubrir poquito a poco la seguridad, a confiar en que no todo termina en abandono o en peligro , a dejar sitio para la calma, para el disfrute, para relaciones que cuiden, y si no es un camino ni rápido ni perfecto pero cada pasito hacia la confianza es ya un recordatorio de que merecemos habitar la vida más más allá de la pura supervivencia.

 LORENA (TERAPIAS VIGO)