Hoy quiero decirte que el tiempo no lo cura todo, porque el tiempo pasa y sin embargo hay heridas que siguen ahí latentes esperando algo más que días tachados en un calendario, lo que de verdad sana no es el tiempo , sino que son los gestos, las conversaciones que llegan al fondo, la voluntad de reparar, de mirar lo que duele aunque incomode.

Es cuándo alguien se queda no para justificarse sino para escuchar , es cuándo se hace espacio para decir :

» Te veo y lo que sentiste realmente importa»,  porque el tiempo sino hay nada más solo pone distancia pero no comprensión y solo cubre con polvo lo que sigue vivo debajo y tú puedes sentarte frente a alguien y hablar y aún así sentir que algo sigue sin encajar que el corazón todavía guarda escenas, dolores y gestos que no encontraron su lugar.

Por eso no es el tiempo lo que sana sino que son los vínculos que se eligen cuidar , las personas, la valentía de compartir la verdad aunque sea incómoda, la capacidad de sostener el dolor del otro como si fuera propio, ese momento en el que alguien te dice sin palabras:

» Lo nuestro me importa lo suficiente como para no dejarlo así».

Y eso es lo que realmente sana, pero definitivamente no el tiempo.

LORENA.