Somatizar: cuando las emociones afectan a nuestro cuerpo
La salud física y la salud mental son dos partes de un mismo elemento. Si bien no son lo mismo, se complementan hasta el punto de que cuando una falla, la otra también se puede ver afectada. Cuando los problemas de salud mental afectan a la salud física se produce un fenómeno conocido como somatizar.
A causa de la somatización es posible desarrollar algunas enfermedades como consecuencia de las emociones negativas: las llamadas enfermedades psicosomáticas. Problemas emocionales tales como la ansiedad, el estrés y la depresión son los que suelen provocar somatización y complicaciones físicas. Se trata de una clara relación entre los efectos de la mente sobre el cuerpo.
¿Qué es la somatización ? ¿Qué significa Somatizar las emociones?
La somatización en psicología se define como la aparición de síntomas físicos frecuentes y variados cuya aparición no está justificada por una causa física. Estos síntomas se caracterizan por afectar a la persona a nivel social, personal o laboral.
A través de la somatización el cuerpo expresa la angustia emocional que no es capaz de liberar.
Dado que el ritmo de vida en la actual sociedad puede dar lugar a muchas preocupaciones y estrés, las emociones desagradables y negativas pueden provocar un gran impacto en la persona. Además, algunas emociones negativas suelen retroalimentarse entre sí.
Por ejemplo, el estrés puede generar ansiedad, lo que en conjunto puede crear emociones negativas lo bastante fuertes como para manifestarse a través de síntomas físicos como dolores de cabeza, cuello, espalda, problemas gastrointestinales, náuseas, entre otros. En este sentido, la somatización actúa como un reflejo del conflicto psicológico interno que enfrenta la persona.
Tipos de personas con tendencia a somatizar o padecer un trastorno por somatización
Aunque todas las personas son diferentes, se han identificado algunas situaciones y rasgos concretos que pueden aumentar las probabilidades de que una persona padezca un trastorno de somatización. Estos son los siguientes:
- Dependencia emocional.
- Egocentrismo.
- Actitudes pesimistas, negativas o catastróficas.
- Propensión a la insatisfacción personal.
- Padecer trastornos psicológicos relacionados con la somatización. Por ejemplo, depresión o ansiedad.
Consumo de ciertos sedantes y analgésicos capaces de generar dependencia
¿Cuándo se considera un trastorno por somatización? Ejemplo
A través del siguiente ejemplo puede ser más fácil comprender cuándo se considera que una persona padece un trastorno somático:
María está padeciendo un desequilibrio gastrointestinal y dolor de estómago. Esto no es producto del contagio de una enfermedad estomacal infecciosa, sino que se trata de una patología que suele presentar en los momentos en que su trabajo le genera mucho estrés. Se trata de una consecuencia de su tendencia a exigirse a sí misma más de lo que debería y a negarse a pedir ayuda.
En el ejemplo mencionado se detalla el caso de una chica que somatiza el estrés a través de problemas gástricos.
¿Cuáles son los síntomas más habituales de la somatización?
Aunque los síntomas de la somatización pueden ser muy variados, pues dependen de la persona, generalmente son los siguientes:
- Patologías neurológicas como amnesia, debilidad muscular, convulsiones y desfallecimiento. Este último tipo de somatizaciones se consideran especialmente graves.
- Fibromialgia: dolor muscular y articular acompañado de cansancio y fatiga
- Bruxismo
- Trastornos dermatológicos: picores, dermatitis, eczemas
- Insomnio
- Problemas sexuales como pérdida del apetito sexual, ciclo menstrual irregular o falta de lívido.
Hipocondría: el miedo a padecer una enfermedad
Es importante aclarar que, aunque presentan algunas similitudes, la hipocondría no es lo mismo que la somatización. La hipocondría consiste en una ansiedad ante la idea de padecer una enfermedad.
Mientras que en los trastornos somáticos las personas experimentan síntomas físicos al estar focalizados en un malestar, las personas con hipocondría no están focalizadas en su malestar emocional, sino en la preocupación por padecer una enfermedad grave.
Conclusiones: La mente y el cuerpo están mucho más estrechamente ligados de lo que suele pensarse.
Por ello, los problemas físicos no siempre tienen causas físicas, sino que pueden ser producto de la somatización que se produce cuando el malestar emocional es muy grande.
Esta es la razón por la que es importante cuidar de igual forma la salud mental y física, pues en ocasiones dependen la una de la otra.