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No necesitas un descanso. Necesitas un trabajo o una vida de la que no quieras escapar.
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Deja de desahogarte con personas que no quieren verte ganar. La mitad de ellas simplemente se alegran de que seas tú y no ellas.
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Sal de tu cabeza y entra en tu cuerpo. El pensamiento excesivo se detiene cuando tu fisicamente te mueves. Levántate, camina, respira, suda. No todo tiene que ser tan profundo.
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Tu telefóno es la razón por la que te sientes tan ansioso o ansiosa, ves mil rostros cada día pero al final no reconoces el tuyo.
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Si te despiertas triste todos los días deja de dormir junto al caos. Ordena tu habitación, corta con quién te daña, y limpia física y energéticamente tu espacio. La energía te habla y es real no la ignores.
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No estás roto ni rota. Simplemente estás sobreestimulado, sobre comprometido y poco conectado contigo mismo o misma. Baja el volumen del mundo.
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Sanar no es lindo. Es solitario, es aburrido, es silencioso, por eso la mayoría de la gente nunca lo hace.
