Si quieres tener una piel radiante hay que ser constante con la rutina de belleza. También es importante llevar una vida sana, dormir las horas suficientes, evitar el estrés, hacer algo de ejercicio y seguir una dieta equilibrada y variada.
Todos estos factores, junto al uso de productos adaptados para tu piel, te ayudarán a lucir tu mejor rostro.
Te dejo 8 tips de belleza que, aunque los conozcas, conviene recordar de vez en cuando:
– Limpia la piel todas las noches y todas las mañanas. La limpieza es el paso más importante de la rutina de belleza, si la piel no está limpia, no conseguirás que esté radiante y bonita. Por la noche, si te maquillas, aconsejo hacer la doble limpieza, con un producto de base oleosa para retirar los restos de los cosméticos, y otro producto de base acuosa. Por la mañana, puedes hacer una limpieza más rápida, con un agua micelar, si vas con prisas, pero no te olvides de ella.
– El tónico, fundamental. El tónico es importante siempre, pero especialmente para las pieles sensibles. Con él vamos a conseguir equilibrar el pH y evitar esa incómoda sensación de tirantez que muchas personas sufren después de la limpieza. Aconsejo aplicarlo a toques, incluso con los dedos. Dejarlo unos segundos y seguir con el tratamiento habitual.
– Utiliza un producto específico para el contorno de los ojos. La piel del contorno de los ojos es más fina y sensible, y por eso recomiendo un tratamiento específico para esta zona a partir de los 25-30 años. Hay que usarlo mañana y noche y se aplica a toques con el dedo anular, de forma suave, para estimular la microcirculación en esta zona.
– Elige un sérum para tu tipo de piel o necesidad. El sérum no es un producto obligatorio, se puede prescindir de él, y desde luego nunca sustituye a la crema. Pero si quieres darle a tu piel lo mejor, es totalmente recomendable. Hay muchos tipos de sueros faciales, así que aconsejo tener claro qué buscamos con este producto. Si quieres proteger la piel de los radicales libres, tendrás que usar un sérum con vitamina C por la mañana. Si tu piel es seca y quieres reforzar la barrera cutánea, añade un sérum hidratante. Si tienes flacidez, hay sérums con efecto lifting. Para las manchas, un despigmentante. Para las pieles grasas o mixtas con tendencia acneica, un sérum sebo-regulador, etc.
– Hidrata tu piel a diario. La hidratación es el paso que te ayudará a tener una piel sana y por ende, bonita, luminosa y radiante. Además, la hidratación ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel, sobre todo, la aparición de las arrugas. Hay que elegir una crema que sea adecuada a tu piel, para que así no te provoque brillos a lo largo del día o no notes la piel incómoda con el paso de las horas. Hay un montón de cremas hidratantes, y además algunas ofrecen un plus, por ejemplo, llevan filtros solares, que en invierno, son suficientes (si son SFP 30) para protegerte de los rayos UVA/UVB, o llevan color y te ayudan a lucir buena cara en un solo paso.
– Protégete de los rayos solares. Si no eliges una crema hidratante con protección solar, tendrás que utilizar un protector aparte. La protección solar es obligatoria todo el año, lógicamente tenemos que adaptarla a la época, y a la situación personal de cada uno. No es lo mismo trabajar en el exterior que trabajar en una oficina. Pero, en cualquier caso, hay que protegerse por el sol es el responsable del 80% del envejecimiento de la piel y porque, además, cada vez hay más estudios, que avalan los daños de la luz azul, la que emiten ordenadores, smartphones, etc.
– Mima tu piel por la noche. Mientras dormimos, las células trabajan, regenerando la piel. Por eso es importante, además de limpiar el rostro, utilizar tratamientos específicos por la noche. Lo más importante es detectar el problema que más nos preocupa (manchas, acné, rosácea, arrugas, flacidez…), y buscar el mejor tratamiento (retinoide, glicólico, AHA…).
– Un día de cuidados especiales. Las mascarillas y los exfoliantes son productos de cuidado extras que, aunque no son imprescindibles, te ayudarán a que tu piel luzca mucho mejor. Reserva un día a la semana (como mínimo) para aplicarte un exfoliante y una mascarilla. Para mí es un momento que asocio al bienestar, tanto físico como mental. Son unos minutos en los que desconecto, me centro en mi piel, en cuidarla y relajarme.