Hay días, o temporadas, en las que podemos con todo. Y hay otras en los que todo nos puede.
Y no pasa nada. Es normal que nuestros niveles de energía mental y física fluctúen a lo largo de la jornada y con el paso de las semanas.
Factores como el estrés, las preocupaciones, una dieta inadecuada, la inactividad física o incluso, algunas alteraciones de salud pueden consumir nuestra energía mental y hacer que nos sintamos más agotados de lo habitual.
Sin embargo, cuando esta falta de energía se mantiene en el tiempo y no hacemos nada para recuperarla corremos el riesgo de desarrollar problemas más serios como la depresión, el estrés crónico o la fatiga crónica.
Por eso, es importante que una vez comiences a notar que tu energía mental se disipa, tomes cartas en el asunto para recobrar las fuerzas.
Señales de que tu energía mental está a mínimos
Vivimos en la sociedad del cansancio, según el filósofo surcoreano Byung-Chul Han.
En una era en la que el rendimiento lo es todo y en la que dar lo máximo de nosotros en aras de una mayor productividad se ha convertido en la norma.
El problema, que no estamos teniendo en cuenta, es que no estamos diseñados para trabajar a máxima capacidad e intensidad durante toda la jornada, los siete días de la semana. Y esto, antes o después, termina pasándonos factura.
Así, el cansancio y la falta de energía mental termina convirtiéndose en un estado crónico e inherente a nuestra existencia. Una condición normalizada que consideramos válida y de la cual incluso nos orgullecemos porque significa que es el resultado de un gran esfuerzo y sacrificio.
Sin embargo, lo cierto es que detrás de ese agotamiento mental y físico se esconde una necesidad imperiosa de descansar, reducir el ritmo y cuidar más de nosotros mismos.
¿Cómo saber cuánto esfuerzo es demasiado? ¿Cómo identificar cuándo tu energía mental está a mínimos y necesita una recarga?
- Te sientes agotado física y mentalmente.
- Pensar e hilvanar las ideas te supone un gran esfuerzo.
- Cada vez te cuesta más realizar tus tareas cotidianas.
- Te cuesta motivarte para emprender nuevos proyectos.
- Te sientes más irritable y enfadas con facilidad.
- Concentrarte en las actividades es cada vez más difícil.
- Te sientes desmotivado, incluso para disfrutar de las actividades que te gustan.
- Tu memoria empeora y te cuesta recordar detalles del día a día.
- Empiezas a procrastinar las tareas, sobre todo aquellas que requieren un gran esfuerzo.
- Cada vez es más difícil controlar tus emociones.
- Tiene problemas para conciliar el sueño.
- Empiezas a descuidar tu salud y los hábitos saludables pasan a un segundo plano.
Vale destacar que estos signos pueden variar de una persona a otra.
No obstante, si notas que tu rendimiento mental ha disminuido y cada vez te sientes más agotado, quizá sea momento de detenerte y tomar acción para restaurar tu energía mental antes de que sea demasiado tarde.
5 formas de recuperar la energía mental para no volver a perderla
¿Cuántas veces te has tomado unas vacaciones “forzadas” para recuperar tu energía mental?
¿En cuántas ocasiones te has “regalado” un descanso o has disfrutado de una actividad relajante para recobrar las fuerzas?
Cada vez somos más conscientes de la importancia de tomar un descanso para recuperar la energía cuando llevamos nuestra mente y cuerpo al límite.
Cada vez conferimos más importancia a las vacaciones y a las actividades que nos permiten relajarnos. ¡Y es genial! Cuidar de nosotros mismos es un acto de amor propio.
Sin embargo, no solo deberíamos ocuparnos de nuestro bienestar cuando nuestra energía mental está a mínimos, sino tomar cartas en el asunto para evitar que esto ocurra.
Afortunadamente, existen numerosos hábitos que puedes incluir en tu rutina cotidiana que no solo te ayudarán a recuperar tu energía mental, sino a mantenerla durante mucho más tiempo.
- Descansa
Lo cierto es que no siempre descansamos lo suficiente. Y, a la larga, esto no solo nos impide concentrarnos y dar lo mejor de nosotros mismos, sino que también afecta nuestra capacidad para recuperar y mantener la energía mental. De ahí que una de las claves esenciales para recobrar las fuerzas y rendir al máximo consista en descansar el tiempo que nuestro cuerpo necesita.
Para ello, duerme al menos 8 horas diarias. Toma pequeños descansos a lo largo de la jornada para que tu mente se reactive entre tareas. Dedica al menos un día a la semana a descansar a pierna tendida o, al menos, a relajarte y cambiar de actividad. Y, una vez cada 3 o 6 meses, tómate unas pequeñas vacaciones que te permitan desconectar de tu rutina cotidiana y enfocar tu mente en nuevos horizontes.
- Distráete
Muchas personas no le confieren la importancia que ameritan los entretenimientos o actividades de esparcimiento, pero distraer tu mente es otra buena manera de mantener tus niveles de energía siempre al máximo. Esto porque te ayuda a cambiar el foco de atención, evitando que tus recursos cognitivos se sobrecarguen y tu energía se consuma.
Dedica un momento cada día a disfrutar de tus hobbies preferidos. Lee, sal a caminar, escucha música o queda con amigos, disfruta de actividades que te motiven y recarguen tus fuerzas. Pasa tiempo en la naturaleza, ve al parque, haz una ruta en la montaña, ve a bañarte al mar o cuida tus plantas en casa. Distraerte no solo te ayudará a descansar la mente, sino que te permitirá concentrarte y rendir más cuando lo necesites.
- Inspírate
A veces vamos tan rápido por la vida, absortos por las responsabilidades cotidianas, que no dedicamos tiempo a fomentar nuestra inspiración y creatividad. Sin embargo, esta práctica no solo es indispensable para mantener la mente activa, sino también para recargar nuestra energía. Esto ya que cuando “soñamos despiertos” y damos rienda suelta a nuestra imaginación nos sentimos más motivados y con ganas de comernos el mundo.
Por eso, es esencial que dediques un momento cada día, o al menos a la semana, a disfrutar de actividades que despierten tus emociones y te ayuden a encontrar inspiración. Visita museos, refúgiate en la lectura, asiste a conferencias de personas que sean un ejemplo que seguir, mira documentales o simplemente pasa tiempo a solas con tus pensamientos. A veces la inspiración llega de donde menos lo esperas.
- Medita
La meditación también es una práctica efectiva para recuperar la energía mental y la motivación perdida, a la vez que te ayuda a relajar las tensiones y estimula tus funciones cognitivas. Esto además de ser un buen aliado para regular las emociones, fomentar un estado de ánimo más positivo y una mayor sensación de calma y bienestar. Y, lo mejor, no necesitas ser un maestro de la meditación para aprovechar estos beneficios.
Dedicar tan solo 15 o 20 minutos al día a meditar puede ayudarte a relajar la mente y recuperar la energía. Incluso, se ha demostrado que meditar tan solo 10 minutos puede ayudarte a combatir el estrés y la fatiga mental. Eso sí, es importante que durante ese tiempo estés plenamente centrado en tu respiración y tus sensaciones, de manera que puedas conectar contigo mismo.
- Cuídate
Cuando estás agobiado y cansado es probable que no te apetezca hacer deporte o ponerte a preparar una receta saludable. Sin embargo, cuidar de tu salud y tu bienestar es la mejor manera de mantener tu energía mental siempre al máximo. Por eso, es importante que cuantas menos ganas tengas de cuidar de ti, más lo hagas porque será cuando más lo necesites.
Dedica al menos media hora al día a hacer ejercicio físico. Mantén una alimentación sana y equilibrada, rica en frutas y verduras. Mantente bien hidratado y evita consumir azúcares, carbohidratos simples y grasas poco saludables. Cambia las bebidas energéticas o el café por el té negro o el té matcha que tienen un efecto similar, pero más estable en tu cuerpo. Y, en la medida de lo posible, evita pasar mucho tiempo delante de las pantallas.
Ten en cuenta que estos hábitos no son mágicos. Es necesario que seas constante y disciplinado con estas rutinas para que comiences a ver los resultados.
Sin embargo, si eres capaz de incluirlos como parte de tu vida, notarás cómo tus niveles de energía mental se mantienen más altos y estables en el tiempo.