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Cerrar ciclos..

Toda nuestra vida se compone de ciclos. Psicológicamente hablando, por ciclos se entienden a los procesos que tienen un inicio, un desarrollo y un final.

Por tanto, la vida está formada por muchos de estos procesos; los cuales nos acompañan y nos hacen ser quienes somos. Dado que a veces no es fácil dejarlos atrás, hoy te enseño algunos consejos para cerrar ciclos y avanzar en la vida.

Aunque casi nunca reparemos en ello, aprender a cerrar ciclos es una enseñanza capital.

De no hacerlo nos quedaremos estancados, no podremos progresar y con frecuencia entraremos en un bucle emocional para nada beneficioso. Si estás atravesando por esto último, te dejo aquí 6 tips para cerrar ciclos y avanzar en la vida te serán de gran utilidad.

6 consejos para cerrar ciclos y avanzar en la vida

Piensa en el ciclo emocional como una montaña rusa. Tiene un inicio apacible, luego atraviesa por muchos altibajos con una gran carga emocional y luego finaliza.

A veces, esto último no ocurre; de manera que nos quedamos con esos altibajos emocionales cuando el ciclo ya ha quedado en el pasado.

Cualquier suceso en la vida puede llevarte a este estancamiento: una relación de pareja, cumplir determinada edad, la muerte de una mascota, la pérdida de un ser querido, el cambio generacional y muchos más.

Si no encuentras la manera de cerrar ciclos y avanzar en la vida, los consejos siguientes pueden ayudarte:

1. Aprende a dejar ir

Para nadie es fácil despedirse de los seres queridos. Cuando llegue el momento, es importante afrontar la situación con madurez y con esperanza de que todo mejore.

La primera etapa para cerrar ciclos y avanzar en la vida es aprender a dejar ir. De hecho, aferrarse a un ciclo sucede porque las personas hacen justo lo contrario. A menudo esto se debe a que muchos practican el apego y la dependencia patológica.

Sentir apego o dependencia hacia algo, en su justa medida, es lo que nos hace apreciarlo. Es por esto que desarrollas apego a tu mascota, a tu trabajo, a tus amigos, familiares o pareja. Por el contrario, cuando se practica de forma patológica, deriva en una urgencia, poco saludable, por satisfacer la necesidad de apego.

Para aprender a dejar ir debes trabajar en tus problemas de apego y dependencia, ya que ambas son cadenas que te impiden progresar. Dejar el pasado en el pasado es la clave para cerrar ciclos y avanzar en la vida. Esto no implica olvidarlo, o alterarlo para que le restes importancia. Al contrario, consiste en entender que fue una etapa de tu vida y que ahora debes abrirte a otra.

2. Haz un balance objetivo

Quienes se niegan a cerrar ciclos, por lo general no hacen un balance objetivo. Es decir, se niegan a valorar los claros y los oscuros de la situación. Tomemos como ejemplo una relación de pareja que ha llegado a su fin. Normalmente, aquellos que se resisten a aceptar que este ciclo concluyó sobrevaloran el estado de la relación; incluso pueden llegar a idealizarla.

Es por esta razón que debes hacer un balance objetivo. Analiza las cosas buenas de la relación, las malas, qué te aportó, qué te restó, cómo te sentiste y qué cosas positivas y negativas implican que haya llegado a su fin. En el proceso ten en cuenta que ningún ciclo es eterno, ni siquiera la vida misma.

Si rehúyes de esta cita con la realidad, jamás podrás cerrar ciclos y avanzar en la vida. No temas enfrentar cara a cara el pasado y rebuscar en él aquello que te permita superarlo. Verás que no tiene sentido llorar por algo que te hizo feliz (o infeliz), sino que vale más aceptar que sucedió y continuar con la cabeza bien en alto.

3. Aprende de tus errores

Lo anterior inevitablemente te llevará a aprender de tus errores. En efecto, repasar de manera objetiva el ciclo al cual te has aferrado te permitirá evaluar tus acciones. De esta manera, podrás descubrir qué cosas hiciste de manera acertada y en qué otras erraste.

No tiene nada de malo equivocarse, en eso consiste vivir. Siempre y cuando aprendas de tus errores, la equivocación en sí misma será una maestra. Citemos otro ejemplo para contextualizar: la pérdida de un ser querido. Nos llevará tiempo asumir que esa persona ya no estará con nosotros, y en el proceso experimentaremos emociones intensas.

Sin embargo, llegará un punto en que tendremos que dar los primeros pasos para asimilar este hecho. A veces no lo hacemos porque pensamos que tenemos una especie de deuda. Por ejemplo, no pasamos suficiente tiempo con él, fuimos desconsiderados en algún momento o dijimos cosas de las cuales nos arrepentimos. Aprende de ello y asegúrate que no ocurra nuevamente con alguien más.

4. Recuerda todo lo que diste de ti

Así como descubrirás actitudes erradas al repasar un ciclo, también te toparás con aquellas acciones de gran valor que te harán sentir orgulloso. Son estas las que te permitirán superarlo. En efecto, descubrir que en algunos momentos diste todo de ti te hará evaluar la situación desde una perspectiva diferente.

No es infrecuente que infravalores tus acciones con respecto a una situación. Por citar de nuevo el ejemplo de la relación de pareja, creer que terminó porque todo lo que aportaste a ella fueron cosas malas. Todo tiene sus luces y sombras, y lo bueno es que en esta reflexión también lograrás recoger enseñanzas.

5. Mira hacia el frente y fija un nuevo objetivo

Es importante aprovechar los momentos de cambios y pensar sobre aquellos aspectos (personales y profesionales) que hay que modificar para seguir adelante.

En los pasos anteriores te hemos enseñado a dejar el pasado en el pasado, hacer un balance objetivo, aprender de los errores y recordar los buenos momentos. Una vez hagas esto, el próximo paso es mirar hacia el frente y fijar un nuevo objetivo. Después de todo, la vida no se detendrá a esperarte.

Esto es algo que debes hacer en su debido tiempo, aunque cuanto antes lo hagas, mucho mejor. Puedes estar desperdiciando grandes oportunidades por aferrarte a un ciclo que ya concluyó, así como estar cometiendo errores garrafales sin que te percates de ello. Establece un nuevo objetivo y sigue adelante con nuevos proyectos y actitudes de vida.

6. No dejes que el pasado te afecte

Al hacer lo anterior es probable que en ocasiones te invadan los recuerdos del ciclo anterior. Esto es algo normal, ya que somos seres emocionales. Pese a ello, nunca debes dejar que estos recuerdos condicionen tu presente. Pueden impedirte disfrutar de él o mediar de una u otra manera en la desilusión y el fracaso.

Aplicar cada uno de estos pasos requiere su tiempo, además de un compromiso y una disposición enormes. Si nunca decides empezar, no podrás concluir ese episodio de vida, y créenos que el primer paso será el más difícil de todos.

Los beneficios de cerrar ciclos y avanzar en la vida valen la pena de cada esfuerzo que hagas.

Cuando hablamos de ciclos nos referimos a esos procesos de la vida que comienzan, se desarrollan y concluyen. Así, aunque en la práctica nada termine del todo realmente, es importante aprender a cerrar ciclos cuando se agote el proceso, para seguir adelante y evitar quedarnos estancados.

Para ello, antes de nada hay que saber diferenciar entre el hecho de cerrar ciclos y el de tener una pérdida.

El cierre de grandes etapas de la vida supone pérdidas e implica duelos, pero no tiene el carácter súbito o profundamente doloroso que comportan las pérdidas como tal. Por lo tanto, el cierre de un ciclo comprende pérdidas , pero estas no necesariamente incluyen un cierre de ciclo.

“Un gran error es arruinar el presente recordando un pasado que ya no tiene futuro”.

-Autor anónimo-

Ahora bien, lo importante de cerrar ciclos es que incide de manera directa en lo que se hará en un futuro.

Si el ciclo, sea cual sea, permanece abierto, interfiere con el avance personal. Es como dejar una llave que gotea sin repararla y esperar a que esto no incida en el costo económico y ecológico del agua.

Para cerrar ciclos, lo primero es dejar ir

Los seres humanos tendemos a aferrarnos a lo conocido, por más negativo que sea. La costumbre es una fuerza muy poderosa que nos impulsa a mantenernos en la inercia. Se percibe como si fuera más fácil soportar lo malo conocido, que emprender la aventura de lo bueno por conocer.

Por lo anterior, suele haber una resistencia a cerrar ciclos. Hay una parte de nosotros que quisiera seguir en lo mismo y no experimentar ninguna incertidumbre frente a lo nuevo.

De ahí que la primera tarea sea la de dejar ir. Un ciclo se cierra cuando el proceso ya se completó y solo quedan restos del mismo. El cierre solo puede hacerse de manera consciente. Es posible que ya no haya algo a qué aferrarse, pero mentalmente seguimos conectados a ello. Dejar ir es una forma de reconocer la nueva realidad.

Despedirse y hacer un balance

Aunque cerrar ciclos se refiera a abandonar realidades que nos hacen daño, siempre originará un duelo. Por lo tanto, es necesario permitirnos vivir esa tristeza que traen consigo los finales y despedirnos de esa realidad que está por desaparecer. La mejor manera de hacerlo es construyendo una memoria sobre lo vivido.

Los ciclos no se cierran metiendo la cabeza en la tierra como un avestruz. Ni dando la espalda a lo que sucede para evitar sentirnos mal. Lo mejor es repasar, paso a paso, cada una de las vivencias que formaron parte de ese proceso. Identificar el comienzo, los momentos más relevantes y las sensaciones que experimentamos.

A partir de esto se puede hacer un balance, una evaluación de las vivencias positivas, y también complicadas, que hubo en ese ciclo. Qué se aprendió y qué no. Qué aportó a nuestro crecimiento y cómo contribuyó a nuestras limitaciones. Esta es la mejor manera de decir adiós.

El momento de emprender

El principal objetivo de cerrar ciclos es ponernos en paz con el pasado inmediato, para seguir adelante sin que lo vivido nos afecte, ni invada nuestro presente. Todo final implica también un comienzo. Ese comienzo debe ser el foco de nuestra atención y nuestro interés.

Lo nuevo no tiene por qué asustarnos. Es normal que implique un desequilibrio inicial, pero en relativamente poco tiempo comenzará a revelar sus bondades. Movernos de lo conocido a lo incierto siempre tiene un toque de aventura y supone aprendizajes, sorpresas y, por supuesto, adaptaciones. La mayoría de las veces, los cambios nos dan mucho más de lo que nos quitan.

Hay que abrazar al cambio como a un nuevo amigo. Hay que ver un nuevo ciclo como la oportunidad para poner en práctica lo aprendido en el anterior y para ampliar lo que ya sabemos, pulir lo que está en bruto o dar un viraje para crecer.

Cómo poner fin emocionalmente a etapas de nuestras vidas

1. Piensa en el inicio del ciclo

Tener un panorama claro del momento en que se inició el ciclo emocional ayuda a identificar qué nos puede llevar a cerrarlo . Por ejemplo, la aparición de un problema (la enfermedad de un familiar, un despido laboral, etc.).

2. Piensa en cómo te sentiste

Ve más allá de la simple descripción de hechos objetivos. Párate a pensar cuál fue tu reacción emocional en esta primera fase del ciclo, tanto en aspectos positivos como negativos.

3. Recuerda cómo intentaste avanzar

En este punto, recuerda cuáles fueron las iniciativas que tuviste para sacar adelante la situación, tanto en los criterios objetivos como en los que tienen que ver con tus sentimientos.

4. No omitas tus errores

Los errores y los fracasos son inherentes a la vida, y mantenerlos fuera de nuestra memoria no sirve de nada si lo que quieres es que tengan sentido para ti. Por eso, aprende de ellos para poder advertir que los hechos más significativos de esta etapa te llevaron a una etapa final en la que podrás cerrar el ciclo.

5. Piensa en el rumbo que te puede llevar a cerrar el ciclo

Con las cosas que tienes en mente después de haber realizado los pasos anteriores, ya es posible ver una tendencia que te puede llevar a cerrar el ciclo de la forma más positiva y constructiva posible.

6. Ir a la llamada a la acción

Es muy complicado cerrar un ciclo emocional simplemente a través de la introspección. Por lo tanto, haz que tu salida de esta fase se refleje en una acción o una serie de acciones , para que le des una solidez o estructura física que muestre tu progreso.

Para concluir, cerrar ciclos es vital para nuestra salud mental. De no hacerlo, vamos a sentirnos atiborrados y confundidos frente al futuro. A lo que se fue, hay que darle una sepultura de primera y decirle adiós. A lo nuevo hay que recibirlo con los brazos abiertos y una bienvenida en el corazón.

 

Manos soltando pájaros simbolizando reactancia psicológica