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Así puedes crear un cuadro para tu casa con los imanes coleccionados de tus viajes

Cada nuevo imán encuentra su lugar sin miedo a saturar la nevera ni preocuparse por el espacio

Las neveras repletas de imanes son como diarios de viaje. Cada pieza cuenta una historia: un paseo por París, una escapada a Roma, o una visita a un rincón poco conocido de España.

Sin embargo, esa acumulación en la puerta del frigorífico puede convertirse en un caos visual, o peor, en un peligro para las piezas más frágiles. ¿La solución? Transformarlos en arte.

Jacinta Jaramillo ha dado con una idea brillante para quienes quieren mantener su colección a salvo y, al mismo tiempo, mostrarla de forma elegante. Su propuesta es crear un cuadro magnético que sirva como lienzo para esos recuerdos viajeros.

Según cuenta en su perfil de Instagram, decidió dejar de llenar la puerta de su nevera porque los imanes podían caerse al abrir y cerrar constantemente. Además, prefería un aspecto más despejado para su cocina.

En constante evolución

Es fácil de hacer y se puede personalizar

El proceso es sencillo y accesible. Primero, necesitas una lámina de acero, que será la base magnética. Puedes pintar la superficie con spray en el color que prefieras, adaptándola a la decoración de tu hogar. Una vez seca, lleva la lámina a enmarcar. 

No hace falta incluir cristal, ya que la idea es mantenerla funcional: podrás añadir o retirar imanes siempre que quieras. El resultado es un cuadro personalizado que no solo decora, sino que también preserva tus piezas, ya que nadie debería tocarlo con tanta asiduidad como una nevera. 

En este cuadro están mucho más seguros que en una nevera

En este cuadro están mucho más seguros que en una nevera

Esta alternativa ofrece ventajas claras. Además de proteger los imanes de posibles daños, convierte tu colección en un elemento decorativo único.

La flexibilidad del diseño permite adaptarlo a cualquier espacio, y al estar enmarcado, queda perfectamente integrado en la decoración del hogar.

Para quienes coleccionan estos pequeños recuerdos, el cuadro magnético no solo es una solución funcional, sino también una forma de darles el protagonismo que merecen.

Cada imán se convierte en una pieza destacada de un mural que crece y cambia con cada nuevo viaje, dando un toque personal y único a cualquier estancia.