El reino de Arendelle es el hogar de Anna y Elsa, dos hermanas que aprendieron el poder del hielo, y, dentro de poco, también puede ser el de los millones de personas que visitan Disneyland Paris cada año.
Y es que este complejo inaugurará World of Frozen el próximo 29 de marzo de 2026, al mismo tiempo que el segundo parque de Disneyland Paris, Walt Disney Studios pasará a llamarse Disney Adventure World.
Un personaje clave de este nuevo mundo es Olaf, que se encargará de dar abrazos calentitos a todo aquel que los quiera. Esto es posible gracias a la tecnología, que lo convierte en uno de los personajes más expresivos y realistas jamás creados.
Un robot animatrónico de Olaf
Kyle Laughlin, vicepresidente sénior de tecnología e ingeniería de I+D en Walt Disney Imagineering, explica que el famoso personaje de la película de Frozen es un robot, potenciado con inteligencia artificial, que se entrena con técnicas de «aprendizaje por refuerzo», alejado de los droides BDX de Star Wars que se mueven por los parques de Disney.
Esta nueva generación de personajes robóticos de Disney se basa en el aprendizaje automático, específicamente en una técnica similar al aprendizaje por refuerzo. Este método permite al modelo de inteligencia artificial (IA) adquirir habilidades complejas imitando el proceso de ensayo y error.
El robot prueba miles de combinaciones de movimientos y gestos en simulaciones aceleradas, y el algoritmo ajusta su postura y acciones hasta que resultan naturales y fieles al personaje, permitiéndole aprender a caminar, saludar o inclinarse en una fracción del tiempo habitual.
El resultado de esta técnica es un robot Olaf totalmente autónomo con impresionantes capacidades de interacción.
Además de imitar las expresiones y gestos propios del personaje de Frozen, este animatrónico está diseñado para interactuar directamente con los visitantes de los parques Disney: puede conocer y hablar con los asistentes, articular la boca y ojos, subir y bajar los brazos a voluntad para saludar, e incluso se le puede retirar y acoplar la nariz. Esta tecnología busca crear una experiencia mágica y creíble que da la sensación de que el personaje ha «vuelto a la vida».
Asimismo, está recubierto de un material blando que imita la textura de la nieve fresca (realzado con fibras iridiscentes que reflejan la luz) y que está pensado para soportar abrazos sin que parezca que se está tocando una máquina.

Un componente fundamental para el aprendizaje de estos robots avanzados es Kamino, una plataforma interna desarrollada por Disney que acelera el proceso de aprendizaje por refuerzo. Kamino permite entrenar al dispositivo en un entorno virtual simulando con precisión factores del mundo real como el peso, la fricción y el equilibrio.
Dentro de este mundo digital, el robot puede «caerse» miles de veces, probando y ajustando miles de combinaciones de movimientos hasta que el algoritmo encuentra patrones de desplazamiento estables y expresivos. Esta simulación intensiva y rápida permite trasladar movimientos seguros y creíbles al robot Olaf real en tiempo récord, minimizando las pruebas en el taller y asegurando que el personaje se desplace e interactúe de forma fluida y mágica frente a los visitantes.
Colaboramos estrechamente con los animadores originales de la película en Walt Disney Animation Studios para garantizar que cada gesto se sintiera fiel al personaje», explican Bruce Vaughn, presidente y director creativo de Walt Disney Imagineering, y Natacha Rafalski, presidenta de Disneyland Paris.

Este Olaf robótico, desarrollado por Walt Disney Imagineering durante los dos últimos años, está preparado para estrenarse en el área World of Frozen de Disneyland Paris y, más adelante, también en Hong Kong.