Tres décadas después de que varias generaciones hayan llorado desconsoladamente su muerte, Disney ha decidido que ya era el momento de contar la historia de Mufasa.
En la nueva precuela de El rey León dirigida por Barry Jenkins, Mufasa: el rey león, se explican los orígenes del padre de Simba y se narra por qué tiene esa mala relación con Scar y cómo este se transforma en el villano que conocen los espectadores.
En la cinta, que llega a las salas de cine este viernes, vuelven a aparecer los personajes principales como Simba, Nala, Timón o Pumba, y entra en escena Kiara, la hija de Simba a la que pone voz Blue Ivy, la hija de Beyoncé. Es a ella a quien le cuentan la historia de su abuelo, Mufasa, que no viene de un largo linaje de reyes sino que fue adoptado por la familia de Scar, cuyo verdadero nombre era Taka.
Precisamente a través de esa evolución entre los hermanos, Jenkins se centra en el impacto de la educación y el afecto de los padres y madres en el desarrollo de la propia realidad. En caso de Taka, se cría con su padre, Obasi, porque está destinado a ser el líder de su manada, mientras que Mufasa crece bajo la protección de Eshe, la madre de Taka, que adopta al pequeño cachorro Mufasa después de separarse de sus padres biológicos.
“La historia es tan icónica y la idea de estos dos hermanos… Siempre me he preguntado por qué no se caen bien, qué pasó para romper esa relación”, explicó Barry Jenkins en un encuentro con prensa y exhibidores celebrado en la Academia de Cine sobre cómo abordó la trama de esta precuela. “Sus padres eran diferentes. Para Taka por el patriarcado que lo separa de su madre y como Mufasa es un forastero se entrega a la madre de Taka. Si los roles se hubieran intercambiado se podría asumir que Taka tendría los rasgos de Eshe”, reflexiona el cineasta, ganador de Oscar a Mejor película por Moonlight.
Jenkins asegura que le interesaba centrarse en cómo los cuidados tienen un impacto sobre los hijos y darle cierta complejidad al personaje de Mufasa, al que la película original de El rey león convirtió en una especie de personaje mitológico. “Durante 30 años hemos asumido que Mufasa es perfecto, un gran rey, de una gran dinastía, y en esta película descubres que es un huérfano. Podría ser un niño de los que terminan en un campo de refugiados y termina siendo adoptado por una familia y recibe todo el amor de esta madre y termina siendo este gran rey”, señaló Jenkins sobre el desarrollo del personaje.
De hecho, el director compara el camino de Mufasa con el de rostros conocidos en España como Lamine Yamal o Nico Williams. “No vienen del mismo sitio que Iniesta, pero han terminado en el mismo lugar como símbolos de grandeza en este país. No hay nada malo eso”, explica Jenkins. “Cuando me encargaron este trabajo, la idea de coger a Mufasa y moverlo de este lugar en el que los niños asumen ‘no puedo ser como él porque no vengo de un linaje real’, a otro en el que descubres que fue desplazado por unas inundaciones y terminó en esta maravillosa situación en la que esta mujer decidió que tenía derecho al amor y a través de ese amor terminó siendo esa persona que todos conocemos”, reflexionó el director.
“Al final la historia era sobre las madres y sus hijos”, aseguró el cineasta, que también ha dejado claro que no quería hacer de Scar, uno de los grandes malos de la historia de Disney, un villano. “Cuando hago una película me gusta tener la idea de que no hay villanos, sino personas muy complicadas”, matizó Jenkins.
La presión de continuar uno de las grandes clásicos de Disney
Desde que se estrenó en noviembre de 1994, El rey león ha sido uno de los grandes clásicos de Disney y una de las películas preferidas de los espectadores. Después del remake que trasladaba la historia original de la animación a la acción real, la precuela sobre la historia de Mufasa parecía un poco natural, aunque algunos mostraron sus dudas.
Pese a la compleja tarea de continuar la saga, Jenkins no se sintió presionado. “No siento presión, pero hay muy pocas cosas en la cultura que son identificables en varias lenguas, zonas, países… Si yo levantara un gato de peluche así (como sucede al inicio de El rey león) sabes que es Rafiki levantando a Simba”, confesó el director.
El cineasta aseguró que el público que seguramente llene los cines estas navidades para ver la película tiene “un conocimiento muy profundo de los personajes” por lo que había que ser sutil. “En ese sentido había presión, pero era una oportunidad maravillosa porque hay muy pocas cosas que ya sea en China, España, Chile, Francia, Rusia, Estados Unidos o México, estos símbolos significan lo mismo en todas esas culturas, así que fue una gran oportunidad para hablarle a un enorme número de personas”, celebró el director.
Jenkins fue el elegido por Disney para hacer la precuela, por lo que pudo contar con el equipo con el que cuenta habitualmente en sus proyectos e imprimir su estilo en la película, en la que también se cuenta el inicio de la relación entre Rafiki y Mufasa. “Mi personaje favorito es la versión joven de Rafiki. la historia de amor principal para mi es entre Mufasa y Rafiki, es una de las cosas de las que más orgulloso estoy de la película”, reveló el cineasta durante el coloquio.
Cuatro años de trabajo con las voces como protagonistas
Para crear Mufasa, el equipo estuvo cuatro años trabajando partiendo de lo más importante: las voces de los actores. “Cuando haces una película así todo empieza con las voces, así que durante el primer año y medio todo lo que hicimos fue grabar las voces de los actores mientras hacíamos el storyboard de la película y teníamos mucha libertad. Intentábamos que hubiera una energía familiar entre todos los actores”, aseguró Jenkins.
Después llegó el turno de los actores que grabaron las escenas con un trajes específicos que se utilizan en las películas de animación y que fueron parte fundamental para que los movimientos de los leones fueran realistas. Jenkins reveló que para varias escenas musicales se inspiró en Fantasía, otro de los grandes clásicos de Disney.
Y como El rey león no estaría completo sin su banda sonora, para Mufasa tampoco se ha escatimado en reunir a un gran equipo. Si en la cinta original participó Elton John y en el remake de 2019 Beyoncé y Donald Glover encabezaron la banda sonora, en esta cinta el encargado ha sido Lin-Manuel Miranda, el compositor detrás de éxitos como el musical Hamilton.
“Ha hecho tantas cosas, pero a la vez tiene tanto respeto por lo que se hizo en la película original… Era como una familia de personas que intentaban honrar y ser respetuosos con lo que se hizo antes. También intentamos coger la energía de la película de 2019 y hacer nueva música, porque somos ya muy viejos para escuchar de nuevo las mismas canciones todo el rato, queremos darle a nuestros niños nuevas canciones”, explicó Jenkins sobre el proceso de su música.
Una música que será la banda sonora para muchos niños y familias durante estas fiestas con esta nueva entrega del universo de El rey león.